Luego de 29 años, los restos óseos de María del Pilar Pérez Blanco fueron inhumados en una bóveda del cementerio del municipio de Agustín Codazzi, tras la entrega realizada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), junto con excombatientes y firmantes de los Acuerdos de Paz, miembros de la Corporación Humanitaria Reencuentros.
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La joven desapareció en hechos relacionados con el conflicto armado en 1993, en zona rural del municipio de San Diego. Este cordón montañoso sirvió de tránsito a los grupos irregulares que penetraron en la Serranía del Perijá y se apoderaron del territorio.
Los Pérez Blanco, una familia trabajadora y campesina, propietaria de una pequeña parcela en la que criaban animales de patio y cultivaban productos de pancoger para el sustento del hogar, criaron en medio de la escasez a sus cinco hijos. María del Pilar, la hija mayor, se vinculó a uno de los grupos armados que operaban en la zona.
La adolescente perdió el contacto con su familia; pese a que ellos se dedicaron a buscarla y seguir pistas, nunca pudieron ubicarla. Muchos años después, vieron en televisión que, en medio de un combate en la Sierra Nevada de Santa Marta, había muerto una persona con las características de su familiar. Intentaron ubicar el cuerpo, pero esa posibilidad también les fue negada.
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Las investigaciones adelantadas por servidoras de la Unidad de Búsqueda, en el marco del Plan Regional Centro del Cesar, concluyeron que María del Pilar había fallecido en 2002, cuando daba a luz a su hijo. Las complicaciones propias de un parto en condiciones no aptas ocasionaron su muerte. El niño fue entregado a una familia, y el cuerpo de la mujer inhumado en una vereda rural del municipio de Fundación, en el Magdalena.
En 2019, el Comité Internacional de la Cruz Roja había recuperado un cuerpo en una finca ubicada en la vereda La Arenosa, jurisdicción del municipio de Fundación, y lo entregó al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Al cruzar esa información con las muestras biológicas tomadas a la familia Pérez Blanco, se encontró una coincidencia: el cuerpo pertenecía a la hija mayor, a quien buscaban desde hacía 29 años.
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Otro reto cumplido con éxito fue el reencuentro entre Cristian, hijo de María del Pilar, y su familia materna, llevado a cabo a finales de 2024 en Valledupar. Aunque su madre no está, el acercamiento con los Pérez Blanco se dio de manera armónica.
“Nos dio mucha felicidad encontrarnos con Cristian; es igual a mi hermana, como la presencia de ella en medio de nosotros. Una bendición de Dios”, puntualizó la hermana de María del Pilar, con gratitud.
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El equipo de la UBPD en Cesar y La Guajira registra un universo que supera las 5.000 personas desaparecidas. Tiene cobertura en los municipios de Pailitas, Pelaya, Tamalameque, El Paso, Curumaní, La Jagua de Ibirico, Chimichagua, Chiriguaná, Astrea, Becerril, Agustín Codazzi, San Diego, Manaure, La Paz, Pueblo Bello y Valledupar en el Cesar; y en El Banco, Magdalena.
En La Guajira, en los municipios de El Molino, La Jagua del Pilar, Urumita, Villanueva, San Juan del Cesar, Barrancas, Distracción, Fonseca, Hatonuevo y Albania.