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'Decía que iba a sanarlos, era la palabra de Dios y le creímos', confiesa el acongojado padre de familia en una calle del municipio de Suan, sur del Atlántico. Su hija de 10 años es uno de los siete menores de edad que Julio Antonio Maldonado De las Salas, conocido en el pueblo como ‘Enviado de Dios’, habría abusado sexualmente en supuestas sesiones de sanación espiritual.

La Policía del Atlántico y el CTI de la Fiscalía capturó hace dos días al samario de 46 años en el barrio Villa Angelita de Soledad, en la casa de una hermana. Un juez de control de garantías le dictó ayer medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en la cárcel Modelo.

'¡Niña cogieron al Enviado!', vocifera un hombre pegado en el viejo radio de un restaurante popular del municipio. El hecho se apoderó del interés de los pobladores. Sumergió el fantasma de un nuevo boquete en el Dique, al menos durante la mañana del viernes.

Entre junio y julio del año pasado Maldonado De las Salas llegó a Suan para una consulta de sanación por solicitud de un amigo, familiar de uno de los niños presuntamente abusados. Se radicó en una casa del barrio Arriba, donde vive su actual pareja sentimental.

Denuncia

En poco tiempo varios habitantes se percataron de que el religioso usualmente era visto con niños. Los rumores de que había un hombre que por las noches practicaba espiritismo a menores de edad llegaron a la Comisaría de Familia.

El 23 de septiembre de 2016 los padres de tres niños y cuatro niñas, cuyas edades oscilan entre los 6 y 12 años, radicaron las denuncias de abuso sexual en la institución. Todos pertenecen a un mismo núcleo familiar: tres son hermanos y primos de los cuatro restantes.

El ‘Enviado de Dios’ había convencido a los padres de estos niños para que los dejaran acudir a la encuentros nocturnos religiosos que, entre las exigencias, tenían que vestir de blanco. Se encerraba con ellos en un cuarto de la casa.