Hacia las 8:40 de la mañana del jueves 2 de mayo, cuando los patrulleros Elkin Díaz y Wilmer Lindarte se desplazaban por la calle 30 con carrera 21, al suroccidente de Barranquilla, fueron sorprendidos por los aullidos de un perro.
'El canino, al parecer, cayó por el canal del arroyo', narró el patrullero Díaz para la línea de Wasapea a EL HERALDO.
'El perrito no podía moverse estaba atrapado entre la maleza, en un pedazo de tierra. Esa escena me partió el corazón', seguía contando el patrullero.
Lo que vino después fue la odisea. Sin cuerda ni ninguna protección, Elkin bajó la paredilla, pero quizás, por su instinto de supervivencia o temor, el perro solo atinó a ladrar una y otra vez, cuando el patrullero intentaba acercarse, mientras que a los moradores se les escuchaba a lo lejos un 'tranquilo, mijo', refiriéndose al perro.
En uno de los radio-teléfonos algunos de los colegas, le aconsejaba a Elkin que le diera comida al perrito para que se ganara su confianza. Y ahí, en medio de la angustia por no saber cómo acercarse, Díaz empezó a arrancar pedazos de las matas que habían crecido en esa parte del arroyo para que funcionaran como cadena, sin embargo por su fragilidad estaban en riesgo de romperse. Fue cuando uno de los mototaxistas le lanzó una larga tela que hábilmente amarró con la cuerda que el perro llevaba en su cuello y así de un 'totazo' lo subieron.
Tenía lastimada una de sus patas y todavía seguía arisco. Minutos más tarde apareció la señora Alicia, su dueña, quien manifestó que el perrito llevaba más de 12 horas desparecido. Agradeciéndoles por el valiente gesto a los patrulleros Díaz y Lindarte, retornó a su casa con la mascota que había dado por perdida.
'Afortunadamente pudimos sacarlo a tiempo y hoy está con su familia nuevamente, estas pequeñas obras son las que nos llenan de orgullo para seguir ayudando a la comunidad', dijo el patrullero Díaz.
Luego del episodio fue visto por un especialista, ya que tras 'la maroma' sufrió un esguince de tobillo. Hoy se recupera tras dos días de incapacidad para volver a su jornada habitual en la Estación de Policía del barrio Simón Bolívar.




















