No pasan desapercibidos en el Parque Distrital de Raquetas. Siempre juntos. Es una pasión familiar. Desayunan tenis, meriendan tenis, almuerzan tenis, cenan tenis, piensan tenis, sueñan tenis, viven tenis, puro y físico tenis. Tatjana Maria y su familia se mueven entre raquetas y bolas verdes prácticamente todo el año.
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La tenista alemana, siembra número uno del WTA 125 Barranquilla Open, 58 en el ranking mundial y semifinalista de Wimbledon el año pasado, está casada con Charles Maria Velásquez, un francés de madre barranquillera, Aida Cecilia Velásquez Sarta. Ella se fue a Europa a los 18 años desde su ‘Curramba’ del alma y se casó con un galo.
'Awwww, ¡qué ternura!', suelen exclamar cuando los ven con los dos frutos de esa unión franco-alemana y multicultural: Charlotte, de 9 años, que se perfila como una gran tenista, y Cecilia, de solo dos años, que ya empieza a sentir fascinación por la raqueta.
'Charlotte juega realmente bien, ya fue firmada por Nike y por una marca de raquetas', cuenta Charles con su acento francés y una que otra expresión colombiana.
Las dos pequeñas nacieron en Estados Unidos y viajan a todos los torneos en los que participa la madre. La mayor estudia a través de un programa académico online de Palm Beach, Florida, en el que Tatjana se convierte en su tutora. Hablan un poco de inglés, francés, alemán y español por la abuela que está con ellas en el 70 u 80% de los viajes.
'Me encanta que estén conmigo en Barranquilla para que conozcan de dónde vienen, para que sepan de sus orígenes. La abuela se pasa hablando del Carnaval y su música', apuntó Charles.
'Yo tengo más de barranquillero que de francés. Tatjana también es más colombiana que alemana (risas). Cuando está libre se quiere ir para Cartagena de unas', añade.
La tenista germana también ríe, pero a carcajadas, al corroborar que Charles 'no tiene nada de francés ni de alemán, es colombiano ciento por ciento. Háganlo bailar y verán (risas)'.
Son fácilmente identificables en el escenario barranquillero. Anda el combo completo, Tatjana, Charles, Aida, Charlotte, Cecilia, la preparadora física francesa Laura Legoupil y, por estos días, Daniella Puccini, gerente de los Gigantes de Barranquilla (equipo de béisbol), quien es prima del franco-colombiano.
'Ya había estado en Cali, Medellín y Cartagena. Toda Colombia es muy especial para mí, pero más Barranquilla, que es la ciudad de la familia de mi esposo. Además me encanta toda la comida de acá', dice Tatjana.
Charles, que varias veces vino a pasar vacaciones a la capital del Atlántico cuando estaba pequeño, se encuentra feliz por volver a la ciudad que vio nacer a su progenitora, quien habla orgullosa de su tierra a él, su nuera y sus nietos.
El ahora entrenador tiene muchos recuerdos claros de aquellos días en territorio barranquillero cuando era tenista y no les entendía nada a sus primos colombianos.
'Me siento muy feliz aquí. Tengo muchísimos familiares en Barranquilla. Me acuerdo de mi tío Nelson Silva Pacheco (legendario ex delantero uruguayo que jugó en Junior), que está casado con mi tía Beatriz (Velásquez). También que aquí jugué una parada de la Gira Cosat (la que llaman el Mundial Juvenil)', rememoró Charles, que alcanzó a ser tenista profesional.
Tatjana debutó en el WTA Barranquilla Open en la tarde de este martes frente a la argentina Martina Capurro Taborda, en la cancha principal del Parque Distrital de Raquetas. Ahí ganó sin problemas 6-1, 6-1, y estuvo contando con el aliento de su familia, que respira tenis y tiene sangre barranquillera.
'Hay torneos que se preparan un año y no llenan las expectativas, pero con este, en solo un mes, han hecho algo increíble. Ojalá sigan haciendo más torneos aquí porque me siento como en casa', puntualizó Tatjana Maria.
























