Monumentos: entre la indigencia y el vandalismo
Rayones, manchas y el robo de piezas, entre otros actos vandálicos, amenazan con destruir buena parte de las esculturas instaladas en distintos puntos de la ciudad.
Corazones, juramentos de amor eterno, odas al Junior y hasta mensajes de tinte político no serían negativos si no estuvieran plasmados sobre los monumentos por los que Barranquilla cuenta su historia, triunfos y conmemora a los personajes que dejaron en alto su nombre alrededor del mundo.
Escultura como la de San Nicolás de Tolentino luce en pleno corazón del centro de la ciudad sin brazos, y según residentes del sector como Winston Rivera, los responsables “son viciosos que en medio de su trance después del consumo de droga, empiezan a regar el interior de las canecas de basura, a hacer sus necesidades fisiológicas en la vía pública, y a subirse al monumento, tratando de desprender sus extremidades”.
Lo anterior, explica por qué al santo patrono de la Iglesia de San Nicolás le faltan la mayoría de sus dedos, y al general Diego Castro, primer gobernador del Atlántico, cuya estatua reposa en el Parque de Los Fundadores, no tenga su mano derecha.
Según Juan José Jaramillo, secretario de Cultura de Barranquilla el arreglo o restauración de un monumento está costándole al Distrito entre 6 y 7 millones de pesos, “dependiendo del tamaño y de la gravedad del daño”.
Otra de las problemáticas que se evidencian en las obras es el robo sistemático de sus placas conmemorativas, que en ocasiones y por fines estéticos, están hechas en mármol o cobre.
El valor de estos materiales en el mercado negro es motivo suficiente para que se las roben los antisociales. Pues según Hernilda García, habitante del sector “las quitan para venderlas a cambio de droga”.
Un ejemplo fehaciente de esta situación puede verse en el monumento de Esthercita Forero, en la plaza que lleva su nombre y que está a la altura de carrera 43 con calle 73.
Forero, quien fue una de las más importantes gestoras culturales de la identidad barranquillera ante el mundo, se encuentra desprovista de las placas por las cuales además, se les recordaba a la ciudadanía sus aportes a la música y a las artes de La Arenosa.
Sin embargo, el monumento a ‘La novia de Barranquilla’ no fue la única víctima de los delincuentes, pues sobre el Bulevar Simón Bolívar, en la glorieta de la calle 17 y la carrera 9 el monumento al famoso músico, arreglista y director de orquestas soledeño, Pacho Galán, también se erige sin la placa que le recuerda al mundo sus aportes a la cultura Caribe.
Y como si esto no fuera suficiente, su base está rayada con todo tipo de mensajes, así como sucede en los monumentos de Shakira a las afueras del Estadio Metropolitano, y en el Parque de los Enamorados, cuya obra central realizada por el magdalenense Yino Márquez se encuentra reseñada con frases como “La UP vive” “Resistencia” “G y D”.
Asimismo, las obras de Ernesto Mc Causland y el monumento a la Aviación, ubicados en la calle 17 presentan un estado de deterioro, descuido y suciedad, puesto que la primera está manchada y llena de pintura y la segunda luce, vieja y oxidada en algunas de sus partes.
Euen estado
Pese a la situación general de los monumentos en Barranquilla, las estatuas del Joe Arroyo ubicado en el Parque de los Músicos; la estatua del prócer Simón Bolívar en la plaza que lleva su nombre, y las obras que adornan el Parque de los Fundadores; son las que mejor estado presentan, puesto que aún se erigen impolutas de mensajes vandálicos y de cualquier tipo de hurto en su estructura.