El Gobierno nacional se está “estrangulando” en sus finanzas, y si continúa así, podría entrar en una parálisis económica. Así lo manifestaron expertos en diálogo con EL HERALDO sobre el problema de caja que presenta el Gobierno.
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Para poner el contexto de este panorama, el saldo de $3,05 billones en los Depósitos del Tesoro Nacional (DTN) con corte al 10 de mayo, se redujo en más de $3,77 billones con relación al cierre del año pasado. Esto significa uno de los datos más bajos para un periodo similar en esta serie que comienza en 2012, de acuerdo con el Banco de la República.
La alerta fue realizada por el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, quien resaltó que el crecimiento del gasto público supera el de los ingresos.
“Si bien esta situación la podría resolver el Gobierno más adelante en el año con un recorte en el gasto, en la actualidad, debido a la alta apropiación de recursos del Presupuesto General de la Nación (PGN) que ronda los $502 billones, el Gobierno está presentando problemas de caja que han derivado en una reducción importante los depósitos de la Tesorería Nacional en el Banco de la República y un aumento no despreciable de la oferta de TES mediante mecanismos diferentes a las tradicionales subastas y colocaciones a entidades públicas”, recalcó el equipo económico del Banco de Bogotá.
En ese sentido, agregan que un nivel de gasto aumentando más de lo que lo hacen los ingresos, se ha traducido en una menor caja para el Gobierno, lo que se ha hecho evidente los depósitos de la Dirección del Tesoro Nacional (DTN) en el Banco de la República.
“Si a inicios de abril este saldo (caja del Gobierno) cayó a un mínimo de $4.1 billones, cuando por esta época del año se ubicaba en $25,9 billones para la mediana entre 2002 y 2022. El resultado de 2024 es bastante inferior al de 2023, cuando el Gobierno contaba con $14,8 billones de 2024”, dijo el Banco de Bogotá.
Añaden que si se compara el resultado más reciente de los DTN con el del mismo periodo de 2023, cuando fue de $31,6 billones, se puede ver una disminución del 90,3 %, equivalente a un decrecimiento de $28,55 billones.
Cabe recordar que a finales de abril del presente año, el monto estaba en $7,1 billones, lo que implica que en sólo los primeros diez días del quinto mes del año se presentó una caída en estos depósitos del orden de $4,05 billones.
Frente a este preocupante dato, el economista Joseph Dacarett explicó que “entre el crecimiento de los ingresos de la nación y los gastos, eso lleva a que el Gobierno se está estrangulando en sus finanzas y que en algún momento el Gobierno va a entrar o en una parálisis o va a obligar al Congreso que le apruebe un aumento del nivel de endeudamiento del país”.
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“El Gobierno está gastando mucho y no se ve una inversión. Las empresas poco a poco están generando menos utilidades y se tributan menos impuestos y por ende no se están dando los resultados que el Gobierno había estimado”, sostuvo Dacarett.
Agregó que el leve crecimiento económico es resultado que el país no está generando la riqueza necesaria, y por lo tanto los tributos también han caído.
“Han caído por errores en el cálculo, por buscar fondos donde no existen como las contingencias. También porque esa reforma tributaria estuvo mal hecha, y aparte que casi todos los segmentos económicos están cayendo y el Gobierno no puede pretender recaudar más impuestos cuando las empresas están mal”, explicó el economista.
El Banco de Bogotá sostuvo que mientras los pagos realizados por el Gobierno en concepto de gasto de funcionamiento e inversión crecieron 22 % anual para el acumulado del primer trimestre, el recaudo de tributario lo hizo en apenas 4 %, llevando a un problema de caja para el Gobierno.
“Si usted incrementa su tendencia de vida y sus gastos en un 22 %, pero sus ingresos apenas son del 4 %, pues por supuesto que el efectivo o su caja que tiene disponible, va a comenzar a reducir. Eso generará a futuro que el Gobierno decida endeudarse más, y sería como buscarle la comba al palo para que las cuentas no se vean tan feas, pero al final la única salida es endeudarnos más, no solamente a los contribuyentes, sino a las futuras generaciones, que en últimas, son los que van a pagar los platos rotos de la irresponsabilidad de un Gobierno que gasta y gasta, pero que no genera confianza para que el recaudo tributario crezca al mismo ritmo”, explicó el economista Julio Cesar Iglesias.
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A su vez, Camilo Pérez, gerente de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, sostuvo que esto puede llevar a recortes de gastos e, incluso, cierres temporales de actividades no vitales para el Estado.
“Existe el riesgo de no tener disponibilidad de recursos para cumplir con los gastos 'recurrentes' del Gobierno”, dijo Pérez.
José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, afirmó que hay que prestarle atención a esto, puesto que las organizaciones por donde más sufren es por la caja, y al Estado le pasa lo mismo.
“Esto es peligroso. Evidentemente hay un problema de recaudo al haber incorporado ingresos imposibles de lograr en el presupuesto de 2024 (arbitramento de litigios), incumplir metas de recaudo tributario y por la baja dinámica de la economía (mediocre dato de crecimiento). Pero también hay un problema de exceso de gasto aún a pesar de la baja ejecución de inversión”, dijo Restrepo.
Frente a lo que debe pasar para no recurrir en riesgos, el economista Joseph Dacarett reiteró que el Gobierno debe reordenar sus gastos, ajustarse los cinturones y comenzar a realizar un gasto real y prioritario.
“El Gobierno debe procurar la reactivación económica, especialmente en segmentos como la construcción que jalonan la economía del país, y dejar de gastar tanto en cargos que realmente no valen la pena, incluso con países que no tenemos ni el más mínimo porcentaje de comercio”, aseguró el economista.
José Manuel Restrepo precisó que es urgente un programa de congelamiento de gasto e inversión inmediato y un plan de reactivación que genere crecimiento y con ello más recaudo.
