'Lo hago para mantener lejos al alemán'. Esa, entre risas, es la explicación del neumólogo Arcelio Blanco para explicar su pasatiempo favorito: el avistamiento de aves. Hace referencia al Alzheimer, y lo hace porque su reto es aprenderse el nombre científico de todas las especies que encuentra a su paso cuando sale a dar paseos, recorrer el barrio El Prado o aventurarse los fines de semana a distintas zonas. Incluso ya tiene un libro que espera vea la luz próximamente.
A kilómetros de distancia del doctor Blanco está Diego Emerson Torres. Él también tiene esta pasión y la comparte además con sus seguidores en redes sociales. Tampoco tiene una carrera afín con la biodiversidad porque trabaja en Bogotá en un negocio familiar, pero sábado tras sábado el plan con su esposa es despertar a eso de las 4:30 de la mañana para ir en búsqueda de nuevas especies.
Arcelio y Diego disfrutaron del Global Big Day, el evento mundial de avistamiento de aves —una iniciativa organizada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell— que Colombia volvió a comandar (por tercer año consecutivo) con 1.590 especies registradas. Gozan descubriendo un nuevo canto y los colores de algún nuevo pájaro.
Para Juanita Aldana, bióloga y profesora de la Universidad del Norte, con este tipo de actividades 'la gente se vuelve más consciente de su realidad, del sitio en el que habita. Ese vínculo con la naturaleza a veces se rompe y las aves ayudan mucho a reconectarnos. La consecuencia es que al momento de tomar decisiones no se tenga en cuenta a la naturaleza'.
Según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB Colombia), en nuestro país hay 1.909 especies de aves registradas (con más de cuatro millones de registros en esta plataforma), 140 especies se estima están en amenaza. De esta última cifra 17 están en peligro crítico, 56 en peligro y 67 en condición vulnerable.
Del total de aves en el territorio nacional, 82 son endémicas y 165 migratorias.
Francisco Velásquez, biólogo y profesor de la Universidad del Norte, explica que 'esto se debe en parte a que el país tiene un territorio muy heterogéneo, tenemos la Cordillera de los Andes, el Amazonas, el Caribe, el bosque seco, los Llanos, todo hace que existan diferentes especies de aves adaptadas a diferentes clases de ambiente'.
PERCEPCIONES
El doctor Blanco los llama 'dinosaurios voladores'. Él observó 52 especies en la actividad de avistamiento global y le encanta además la fotografía y la astrofotografía.
No sabe qué está viendo de primer golpe, entonces recurre al Wikiaves de la Universidad Icesi. Además tiene eBird, una aplicación en su celular para identificarlas. También se mantiene en permanente contacto con expertos para aprender más.
'En el Caribe somos privilegiados porque tenemos ecosistema de bosque seco, pero también de montaña como la Sierra Nevada de Santa Marta. Esto hace que se pueda tener una gran diversidad de especies residentes y migratorias', dice el profesor Velásquez.
Desde otra esquina, la pasión de Diego empezó porque junto a su esposa le gustaba caminar los Parques Nacionales Naturales.
Al llegar a Bogotá se pusieron manos a la obra. Allí, hace tres años comenzó su pasión. Coordinan horarios y generalmente salen los domingos a las 4:00 de la mañana a observar aves con el conocimiento que han venido adquiriendo poco a poco.
'De casualidad un día llegamos a un santuario de flora y fauna cerca de Pereira, el Otún Quimbaya, que está destinado a la observación de aves y a nosotros nos sorprendió'.
Juan Pablo Gómez, biólogo y profesor de la Universidad del Norte, cuenta además que las aves tienen una importancia grande en dos términos: 'El tema de ecoturismo también genera conservación. Eso promueve la conciencia alrededor de las aves a una escala más local, que es lo que ha sido un problema en Colombia con las últimas cifras gigantes de deforestación'.
Lo otro, señala, es que hablamos de un grupo muy carismático, 'son muy fáciles de observar una vez uno las muestra'.
