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Ante el atentado ocurrido contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático, la Misión de Observación Electoral (MOE) expresó su rechazo y “profunda preocupación”.

De acuerdo con la organización, este “grave hecho” ocurrido en la tarde del sábado 7 de junio en la localidad de Fontibón de Bogotá constituye no solo una agresión contra la integridad de un líder político y la organización política que representa, “sino que también una amenaza al ejercicio democrático y al derecho a participar libremente en política”.

En ese sentido, Frey Alejandro Muñoz, subdirector de la MOE, manifestó que “el respeto por la vida, la integridad y las ideas políticas es una condición necesaria para que exista una democracia real. No puede haber elecciones libres si quienes aspiran a representar al país lo hacen bajo amenazas o riesgo de muerte”.

Desde la MOE también se alertó que, a menos de un año de las elecciones presidenciales de 2026, este hecho demanda a mayor seguridad e inteligencia por parte de las autoridades, así como a fortalecer las medidas para proteger a todas las personas que participan en el ejercicio de la política.

“La violencia política atenta contra los principios fundamentales de la democracia, afectando la confianza ciudadana en el proceso electoral y genera un ambiente de temor que no puede ser tolerado”, agregó la entidad.

Asimismo, hizo un llamado “urgente” a la Fiscalía General de la Nación y a la Policía Judicial para que se adelante una investigación “ágil” y “efectiva” que permita esclarecer los hechos, así como identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia.

“Desde la Misión de Observación Electoral reiteramos nuestro firme compromiso con la defensa de condiciones que garanticen elecciones libres, seguras y en paz”, agregó.

Y se enfatizó en el rechazo, de manera categórica, a cualquier forma de violencia que pretenda limitar, condicionar o silenciar la participación política: “Del mismo modo, advertimos sobre los riesgos de la estigmatización y el uso de discursos que alimentan la polarización, pues estos crean un ambiente hostil que pone en riesgo a quienes ejercen liderazgo público”.