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En el minuto 65, en un contragolpe, a pase de Luis Díaz, Harry Kane alcanzó este viernes los cien goles con el Bayern Múnich en apenas 104 partidos, como un goleador para la eternidad, que había anotado antes su tanto número 99 a través de un penalti y que agrandó el pleno de su equipo ante el Werder Bremen (4-0).

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Leyenda del fútbol inglés y del Tottenham, también lo es y lo será del conjunto bávaro, el líder incontenible de la Bundesliga, que dispone de un goleador magnífico, que se no conforma con nada y que suma goles con una naturalidad fantástica. En sus ocho encuentros de este ejercicio, Kane ya ha marcado 15 tantos. De nuevo, una barbaridad.

Sus números son irrebatibles, su presente es imparable y su futuro apunta a más, como su equipo, que ha ganado todos y cada uno de sus partidos. Ya campeón de la Supercopa de Alemania, sobrepasó su primer duelo de la Liga de Campeones, superó la primera eliminatoria de la Copa de su país y maneja con firmeza el liderato de la Bundesliga, con cinco triunfos en otras tantas jornadas, con la presión traslada al Borussia Dortmund.

La victoria la inició Luis Díaz. El extremo colombiano marcó el 1-0 entre el remate y el rebote con la rodilla. Fuera lo que fuera, fue indispensable para que ese balón, taconeado por Jonathan Tah tras un centro de Michael Olise que surcó el área envenenado para la defensa del Werder Bremen, terminara en el gol que abrió el triunfo del líder germano.

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También fue la respuesta contra las dudas que sintió al inicio del encuentro. Era ya el minuto 22. El impulso para el Bayern, que acumuló más ocasiones y que marcó el 2-0 de penalti. La pena máxima fue cometida por Friedl sobre Harry Kane, que aprovechó el lanzamiento desde los once metros para su gol número 99: carrera corta, tiro con la derecha y gol, sin ninguna opción para el guardameta, que fue el mejor del Werder.

De no ser por Karl Hein, la goleada ya habría sido evidente al descanso. Alguna de sus paradas fue inverosímil, como la mano derecha que sacó tras un rebote de Coulibaly en un tiro de Olise. Hubo más ocasiones, con su equipo entregado al destino de la mayoría de visitantes cuando acuden al Allianz Arena en cualquier torneo.

La derrota es prácticamente inevitable. Lo comprobó el Werder Bremen, pese a su aparente reacción en la segunda parte, como antes lo habían hecho el Leipzig (6-0), el Hamburgo (5-0) e incluso el Chelsea, el campeón del mundo, derrotado por 3-1 en la Liga de Campeones. Es la rutina del conjunto de Vincent Kompany, con pleno de victorias.

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Igual de inevitable que los goles de Kane. Anotado el primero al borde del intermedio, le quedaba otro para el centenar de tantos con la camiseta del Bayern. Un contraataque trepidante le brindó la ocasión. El pase fue de Luis Díaz, la culminación infalible del delantero inglés, que quiere más. El martes visita en la Champions al modesto Pafos. Aún le dio tiempo a otro gol: el 4-0 de Konrad Laimer.