Era una noche decembrina de 1993 en Barranquilla. Jaime Abello Banfi, que por esos días estaba a cargo de la gerencia de Telecaribe, había organizado una cena para el mismísimo Gabriel García Márquez, con quien en ese entonces tenía una relación cordial de casi 10 años. La velada –en la que también estuvo presente Ernesto McCausland– había girado netamente sobre enormes tomos de periodismo, las pasiones que despierta y los retos diarios de la profesión, una incuestionable cita en la que cualquier afiebrado por el mundo de las letras desearía haber tenido un silla; sin embargo, el anfitrión olía algo más allá de una deliciosa cena y una charla excepcional.
{"titulo":"'Fue una de mis personas favoritas en todo el mundo': Shakira sobre Gabo","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/garcia-marquez-fue-un-querido-amigo-se-convirtio-en-una-de-mis-personas-favoritas-en-todo"}
La noche se extinguía y Mercedes Barcha, la musa de Gabo, había decidido irse a dormir. Así que Abello Banfi y García Márquez, convidante e invitado, decidieron tomarse un par de copas de whisky en las siempre imponentes y románticas instalaciones del Hotel El Prado.
La conversación de la cena tuvo su continuación en medio de varios tragos escoceses hasta que Jaime, un sagaz y desafiante hombre de relaciones públicas y defensor de la ciudad, le solicitó al creador del realismo mágico revelar la verdadera intención que se escondía detrás de la comida inicial.
Entonces Gabo fue al grano: hace rato la idea de hacer talleres de periodismo le daba vueltas en su cabeza y quería hacerlo realidad. Y fue ahí, en medio de esa lluvia de reflexiones, que Abello Banfi empezó a hacer un trabajo ordenado de planeación, en el cual participó como asesor externo Alberto Abello Vives, que duró hasta el mes de Julio de 1994, cuando fue constituida oficialmente la fundación (en ese entonces Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano).
{"titulo":"El Festival Gabo realiza en Paraguay su primera edición fuera de Colombia","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/el-festival-gabo-realiza-en-paraguay-su-primera-edicion-fuera-de-colombia-1042871"}
Desde entonces, queriendo o sin querer, porque en sus palabras no hay mayores argumentos ególatras, Jaime Abello ha construido y mantenido mundialmente el exigente legado de Gabo, del premio Nobel de Literatura, del escritor, del periodista, del que para millones de personas es la mejor pluma de Latinoamérica, del hijo de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez Iguarán, que lo parieron en Aracataca.
'Pues yo me siento orgulloso, contento, pero también comprometido. Digamos, ha sido un gran esfuerzo, porque es una gestión de un proyecto cultural muy singular. Es decir, no había modelos preexistentes, es decir, yo no tenía en qué basarme. Y hemos constituido una organización estable, con resultados, respetada, con influencia internacional, que es también reconocida, no solo por el periodismo y el trabajo que hacemos alrededor del periodismo, sino ahora porque, de una u otra manera, representa legítimamente ese legado de García Márquez, que es lo que además quieren Rodrigo y Gonzalo García Bacha, que nos dan su participación y su confianza; entonces, yo diría que aquí es fundamental el propio Gabo', explicó.
Los frutos de su labor no tardaron en ser recogidos. Diez años después, en medio de una ceremonia de premiación en Monterrey, México, Jaime Abello recibió quizás el mejor de los cumplidos por su desempeño administrativo de la propia boca de Garcia Márquez, quien sacaba pecho de su sueño hecho realidad.
{"titulo":"‘En agosto nos vemos’, novela inédita de Gabo será lanzada el 6 de marzo","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/en-agosto-nos-vemos-novela-inedita-de-gabo-sera-lanzada-el-6-de-marzo-1042087"}
Eso sí, Abello reconoce que su tiempo, tanto en la fundación como en la tierra, es limitado, pero el legado de Gabo, ese que tanto ha defendido por el mundo, debe seguir a como dé lugar.
'Me dijo: y pensar que todo esto estaba en nuestra imaginación. (...) Veo todo esto como una fuente de satisfacción, pero al mismo tiempo como una responsabilidad, en este momento por ejemplo, yo no me voy a retirar a corto plazo, pero yo soy consciente de que la Fundación tiene que prepararse para una etapa de un fortalecimiento de gobernanza, porque la idea no es que dependa, la Fundación sobrevivió a la partida de Gabo, ahora tiene que sobrevivir a la partida mía cuando llegue, que no sé cuándo será. Entonces yo sí tengo claro que esta es una institución en la cual García Márquez la creó, dio la idea, yo lo ayudé y lo he interpretado y he liderado, pero necesitamos crear un esquema que haga que sea sostenible y se mantenga por décadas y mantener, y la única manera de hacerlo es alrededor de una claridad misional y de una gobernanza', agregó.
Ser el escudero del legado de Gabo en tiempos tan cambiantes ha sido tan satisfactorio como agotador. Abello Banfi reconoce, como si en el fondo supiera que su adiós de la fundación estuviera más pronto que tarde, que estar al pie de la fundación lo mantiene más lejos que cerca de sus seres queridos, más en el cielo que en la tierra, pero al final –según él– todo vale la pena porque goza de uno de sus grandes amores: regresar al mar, al caribe, a Barranquilla y Cartagena. A la Costa. Su gente. Su nación.
{"titulo":"‘Antológica de Maquiamelo’, una fusión artística entre Gabo y Marilyn","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/antologica-de-maquiamelo-una-fusion-artistica-entre-gabo-y-marilyn-1041339"}
'A mí realmente me hace feliz mi trabajo, es realmente lo que más me absorbe; segundo mi familia, tengo una familia magnífica, me hace feliz todas las personas que hacen parte de mi familia, tercero el poder estar entre Barranquilla y Cartagena, he construido toda mi vida entre las dos ciudades. Finalmente, me hacen feliz los libros, soy un fanático de los libros; entonces, me encantan los libros, mi biblioteca, mi colección, mis libros dedicados por Gabo y por mucha gente importantísima de mi vida; entonces, también en ese sentido no solo los leo y los disfruto, sino que colecciono libros', señaló.
Por último, fiel a su estilo, asegura que Colombia necesita dejar de encontrar tantos culpables a todos los problemas actuales y, de a poco, empezar a unir esfuerzos para construir país, un anhelo al que espera contribuir desde la fundación.
'Hay que cambiar el chip, es decir, que no solo la dirigencia, sino la gente se dé cuenta que más que señalar culpables tenemos entre todos que buscar soluciones, promover trabajo colaborativo, sacar adelante proyectos, y esas soluciones –por supuesto– pasan por combatir la corrupción, porque desgraciadamente creo que mucho de esa división es interesada para aprovecharse políticamente o económicamente de otros; entonces, tenemos que cambiar esa mentalidad, y eso no solo en Colombia, en toda América Latina', concluyó.





















