El departamento del Atlántico y la región Caribe en general ha experimentado en los últimos meses unas altas temperaturas que tienen sofocado a más de uno en este territorio. Mantenerse hidratado, protegerse del sol, bañarse varias veces al día, así como mantener encendido abanicos y aires acondicionados, parece ya no ser suficiente para amortiguar el calor en esta zona del país.
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De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el día más caluroso que registró el departamento en lo corrido del mes de agosto fue el lunes 19 con una temperatura de 36.2°C. Si bien no ha superado el máximo histórico (38.7 y 40.0 grados Celsius), se ubica muy cerca de este y con tendencia a que en próximos años sigan elevándose los registros.
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Según las predicciones hechas por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su informe anual ‘Actualización Climática Global Anual a Decenal’, y dadas a conocer por el Ideam, existe una probabilidad del 80 % de que la temperatura media anual global supere temporalmente los 1.5 °C entre 2024 y 2028.
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Señala, además, que es muy probable que al menos uno de los próximos años rompa el récord del año más cálido registrado en el país. Hasta el momento, y de acuerdo con los datos preliminares registrados por las estaciones del Ideam, los departamentos de la región Caribe que registraron mayores temperaturas máximas para agosto son Córdoba, Bolívar, Magdalena y La Guajira.
En La Guajira, informó el Instituto, la mayor temperatura máxima registrada en lo que va del mes fue el 1 de agosto con un valor de 40.8°C, y en Córdoba la máxima fue de 35.8°C el día 19 de agosto. Ambas igualaron el máximo histórico del mes.
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“De acuerdo con el Sexto Informe de Evaluación (AR6) del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), alcanzar el umbral de 1.5 °C de calentamiento global podría desencadenar una serie de impactos graves, como el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, elevación del nivel del mar, pérdida de biodiversidad, y mayores riesgos para la salud humana. Además, afectaría la agricultura, incrementaría las desigualdades socioeconómicas y provocaría alteraciones significativas en los ecosistemas terrestres y marinos”, advirtió el Ideam en una comunicación a los medios.
El calor y la salud
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los golpes de calor son la primera causa de muerte relacionada con el clima y pueden agravar los problemas de salud de tipo cardiovascular, mental, respiratorios, así como puede incidir en enfermedades como la diabetes y aumentar el riesgo de contraer otras de índole infeccionas.
En los últimos tiempos, la exposición de personas al calor extremo –según la OMS– ha ido en aumento debido al cambio climático en todas las regiones del mundo, teniendo además una tasa de mortalidad alta.
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Los datos publicados por la Organización señalan que entre el periodo comprendido entre 2000 y 2004 y el que abarca de 2017 a 2021, la mortalidad relacionada con el calor en las personas mayores de 65 años se incrementó en alrededor de un 85 %.
“En estudios realizados entre 2000 y 2019 se observó que cada año fallecen 489.000 personas a causa del calor y que el 45 % y el 36 % de esas defunciones ocurren en Asia y en Europa, respectivamente”, mencionó la OMS, que agregó que la vulnerabilidad al calor depende de factores fisiológicos, como la edad y el estado de salud, y de factores que aumentan la exposición, como la situación socioeconómica y laboral.
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En ese sentido, esta institución de orden mundial fue enfática al decir que los daños a la salud causados por el calor pueden ser predecibles y prevenirse en gran medida mediante políticas e intervenciones específicas en materia de salud pública y que abarquen varios sectores.
“Las medidas adoptadas frente al cambio climático y la gestión integral de los riesgos y de la preparación al respecto permiten salvar vidas ahora y en el futuro”, apuntó.
Acciones para mitigación
Conocer las causas y efectos de este fenómeno de las altas temperaturas es tan importante como establecer acciones para mitigarlo. En eso concuerdan varios expertos consultados por EL HERALDO, quienes precisaron que se hace urgente realizar unas proyecciones y un manejo de la subida de la temperatura a corto, mediano y largo plazo en la ciudad.
“Cuando hablamos de incrementos de la temperatura en el departamento, es complejo desvincular a la región Caribe y no solo la colombiana; realmente esto se extiende a toda una ecorregión, que hace parte de la zona de influencia común en el neotrópico en dónde la radiación solar, la humedad y los vientos, terminan generando las variaciones de la temperatura”, señaló Karina Castellanos, bióloga y decana de la facultad de Ciencias Básicas de la Universidad del Atlántico.
