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Con Franco Mastantuono en el once de Marcelo Gallardo, River Plate debutó con un triunfo 3-1 frente al Urawa Red Diamonds de Japón en su debut este martes en el Mundial de Clubes de la FIFA con goles de cabeza de Facundo Colidio, Sebastián Driussi y Maximiliano Meza.

River no tuvo el mismo apoyo que su gran rival, Boca Juniors, ayer en Miami. En Seattle, en la otra punta del país, menos de 12.000 hinchas acudieron al imponente Lumen Field, con capacidad para 69.000. Y muchos de ellos, además muy ruidosos, eran japoneses.

El club de Núñez cubrió el expediente con los tres puntos, claves en un grupo E en el que se jugará el pase a segunda fase con Rayados de Monterrey e Inter de Milán.

Sin embargo, esos tres puntos no dejan un especial buen sabor de boca. River perdió por un esguince grave de tobillo a Sebastián Driussi y a ratos pasó apuros contra el rival más flojo del grupo.

Contundente inicio

Gallardo había trabajado con sus hombres la “ansiedad” de debutar en un torneo de este tipo. Y sus jugadores salieron con la lección aprendida. Dominaron a un Urawa precipitado y superado, que solo contaba con su ruidosa afición.

Sebastián Driussi tuvo la primera gran oportunidad del partido en el minuto 9, con un disparo cruzado que impactó en el poste izquierdo del guardameta nipón. El disparo de Driussi fue el aviso de lo que se veía venir.

Tres minutos después, en el 12, Mastantuono dio un pase de 20 metros al pie de Marcos Acuña, que puso un centro milimétrico para que Facundo Colidio -elegido mejor jugador del partido- cabeceara sin marca al fondo de la red.

Medio gol de Mastantuono, fichado ya por el Real Madrid y que se despide de River en este Mundial de Clubes. El joven canterano fue de más a menos. Lo buscaron y se ofreció, pero se fue apagando con el desarrollo del partido.

El 1-0 resultó un anestésico para River, que poco a poco fue perdiendo el control del partido frente a un Urawa que ganaba presencia, corría en profundidad y ganaba los duelos divididos.

En el minuto 32, el asistente levantó la bandera por fuera de juego cuando Marius Hoibraten ya había superado de cabeza a Franco Armani, tras un centro de tiro libre en una zona muy peligrosa que había provocado Mastantuono.

Antes del descanso, sí fue Armani el que salvó el empate al tapar un disparo de Takuro Kaneko. Aunque el Urawa no llegó a inquietar, fue de menos a más y el pitido del árbitro fue un respiro para el club de Núñez, necesitado de un ‘reset’.

Gol y lesión de Driussi

Arranque agridulce para River en el segundo tiempo. Driussi aprovechó la falta de contundencia de la defensa japonesa en un despeje de cabeza para anticiparse a Shusaku Nishikawa y mandar la pelota al gol en el minuto 48.

Pero nadie en River lo celebró: Driussi quedó tendido en el césped. En su intento por despejar el balón, Nishikawa le dio un puñetazo en la cara y el delantero, además, se torció el tobillo al caer.

No volvió a jugar. Entró en su lugar el colombiano Miguel Borja.

El segundo gol no desmotivó al cuadro nipón. En un ataque tras el cambio, Acuña derribó a Kaneko dentro del área en un penalti claro, pese a sus protestas. Yusuke Matsuo lo transformó con un disparo imparable para Armani. 2-1.

Pero cuando los de Saitama apretaban, les cayó el tercero. Maximiliano Meza, que había entrado en el segundo tiempo, remató de cabeza un córner servido por Acuña, otra vez sin marca aparente. Tercero de River. Tercero de cabeza.

Segunda asistencia de gol de Acuña, que hizo un gran partido aunque quedó manchado el penalti provocado.

Lo que el 2-0 no había conseguido —frustrar al Urawa—, sí que lo hizo el 3-1. Los japoneses no levantaron cabeza, a excepción de un disparo en el tramo final que Armani despejó con maestría. Tres puntos para River, que viaja ahora a Los Ángeles para enfrentar a Rayados de Monterrey el sábado.