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Este 31 de julio, se celebra en todo el mundo el Día de los Guardabosques. Estas personas tienen la misión de cuidar, en bosques, montañas y selvas, a las especies más extraordinarias y amenazadas del planeta. Y es, precisamente, el trabajo que realizan los guardabosques de la fundación colombiana ProAves.

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Los guardianes de la naturaleza de esta entidad, que suman un total de 32 hombres y mujeres, se encargan de proteger las 27 reservas naturales de la organización en todo el país. La fundación indicó que son ellos quienes dedican sus vidas a conservar especies endémicas, restaurar ecosistemas y prevenir amenazas como la deforestación, el tráfico de fauna y la expansión de la frontera agrícola.

“Nuestros guardabosques que protegen estas 27 reservas de la Fundación ProAves, no sólo protegen estas especies en estado crítico, sino que también fomentan la educación ambiental, fortaleciendo las comunidades y asegurando un legado para futuras generaciones”, expresó la directora ejecutiva de ProAves, Paloma Carrillo.

Cabe destacar que, con su trabajo, le han encontrado un refugio a aves únicas, como el Paujil de Pico Azul, el Periquito de Santa Marta y el Loro Orejiamarillo.

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“Ser guardabosques es más que un trabajo: es una causa de vida. Su conocimiento ancestral y su cercanía con los ecosistemas han sido clave para preservar lo que aún nos queda”, aseguró la dirección de la Fundación ProAves.

Asimismo, señalaron que este rol se convierte fundamental teniendo en cuenta los tiempos de crisis climática y pérdida acelerada de biodiversidad.

“Por eso, desde ProAves hacemos un llamado a visibilizar, apoyar y dignificar la labor de quienes cuidan nuestros bosques como un acto de resistencia, amor y esperanza para el futuro del planeta”, sentenciaron.