Dos años de Petro: la ejecución no despega y los escándalos crecen

Dos años han pasado desde que la congresista María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, le impuso la banda presidencial a Gustavo Petro, un acto que rompió el protocolo (históricamente un hecho adjudicado al presidente del Congreso) en el inicio del primer Gobierno de un partido político de izquierda en la historia de Colombia. Aquel génesis del nuevo mandato estaba cargado de simbología, promesas de cambios y distanciamiento de las tan criticadas acciones viciadas de liderazgos anteriores; sin embargo, hoy el escenario ha perdido tanto color como credibilidad.

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Petro afronta un duro chaparrón en el ecuador de su presidencia, originado –especialmente– por una seguidilla de escándalos de corrupción que han estallado en el seno de su círculo más cercano: Nicolás Petro, su hijo, investigado por lavado de activos; Juan Fernando Petro, su hermano, salpicado en supuestos tratos con narcotraficantes en las cárceles del país; Laura Sarabia, su mano derecha, señalada de abuso de poder y de Olmedo López, exdirector de la Ungrd, imputado por los delitos de concierto para delinquir, peculado por apropiación agravado, interés indebido en la celebración de contratos, falsedad ideológica en documento público y falsedad en documento privado.

Sin embargo, los males que afectan a Petro no solo son de fondo, sino de forma. El gabinete ministerial, inicialmente con una oferta diversa ideológicamente, se ha ido radicalizando con el pasar de los meses con el objetivo de cumplir con el plan de gobierno, pero las fallas persisten y los alarmantes indicadores de ejecución han saltado a la vista. Varios funcionarios han servido de fusibles en el camino; sin embargo, el Estado está lejos –hasta ahora– de cumplir agenda, como advirtió en su momento la Contraloría General de la República.

Además, Petro ha estado enfrentado con los presidentes de las altas cortes, con Margarita Cabello, procuradora general de la Nación, con la prensa y diferentes miembros de la oposición, a quien ha acusado, entre otros asuntos, de frenar sus iniciativas en el salón elíptico del Congreso de la República.

“Todo acto de corrupción es una infamia; pero, cuando un candidato llega prometiendo que en su gobierno los corruptos “no pasarán” el guayabo es más hondo. Lo más duro para Petro es constatar que la mayoría de las personas que están envueltas en escándalos de corrupción en su gobierno pertenecen a su círculo más cercano”, advirtió la fundación Paz y Reconciliación, Pares.

De acuerdo con el observatorio, en su momento, varios sectores del país creían ciegamente que “con Petro se acabarían episodios tan graves como los que se vivieron en los años de Uribe, con los casos de Fernando Londoño e Invercolsa, Andrés Felipe Arias y Agroingreso o el ministerio de las TIC y los 70 mil millones de Centros Poblados. Pero no, en Colombia, la historia es una serpiente que se muerde la cola”.

Por su parte, Carlos Enrique Moreno, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, consideró que el actual momento político de Petro hará más tortuoso el trámite en el Congreso de los proyectos del Ejecutivo.

“Estamos en la segunda parte del Gobierno de Petro y la favorabilidad del presidente no es muy buena, gran parte del Congreso va a comenzar a ser mucho más crítico ante los proyectos de ley”, aseguró el investigador.

Por otro lado, algunos analistas consideran que el Gobierno Petro, que ha tenido como bandera un supuesto gran acuerdo nacional, se ha dado tiros en el pie al ser incapaz de lograr acuerdos con todos los sectores del país, especialmente en la construcción de reformas como la de salud, la de educación y la pensional.

“El principal reto del presidente Petro es lograr gobernabilidad y eso se logra a través de consensos”, señaló Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.

Debido al poco crecimiento en materia de economía, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Jaime Alberto Cabal, expresó a través de un video que el balance de los primeros dos años del gobierno de Gustavo Petro “no es positivo”.

“Desde Fenalco consideramos que el balance de estos dos primeros años del gobierno Petro no han sido positivos; por el contrario, vemos un deterioro y un retroceso general”, comenzó diciendo Jaime Alberto Cabal.

En cuanto a la economía del país, el presidente de Fenalco indicó que “el pobre desempeño que va transcurriendo hace que sea el peor desde la pandemia”, mientras que los índices de inseguridad “van creciendo” y el control de los territorios por parte de la fuerza pública “cada vez se hace más difícil”.

Igualmente, consideró que el gabinete de Gustavo Petro “no ha pasado el examen”.

En medio del aluvión de críticas, Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social, afirmó que dos años no son suficientes para “cambiar” los problemas históricos que ha tenido el país.

“Si son tan sabios y tan verracos cambien en dos años un país dominado por mafias de la corrupción y la contratación que viven del Estado y del abuso de poder hace dos siglos. Cambien en dos años un país con media docena de ejércitos criminales y decenas de cárteles de drogas. Cambien en dos años el país más desigual del mundo. Como sé que dirán que somos iguales por el robo de Olmedo en la Ungrd, les doy toda la razón, pero les aseguro algo: De 100 altos funcionarios que uno o dos o tres, sean hampones, no quiere decir que la corrupción sea política de Estado como lo fue en el pasado. Para esos hampones que traicionan nuestra causa, todo el peso de la ley”, aseguró el funcionario.

Centrales obreras, sindicatos y organizaciones sociales en Barranquilla y el Atlántico se alistan para una marcha este miércoles 7 de agosto para respaldar al Gobierno. Henry Gordon, presidente de la CUT en el Atlántico, anunció durante una rueda de prensa este lunes que la marcha saldrá desde la Plaza de la Paz y terminara en el parque de Los Andes.