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La docente explicó que en el departamento del Atlántico se experimenta un incremento de la temperatura por ser parte de esta región de mayor radiación solar que genera calor. Todo esto sumado, además, a la humedad relativa, que viene siendo el porcentaje de vapor de agua en la atmósfera, causada por la evaporación de las aguas superficiales como el mar, río, canales, ciénagas y caños.
“Estos procesos están incluidos por la ubicación (franja ecuatorial del planeta) y por la temporalidad (periodo climático. En escala de tiempo más amplia estas variaciones cada vez se van ampliando más, mostrando valores que exceden los históricos conocidos”, precisó.
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Indicó que una de las estrategias de mitigación de este efecto es ampliar y recuperar coberturas vegetales, ya que los árboles –según dijo– ayudan a modular la dirección de los vientos permitiendo “una circulación más pausada que arrastra la humedad y ayuda a que esa evaporación genere los denominados ríos aéreos que moderan las altas temperaturas”.
A pesar de que en los últimos meses en el territorio se han presentado lluvias, aún se siguen teniendo altas temperaturas. Sobre este tema se refirió el oceanógrafo físico y docente de la Universidad del Norte, Rafael Torres, quien explicó que la presencia de lluvias no necesariamente disminuye la temperatura ambiental. De hecho, manifestó, pueden aumentar la sensación térmica.
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“Pues pasada la lluvia, normalmente aumenta la humedad relativa del aire. Adicionalmente esta época de lluvias, coincide con menor intensidad del viento, aumentando la sensación térmica”, dijo.
Frente a esto, el académico señaló que ante el calor que se está percibiendo lo mejor es tomar las precauciones necesarias cuando el estado del tiempo es extremo. Entre las acciones destacó que se debe evitar las actividades bajo el sol, en especial hacia el mediodía, y procurar una permanente hidratación.
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Para Hernando Sánchez, biólogo, docente e investigador de la Universidad Simón Bolívar, el aumento de la temperatura es un fenómeno atmosférico de creciente preocupación, vinculado directamente al efecto invernadero.
Explicó que este efecto, causado principalmente por la acumulación excesiva de dióxido de carbono y metano en la atmósfera, impide la disipación de la radiación solar que llega a la tierra, causando que el calor quede atrapado y por consiguiente se eleven las temperaturas paulatinamente.
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Precisó que en Barranquilla, muy a pesar de ser una ciudad tropical acostumbrada al calor, estos efectos se han sentido de manera significativa en los últimos tiempos. Indicó que las altas temperaturas no solo se perciben en el calor que podamos llegar a sentir, sino que además es una situación que está alterando los ecosistemas marinos al calentar los océanos y aumentar su acidez, lo que tiene consecuencias devastadoras, como la disminución de los arrecifes de coral.
Si bien destacó el trabajo que viene haciendo la ciudad en tema de arborización y la protección de los bosques, manifestó que se deben aumentar este tipo de proyectos y llevar una mejor planificación del desarrollo urbano, pero teniendo en cuenta la variable del cambio climático.
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“Si nosotros construimos como estamos construyendo, con concreto, calles, edificios altos y en exceso de apiñamiento, obviamente interrumpimos la circulación de aire y la temperatura sube. Lo que debemos hacer es armar unos procesos de mitigación de la temperatura”, dijo.
El académico manifestó que una de las acciones para hacer frente esta situación debe ser la creación de un mapa de calor de la ciudad, utilizando tecnología de sensores remotos, como drones equipados con cámaras térmicas. Sostuvo que este tipo de mapeo permitiría identificar las zonas más calurosas y desarrollar estrategias para reducir su impacto.
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Mencionó que desde la Unisimón se viene trabajando en un proyecto piloto en el barrio El Prado, donde se mide la temperatura en diferentes momentos del día utilizando un dron con cámara térmica. Indicó que de acuerdo con la información preliminar de este ejercicio investigativo muestra que en áreas con árboles frondosos, la temperatura es significativamente más baja que en zonas sin vegetación, lo que subraya la importancia de los espacios verdes en la mitigación del calor urbano.
Por otro lado, como otra solución al manejo de las altas temperaturas, precisó que es importante trabajar activamente en la transición a fuentes de energía renovable, entre ellas la solar e hidráulica.
