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En el siglo XVIII, ser libre era un privilegio reservado a los hombres. En Merteuil: Juegos de seducción, esa norma se quiebra. La nueva serie original francesa de HBO, que estrena este viernes 14 de noviembre en HBO Max con un episodio semanal hasta el 19 de diciembre, reimagina la célebre novela Las amistades peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos desde una perspectiva inédita: la de las mujeres que, en medio de una sociedad opresiva, encontraron en el deseo y la inteligencia sus únicas armas para sobrevivir.

La historia sigue a Isabelle de Merteuil, interpretada por Anamaria Vartolomei, una joven traicionada por el vizconde de Valmont (Vincent Lacoste) que decide convertirse en la cortesana más poderosa de París. En su camino, teje una red de seducción y manipulación que desafía las jerarquías sociales, la moral y el poder masculino.

La serie, creada por Jean-Baptiste Delafon y dirigida por Jessica Palud, con guion de ambos junto a Gaëlle Bellan, no se conforma con reproducir los códigos de época. Su mirada es contemporánea, casi política, al convertir el escándalo en una forma de emancipación. “Para ser el héroe de tu propia historia, a veces tienes que ser el villano en la de otros”, dice el lema de la serie, una frase que podría ser el credo de la propia Merteuil.

El elenco incluye a Diane Kruger como Madame de Rosemonde, una mujer que encarna la sofisticación y la rebeldía de otra época. Para Kruger, participar en esta reinterpretación del clásico fue una oportunidad de mirar el pasado con otros ojos. La actriz reconoció a EL HERALDO que, con los años, ha aprendido a valorar la libertad como una conquista: “Cuanto más envejezco, más consciente soy de que la libertad y las posibilidades que he tenido en mi vida fueron conquistas ganadas con mucho esfuerzo por las mujeres que vinieron antes que yo”.

Esa reflexión fue el punto de partida para construir a Rosemonde, una mujer adelantada a su tiempo. Kruger explica que le resultaba “interesante mirar a los personajes desde una narrativa diferente, contada desde los ojos de la mujer y no desde los protagonistas masculinos, como tradicionalmente se ha hecho, especialmente en los grandes clásicos como este”. Así, su personaje se convierte en una figura ambigua: una dama que disfruta de su autonomía, pero que no puede escapar del todo a las estructuras que la limitan.

La actriz se sintió atraída por el hecho de que Rosemonde “decidió no casarse” y eligió “tener amantes según sus propios deseos y su propio estilo de vida”. Pero también subraya la fragilidad de esa libertad: “me fascinaba la idea de que tomara posesión y control de su vida... hasta que, finalmente, es quebrada por esa misma sociedad, porque solo puede llegar hasta cierto punto en un mundo obsesionado con la juventud, dominado y controlado por los hombres”.

caroline dubois/HBOsérie de Jessica Palud pour MAX Episode 4

La serie, dice Kruger, encuentra su fuerza en la solidaridad entre mujeres. “Me encanta la idea de que la siguiente generación tome la posta y lleve eso un paso más allá, y luego la siguiente generación haga lo mismo. Me gusta la idea de la compañía femenina y la solidaridad que muestra la serie”, añade. Esa transmisión entre generaciones es precisamente lo que sostiene el arco de Merteuil, que pasa de aprendiz a maestra, de víctima a estratega.

Para Anamaria Vartolomei, su papel representa esa herencia y al mismo tiempo una ruptura. “Lo que Merteuil le dice a Cécile de Volonge —que pertenece a una generación más joven— creo que es, en realidad, una transmisión que comienza con Rosemonde y que ella quiere mantener y continuar entregando a las generaciones que llegarán después”, explica la actriz. Vartolomei cree que, más allá del lujo o el escándalo, la serie habla de resistencia: “se trata, simplemente, de mantener la dignidad y de no tener miedo de resistir en una sociedad como esa, de crear tus propias reglas cuando sientes que no encajas en el sistema”.

Con una puesta en escena visualmente exquisita, un vestuario deslumbrante y una dirección artística que mezcla opulencia con modernidad, Merteuil: Juegos de seducción rescata la sensualidad y la inteligencia femenina del relato original, pero las traslada al centro del conflicto. La cámara no juzga a sus personajes: los observa, los comprende y, a veces, los desnuda con empatía.

caroline dubois/HBOEpisode 2 - Série réalisée par Jessica Pallud pour MAX

Producida por NABI Productions (Clément Birnbaum y Joachim Nahum) y Felicita Films (Marie Guillaumond), la serie apuesta por un tono elegante y provocador, que mezcla erotismo, política y ambición en dosis precisas. La dirección de Jessica Palud y el guion de Jean-Baptiste Delafon dotan a cada episodio de una tensión que se siente tan contemporánea como el debate sobre el poder femenino.

Merteuil: Juegos de seducción no busca replicar el escándalo de Las amistades peligrosas, sino reescribirlo desde dentro, devolviendo la voz a las mujeres que el canon había dejado en silencio. En su mirada moderna, el deseo se convierte en un acto político y la seducción, en una forma de supervivencia.

A fin de cuentas, como sugiere Diane Kruger, la serie no solo revisita una historia del pasado, sino que recuerda que cada generación de mujeres empuja un poco más los límites de su libertad.

“Merteuil: Juegos de seducción” estrena el viernes 14 de noviembre en HBO Max, con nuevos episodios cada semana hasta el 19 de diciembre.