El Heraldo
Cesar

Hace 22 años los ‘paras’ desaparecieron a 7 agentes del CTI en Cesar

Con una misa, la Fiscalía en Valledupar y familiares de las víctimas conmemoraron un año más de la muerte de los investigadores judiciales a manos del Bloque Norte de las AUC.

Han pasado 22 años desde que siete agentes del CTI fueron desaparecidos por hombres del Bloque Norte de las Autodefensas en el Cesar. El caso sigue siendo un misterio para sus familiares, que continúan en la búsqueda de la verdad y de los restos de sus seres queridos. 

Con una eucaristía, familiares y funcionarios de la Fiscalía en Valledupar, conmemoraron este miércoles aquel 9 de marzo del año 2000, cuando los funcionarios judiciales cayeron en poder del frente Juan Andrés Álvarez, comandado por John Jairo Esquivel, alias ‘El Tigre’, en momentos en que llegaron a la hacienda ‘Holanda’, en el municipio de La Paz, con el propósito de hacer la exhumación del cuerpo de Alcides Tiburcio Rivera, un vendedor de paletas que había sido reportado como desaparecido el 15 de octubre de 1999. 

Tres de los agentes salieron de Valledupar y cuatro desde Codazzi para encontrarse en el área rural de Minguillo, donde tenían información que estaba sepultado el cadáver de Rivera, pero allí fueron interceptados y desaparecidos por el grupo paramilitar. 

Desde aquel día comenzó la angustia para estas familias que han acudido al relevo generacional para no desfallecer en el intento de saber qué sucedió con los siete agentes del CTI. Ya son tres generaciones en búsqueda; padres que han envejecido; hermanos, algunos también muertos en el rastro; esposas, y ahora hijos y sobrinos, quienes mantienen vivo el seguimiento a este hecho que los marcó con una huella de dolor. 

La única certeza que tienen sus familias es que Edilberto Linares Correa, Danilo Carrera Aguancha, Carlos Ibarra Bernal, Hugo Quintero Solano, Israel Roca Martínez, Mario Anillo Trocha y Jaime Barros Ovalle fueron asesinados, pero la ubicación de los restos sigue siendo incierta. 

Las versiones de los desmovilizados que han confesado su participación en el crimen tienden a crear confusión. Alcides Manuel Mattos, alias el Samario, desmovilizado del frente Juan Andrés Álvarez de las AUC, declaró en una audiencia que recibió los restos en siete sacos y los arrojó al río Cesar desde el puente Rabo Largo, en el centro del departamento. 

John Jairo Esquivel, alias el Tigre, relató que la orden de asesinar a los funcionarios la dio el jefe máximo de las AUC, Carlos Castaño Gil. ‘El Tigre’ entregó además las coordenadas de donde estarían sepultados los restos en fosas comunes, a orillas del río Cesar, pero nunca fueron encontrados en más de 100 excavaciones. 

No obstante, en su afán por conocer la verdad, Claudia Balsero, viuda del técnico criminalista Israel Roca, y familiares de los otros agentes del CTI, lograron una cita en el departamento de Córdoba con Carlos Castaño, quien reconoció que el hecho sí lo habían cometido los paramilitares, pero no por orden de él, sino de ‘Jorge 40’. 

“Nunca dijeron la verdad, eso de justicia tampoco se ha dado”, aseguran familiares de los agentes asesinados, al señalar que los postulados no dijeron dónde dejaron los cuerpos. 

Edinson Ibarra, hermano del investigador judicial Carlos Ibarra, sostuvo que “para nosotros han sido más de dos décadas de sacrificio e impotencia de no saber hasta la fecha dónde están enterrados los cuerpos de mi hermano y sus seis compañeros del CTI”. 

“Seguiremos luchando y no vamos a finalizar hasta encontrarlos. Ha sido un tiempo muy duro, hemos tenido mucha tristeza, mis padres han sufrido por la muerte de mi hermano, pero continuamos en la búsqueda de la verdad y dando nuestro testimonio para que esos flagelos del secuestro y la desaparición forzada no sean reiterativos en Colombia”, puntualizó. 

Condena a ‘Jorge 40’

En 2012, el Juzgado Penal del Circuito de Descongestión Adjunto de Valledupar, condenó a 25 años de prisión al exjefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40 por la desaparición y muerte de los siete funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación en marzo de 2000. 

De acuerdo con el fallo, ‘Jorge 40’ habría ordenado la muerte de los siete agentes del CTI. Durante las versiones de los exparamilitares, algunos confesaron su participación en la desaparición y posterior asesinato. 

John Jairo Esquivel, quien se sometió a Justicia y Paz, confesó su participación en la desaparición de los funcionarios judiciales; quedando en libertad tras pagar cerca de ocho años de cárcel por actos criminales en el marco de esta jurisdicción. 

El exparamilitar reveló que los agentes fueron asesinados con tiros de gracia por miembros del frente 'Juan Andrés Álvarez'. 

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