Junior se hizo fuerte y compacto en la adversidad y logró sumar un valioso punto en su visita al Once Caldas, luego de igualar 0-0 en el estadio Palogrande. Una mala decisión arbitral volvió a condicionar al ‘Tiburón’, que logró sobreponerse a la temprana e injusta expulsión de Vladimir Hernández, para no venirse con las manos vacías de Manizales.
Los rojiblancos tenían el encuentro controlado y sin apuros, hasta que al término de la primera parte el juez Gustavo Murillo decidió expulsar a la ‘Pulga’, al interpretar como agresión una jugada accidental, donde el volante araucano levanta su pierna, para tratar de dominar un balón en el aire, y golpea de manera fortuita a un rival.
A partir de ahí se jugó otro partido. A Junior le tocó ‘remar en contra de la corriente’ durante 45 minutos con un hombre menos, lo que le quitó protagonismo y lo exigió mucho más en defensa. Once Caldas intentó aprovechar esa superioridad numérica en el campo, pero se estrelló con un rival compacto, serio, calculador, que le brindó pocos espacios.
Fue un partido lento, con escasas emociones, donde ambos equipos aportaron poco al espectáculo. Tanto Junior como Once Caldas carecieron de claridad en el último cuarto de cancha, siendo los arqueros los más beneficiados, ya que no fueron exigidos.
El partido se jugó más en la mitad del campo, donde predominó la pierna fuerte de parte y parte.
El aburrido partido en el Palogrande se cerró con un equipo local estéril, que buscó con pelotazos al área y remates de media distancia la posibilidad de romper el empate, sin acierto ni fortuna.
El empate terminó siendo un premio a la labor defensiva del Junior, que supo frenar el ímpetu de un rival al que le cuesta ser contundente en su casa. Además ratifica la fortaleza del ‘Tiburón’ fuera de casa, que vuelve a sumar y se consolida como el segundo mejor visitante de la Liga Águila I-2016, con 13 puntos de 21 disputados y un rendimiento del 61.90%, el cual solo es superado por las Águilas Doradas de Rionegro (72.22%), líder parcial del campeonato.