Ante la expectativa que se despertó hoy en muchas personas del mundo frente al emocionado anuncio del Señor Putin, presidente de Rusia, sobre la vacuna Sputnik V contra el Covid-19, muchas otras respondimos con ciertas dudas y nos preguntamos ¿No será que el remedio nos pueda resultar peor que la enfermedad?
Es cierto, la humanidad entera está esperando con ansias la vacuna, sabemos que sin ella nos será muy difícil seguir conviviendo sin contagiarnos, pero todos los seres humanos esperamos y confiamos en que la comunidad científica internacional le ofrecerá al mundo una vacuna segura, que no sólo nos permita no contagiarnos, sino que no nos vaya a presentar problemas graves de salud a largo plazo. Sabemos que a pesar de la ansiedad, de la angustia por tenerla y poder volver a la normalidad, lograr una vacuna segura exige tiempo, no se puede improvisar. Y dado que la ciencia no es la posesión de la verdad, sino su búsqueda –en palabras de Henri Poincaré y Karl Popper– todos los ciudadanos del mundo tenemos nuestros ojos puestos en los científicos de la medicina, confiamos en sus búsquedas, en su responsabilidad, en su ética y en sus esfuerzos por salvar a la humanidad de esta grave tragedia que a todos nos encontró desprevenidos.
Blanca Inés Prada