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Luego de casi un mes de sufrimientos, la familia Tapia Ariza lamenta la muerte de uno de sus hijos llamado Brandon, quien en la tarde del domingo 31 de marzo perdió la vida en la clínica Santa Mónica tras ser víctima de un atentado armado hace un par de semanas.

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El hombre de solo 24 años no pudo seguir luchando por su vida y, a las afueras de Medicina Legal, su padre Richard Tapia no olvida el sangriento episodio que le terminó costando la vida a su descendiente.

'Mi hijo se encontraba en un estadero en Las Américas departiendo con unos compañeros', apuntó inicialmente Richard.

De acuerdo a lo relatado, en el sitio se presentó alguien llamado Johnny, quien tuvo problemas aparentemente con un amigo de Brandon en el pasado. 'A consecuencia de eso, tomó represalias con mi hijo, quien no tenía nada que ver con lo sucedido', mencionó el progenitor.

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'Mi hijo estaba saliendo del establecimiento. Cuando lo vio (Johnny), sacó un arma de fuego y le propinó un tiro. Cayó al suelo (Brandon) y le suplicó que no le quitara la vida, que porque lo iba a matar, ese problema no era con él', afirmó el señor Tapias.

'Él (Johnny) estaba con otro compañero de nombre Brian, le dicen El Chicharrón, quien le decía mátalo, mátalo. Allí (Johnny) le propinó dos tiros más y lo deja tirado en el piso', agregó.

Cuando un allegado del hoy occiso intentó socorrerlo, los presuntos homicidas ya se habían dado a la huida en una motocicleta.

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Brandon fue llevado a la clínica San Ignacio, donde fue operado y posteriormente remitido a la clínica Santa Mónica. En este lugar, se confirmó el deceso del hombre este fin de semana.

Richard Tapia les pide a las autoridades puntualmente que la muerte de su hijo no quede impune. 'Todo el mundo vio cómo fueron los hechos. El barrio sabe qué clase de persona era. Que hagan justicia, lo capturen y pague por lo que le hizo a mi hijo', acotó.

Brando Tapia Ariza se ganaba la vida como taxista y era padre de una niña de cuatro años.