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Bajo un caluroso clima y acogidos por los sonidos más representativos del Caribe colombiano, los espectadores de la Gran Parada Carlos Franco pudieron ser testigos de unas de las muestras folclóricas más populares del Carnaval.

El desfile inició alrededor de las 2:00 p.m. en el barrio Olaya y terminó en la carrera 14 con calle 47.

Durante esta edición primaron los sonidos de la cumbia, junto a los movimientos constantes de las faldas de cuadros y las decoraciones florales llenas de brillo que reposaban sobre la cabellera y sobre las pañoletas de los bailarines.

Los niños también fueron grandes protagonistas en este recorrido. Sus diminutos vestuarios y disfraces generaban en el público una inmensa ternura, que en ocasiones se manifestaba a través de aplausos y gestos de cariño.

Con la intención de salvaguardar sus tradiciones, estuvieron presentes delegaciones de distintas partes del país, como fue el caso de la comparsa Asociación Adulto Mayor de Floridablanca. Este grupo de ancianos viaja desde Santander hasta la capital del Atlántico, hace 14 años, para gozarse la festividad.

Otros personajes, además de despertar la atención, generaron gran admiración. Una dama de 40 años arrastrando grandes piezas de madera que simulaban la figura de una araña ilustraba, según lo que expresó, 'la búsqueda del agua y de comida' como sinónimo del cuidado por el medio ambiente y la fuerza de las mujeres.

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Siguiendo el recorrido, también se logró captar las mejores ideas personificadas, resultado de mentes creativas y con experiencia, como fue el caso de Ramón Vergara, creador y coordinador de Invasión de Orugas.

Este grupo de jóvenes vestidos completamente de verde portaron unas vestimentas de las que surgían pequeños tentáculos salmones.

'Normalmente siempre saco disfraces que me inspiren en la naturaleza. En un viaje vi estos gusanos y quise materializar la idea en este Carnaval', contó Vergara, quien también ha ganado varios premios a nivel distrital por su aporte a la cultura.

Validando su compromiso por las carnestolendas, el alcalde Jaime Pumarejo dio a conocer su satisfacción al verse rodeado de aquellos aspectos que engrandecen a Barranquilla. 'Esta fiesta no se detiene y seguimos mostrando lo mejor de nosotros. Lo único que se desborda en este momento es la alegría'.

Por su parte, la reina del Carnaval de la 44, Andrea Henrríquez, no dejó de agradecer a toda la comunidad por la asistencia y el continuo apoyo recibido.

La Gran Parada Carlos Franco demostró una vez más que el peso de las ideas y la importancia de los elementos que surgen de una mente original pueden hacer de esta muestra algo único.

Como una expresión artística de gran formato y que se desprende de la realidad, así se describiría este suceso que acompaña cada año el segundo día de la celebración en la capital del Atlántico.