'Es sencillo que la gente tome conciencia de la gran diversidad que tiene a su alrededor, ya que las aves son muy vistosas y se encuentran tanto en lugares urbanos como naturales. Se pueden considerar a las aves como un grupo sombrilla, ya que a través de su conservación se produce la protección de otras especies (...) Las aves son polinizadoras, están involucradas en procesos de regeneración de bosques y además controlan plagas porque muchas especies son insectívoras . Culturalmente, las aves también juegan un papel clave. Por ejemplo, los Coyongos del Carnaval de Barranquilla representan a las cigüeñas, aves que podemos ver en lugares como el parque Isla Salamanca, otro ejemplo es la Danza de los Goleros, originaria del municipio de Sabanalarga, vemos entonces que el valor de las aves no es solo ecológico sino también cultural. Por lo tanto, todas estas cosas hacen que las aves se deban conservar y les demos el reconocimiento que se merecen ', explica Velásquez.
RECOMENDACIONES
‘Pajarear’ es como le llaman a esta actividad de salir a observar aves y para hacerlo las recomendaciones son sencillas. 'Lo primero que se debe tener es una buena guía de aves y lo siguiente unos binoculares. Ahí puedes ir filtrando y descubriendo. Esos dos no faltan en el morral junto a meriendas e hidratación', sugiere Diego para quienes deseen realizar esta actividad.
Él y su esposa, por ejemplo, en las vacaciones escogen un lugar en Colombia para hacer visitas. El más icónico y rico en aves, o como él lo llama, 'el paraíso de las aves', ha sido Minca, en Magdalena. 'Desde que uno arranca a caminar todo lo que uno ve es muy especial. Esa región de la Sierra Nevada es maravillosa', cuenta.
Gómez y Aldana recomiendan además varios lugares cerca de Barranquilla para ‘pajarear’. El Lago del Cisne es un lugar recomendado por ellos para observar aves. 'En el bulevar de Buenavista, por ejemplo, se puede ver a la guacharaca endémica, que solo está en el Caribe colombiano. El Jardín Botánico es también un parque con buenos árboles, hay un cuerpo de agua y también se pueden observar. Las playas y el Río Magdalena, así como el Malecón son lugares para disfrutar'.
Y si nos vamos más lejos nos encontramos con el Parque Isla Salamanca. Allí, con guías se puede recorrer ese templo natural. Asimismo, en la Sierra Nevada encontraremos 28 especies endémicas.
En el Atlántico hay bosques secos que también tienen muchas aves. Está El Ceibal, Los Rosales, Luriza y otros que no son áreas protegidas, pero que se pueden visitar.
'En Barranquilla hay árboles llenos de cotorras, por ejemplo, eso es lo chévere de las aves, que las encuentras en todos lados. Es un hobbie ecológico y solo se necesita disposición y binoculares', reitera la profesora Juanita Aldana.
Análisis determinó una gran diversidad de aves en el Club Lagos del Caujaral
En el Club Lagos del Caujaral los biólogos Hugo A. Vides y Guillermo Galvis Plazas desarrollaron un estudio que permitió encontrar una riqueza de aves representada en 182 especies, el 29% de las reportadas en la Región Caribe colombiana. De ese análisis se determinó además que nueve especies de aves se consideran con alguna categoría de endemismo, solo una especie se encuentra bajo alguna categoría de amenaza, se trata del pato cariblanco (Anas bahamensis), el cual, se encuentra listado como amenazado de extinción en la categoría de especie casi Amenazada (NT) a nivel nacional.
Además, el 23% (59 especies) fueron aves migratorias, de las cuales 40 especies son migratorias boreales y 45% (78 especies) son especies que enfrentan presiones antropogénicas directas en el Atlántico y la región Caribe.
Este es también un lugar para disfrutar del avistamiento de aves, donde además se realizan talleres mensuales dirigidos por expertos, para que cada vez sea más grande la comunidad que busca, como dice el doctor Blanco, retratar estos dinosaurios voladores.


