La hazaña de sobrevivir 40 días en la espesa selva del Guaviare

Los cuatro niños sobrevivientes de la selva del Yarí, Lesly, de 13 años; Soleiny, de 9; Tien, de 4 y Cristin, de un año, quienes de acuerdo con el parte médico entregado ayer en el Hospital Militar de Bogotá están en buenas condiciones de salud, pero deshidratados y con problemas nutricionales, pudieron soportar la travesía de 40 días en la maleza debido a que comieron fariña, frutas, vegetales y hierbas y pudieron tomar agua de lluvia de las hojas de los árboles en medio de esta lluviosa zona del sur del país.

Tras haber sido rescatados pasadas las 5 de la tarde del pasado viernes en un helicóptero de una zona agreste del Yarí, en límites entre el Caquetá y el Guaviare, en que el comando de búsqueda de uniformados e indígenas que los encontraron lanzaron la comunicación radial de 'milagro, milagro, milagro', y luego de haber sido trasladados inicialmente a San José del Guaviare, donde los recibieron sus familiares y las comunidades ancestrales, cerca de las 2 de la mañana de este sábado los pequeños llegaron en un avión medicalizado al Comando Aéreo de Catam en la capital, junto con sus abuelos y acompañados por un equipo del ICBF.

A las afueras del Hospital Militar, Fidencio, el abuelo, habló en la mañana de este sábado a periodistas: 'Acabo de mirar a los nietos. Tienen vida, pero están muy acabaditos. Sé que están en buenas manos, que está el hospital. Yo sé que esto va a salir bien y vamos a seguir viniendo todo el tiempo, aquí yo voy a estar porque esto es un proceso que toca seguir'.

A eso de las 11 de la mañana ingresó a las instalaciones del Hospital Militar el presidente Gustavo Petro, acompañado de la primera dama, Verónica Alcocer, y sus dos hijas Sofía y Antonella, a visitar a los cuatro niños. Allí los abuelos de los menores abrazaron al jefe de Estado y le agradecieron el apoyo, mientras que el mandatario les dio una voz de aliento a los niños y a sus seres queridos, y les dijo que el Estado colombiano siempre los cuidaría.

Los niños, que están siendo atendidos en habitaciones normales y les está siendo suministrado suero, recibieron también la visita más temprana del ministro de Defensa, Iván Velásquez, y la directora del ICBF, Astrid Cáceres, quien les llevó juguetes, pañales, peluches, gorras, ropa y un sonajero musical para Cristin, de apenas un año.

El general Carlos Rincón, directivo del Hospital Militar, rindió este sábado un parte médico positivo sobre el estado de salud de los niños: 'Encontramos a los niños en condiciones clínicas aceptables a pesar de la crisis, en este momento el servicio de pediatría hace exámenes diagnósticos, paraclínicos y de imagen con un soporte nutricional y sicológico. La niña de un año se encuentra estable, es la que requiere mayor atención nutricional e iniciaremos un proceso a mediano y largo plazo'.

Y la directora del ICBF, Astrid Cáceres, dijo que esta es 'la historia de una familia que habla con el presidente y le da el mandato de traer a los pueblos indígenas porque sino va a ser imposible sacarlos, los sabedores, los que les pueden hablar a la selva. Llegaron 11 nukak a trabajar con la tropa y la tropa empieza a aprender cómo es la selva y cómo se sobrevive desde la otra lógica y trabajan juntos. Y no se trata de quién hace qué sino de que todos hagamos todo lo posible'.

Desde el Hospital Militar, el jefe del Comando de Operaciones Especiales, general Pedro Sánchez, quien dirigió el rescate, narró los pormenores del hallazgo de los cuatro niños.

'A las 5:15 de la tarde del viernes, el comandante de la División de Fuerzas Especiales me reportó ‘milagro, milagro, milagro’. Esa era la clave que significaba que los habíamos encontrado. La pregunta fue en qué estado se encuentran y la respuesta fue: vivos. Era en realidad un milagro. Después de ello conformamos un equipo articulado de todas las capacidades para traer a esos niños. Y en menos de una hora estaban dispuestas cuatro aeronaves, dos helicópteros de rescate, una aeronave de iluminación fantasma y un avión de transporte medicalizado, pero detrás de ellos un equipo multidisciplinario conformado por pediatras, expertos en neonatos y también en medicina aeroespacial y enfermeras para que garantizaran traerlos y rescatarlos', dijo el alto oficial.

Agregó Sánchez que 'la oscuridad comenzaba y dificultaba la operación. Por ello usamos aviones que lanzaron bengalas y en lo profundo de la selva insertamos unos rescatistas y justo cuando extrajimos al último de los niños comenzó a llover. Íbamos a hacer un movimiento al helipuerto, donde íbamos a hacer un ritual espiritual de parte de nuestra comunidad indígena, pero no fue posible. Inmediatamente la aeronave regresó a Calamar, donde tanqueó. Y luego a San José del Guaviare, allí se hizo el ritual indígena, y se hizo la transferencia a un avión medicalizado que los trajo a Bogotá'.

Expresó el general que 'en la aeronave solo se respiraba el nombre de la operación: Esperanza'.

El accidente que dejó a los niños perdidos en la selva ocurrió el pasado 1 de mayo cuando un avión Cessna 206 operado por la compañía Avianline Charter’s en el que viajaban los cuatro niños junto con su madre, otro adulto y el piloto se estrelló en la selva amazónica, entre los departamentos de Caquetá y Guaviare.

Quince días después, las autoridades hallaron el avión estrellado y a los tres adultos muertos en su interior, pero no encontraron a los menores, por lo cual se puso en marcha la Operación Esperanza, que movilizó en la espesura de la selva a más de 200 militares e indígenas de la zona en busca de los niños. Finalmente el viernes, en el día 40 tras el accidente, se produjo el milagro.

'Heroína' es sin duda la palabra que se le debe atribuir a la hermana mayor, Lesly Mucutuy, de tan solo 13 años, quien mantuvo con vida a sus hermanitos de 9, 4 y un año. 'Fue la niña, la mayorcita, nuestra heroína, la que con su sabiduría cuidó y protegió a sus hermanos', explica el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovanny Yule, uno de los que lideró la búsqueda desde lo institucional, y quien contó además que se trata de una hazaña, pues esta selva es densa, virgen, llueve casi todo el día y abundan los animales peligrosos. Pero, agregó, el conocimiento uitoto de la naturaleza, que tiene Lesly, fue la clave.

'Nuestra premisa como comandos: jamás se abandona a un compañero caído en el campo de combate. Avanza la Operación Esperanza en la búsqueda de nuestro canino Wilson, que haciendo rastreo y en su afán de encontrar a los niños se aleja de las tropas y se pierde', dijo el comandante de las Fuerzas Militares, general Hélder Giraldo.