Compartir:

Por necesidad, no hay otra razón más arraigada que esa. Saben que deben cuidar del agua porque, como alguna vez les faltó, la valoran con ahínco. En Arroyo Negro, corregimiento de la jurisdicción de Repelón, no obtenían el preciado líquido del grifo, sino de un pozo del cual extraían “agua gorda”, un término que le adjudicó la comunidad a aquel líquido que se caracteriza por tener minerales más pesados.

Pero esos días quedaron en los recovecos de la historia de Arroyo Negro tras las obras de agua potable que entregó la Gobernación del Atlántico en abril de este año. Y dicho hito propició el nacimiento de un grupo cuya labor sería, desde entonces y para siempre, convertirse en “un ente de control” que garantice que la comunidad haga buen uso del recurso hídrico.

Al pie del cañón, enérgicos y colmados de conocimiento, así están los Guardianes del Agua de Arroyo Negro. En su imaginario, visten de capa y máscara como los superhéroes que salvarán al corregimiento de la falta de desabastecimiento de agua potable en un futuro. Pero en la vida real, son alrededor de 30 pequeños entre los 8 y 10 años que, con orgullo, velan porque en la Institución Educativa Departamental Arroyo Negro los estudiantes apliquen prácticas sostenibles.

Sin embargo, en medio de esos dos escenarios hay un resultado en común: si continúan con su ardua labor, cultivarán en sus prójimos un sentido de pertenencia por el agua, lo que podría asegurar su permanencia por muchísimo tiempo más.

“Para mí, ser un guardián del agua es cuidarla: no ensuciarla, no contaminarla, no botarla ni malgastarla. Diariamente, para proteger el agua, les digo a mis compañeros del colegio que no la boten, porque algunos niños juegan y la desperdician. Yo pienso que, de pronto, en otros municipios no tienen, y aquí nosotros la estamos malgastando”, expresó Juseth José Reyes Carrillo, quien tiene 10 años y hace parte del programa.

Y, por su lado, su hermano, Jhosueth, reconoce el valor de este recurso: “Entendemos que el agua la necesitamos para muchas cosas: para beberla, para cocinar, para todo lo necesario”.

Todo este conocimiento, al final, aterriza en sus compañeros, a quienes les enseñan la trascendencia de conservarla.

“Es importante el cuidado del agua porque mantenemos nuestro ambiente limpio y no estamos contaminando algo que necesitamos para poder consumirla”, explicó la estudiante Salomé Pérez.

Estas ideas fueron adquiridas durante las Escuelas del Agua, lugar en el que acentuaron su sentido de pertenencia por el recurso hídrico de su corregimiento. Tras la capacitación, empezaron a fungir sus roles como veedores.

“Ellos están atentos cuando los demás estudiantes se lavan las manos, cuando entran al baño. Ellos se turnan. Se organizan para estar pendientes, sobre todo en los lavamanos, y vigilan que los demás no desperdicien el agua”, explicó Angélica Marchena, docente que coordina la estrategia en el colegio.

La profesora indicó que, desde la implementación del programa en la institución, los pequeños que hacen parte han desarrollado habilidades de liderazgo.

“De verdad que asumen este papel con responsabilidad: están ahí, como su nombre lo indica, como guardianes, cuidando que los demás no hagan lo indebido. Además, han adquirido mayor conocimiento sobre prácticas sostenibles”, agregó la docente.

Detalló que los niños han complementado su vigilancia con actividades de concientización, colocando carteles, promoviendo campañas y fomentando el aprovechamiento responsable de este recurso.

Un proyecto integral

Este programa, de la Gobernación del Atlántico, nace a través de una estrategia del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio llamada ‘Clubes Defensores del Agua’, y en el Atlántico se decidió llamarla ‘Guardianes del Agua’ desde el 2015. Esta propuesta pretende estar presente en cada municipio, especialmente cuando se ejecutan obras de instalación de agua potable, alcantarillado y saneamiento básico.

“Nuestras obras muchas veces no se ven porque están bajo tierra, enterradas o construidas a gran distancia de las comunidades. Entonces, visibilizamos ese trabajo a través del programa ‘Guardianes del Agua’ y de las Escuelas del Agua al momento de entregar las obras”, explicó Isis Brugés, profesional social del Plan Departamental de Agua del Atlántico.

Este programa se realiza de la mano con las instituciones educativas y los estudiantes del departamento, quienes reciben talleres que incluyen actividades para que conozcan el proceso de potabilización del agua, capacitación, cartillas didácticas, kits de trabajo y visitas a las plantas.

Lo anterior con el fin de que transmitan dicha información en los salones de clases, hogares y comunidad en general.

Cabe destacar que, cada año, ‘Guardianes del Agua’ busca impactar al menos 10 instituciones educativas. Actualmente están en Arroyo de Piedra, Ponedera, Campeche, Rotinet y otros corregimientos del departamento.

“Los niños son como esa semillita que sembramos. En ellos podemos influir en actitudes y comportamientos que a futuro marcarán la diferencia en la comunidad y en el desarrollo del departamento”, finalizó Brugés.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOEn la Institución Educativa Departamental Arroyo Negro, los guardianes del agua se ubican principalmente sobre la zona de lavado de manos, en donde vigilan que no malgasten el líquido.

Cobertura de agua en Atlántico

En conversación con Lady Ospina, secretaria de Agua y Saneamiento Básico, notificó que el departamento ya alcanzó un 95 % de cobertura de agua potable en cabeceras municipales, superando el promedio nacional, y un 64 % en zonas rurales.

Puso de presente que las inversiones en el Atlántico superan 1,3 billones de pesos y que, actualmente, se ejecutan proyectos por más de 660 mil millones, entre los que destacan el Acueducto del Norte y el acueducto de Malambo.

Mientras que en la zona rural sobresale la inversión en Sabanalarga y en el acueducto de Villa Rosa, con el que, por primera vez, más de 7.000 habitantes van a contar con agua potable gracias a inversiones que superan los 11.000 millones de pesos.

Del Dique al grifo: así llega el agua a Arroyo Negro con las obras

Entre las acciones que realizan los ‘Guardianes del Agua’ del colegio departamental Arroyo Negro está una socialización de cómo llega el agua al corregimiento.

Los estudiantes explican que se toma el líquido del canal del Dique, luego se conduce hasta la planta de tratamiento en Luruaco y, desde allí, en la línea que va hacia Arroyo de Piedra se hace una desviación que finalmente llega a Arroyo Negro.

Posterior, el agua llega a una estación de rebombeo, pasa al tanque elevado y de ahí se distribuye a toda la comunidad.