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Con el propósito de despertar el interés en estudiantes, profesores y la comunidad científica de las ciencias naturales, la Universidad del Atlántico avanza en una investigación sobre el registro fósil en Barranquilla, Sabanalarga, Repelón, Manatí, Tubará, Galapa, Juan de Acosta y la zona de Prado Mar, en Puerto Colombia.

Lo que se busca son restos o señales de la actividad de especies vegetales y animales, de antigua o reciente existencia, en estos territorios.

El investigador Evert Ortega Vizcaíno contó sobre la importancia de realizar esta investigación que servirá para identificar las condiciones de los ecosistemas antes de ser antropizados (la transformación que ejerce el ser humano sobre el medio) y cómo una línea de tiempo base puede determinar la variación y conservación que ha sufrido la biodiversidad.

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'La paleontología es la ciencia que se dedica a investigar el registro fósil para reconstruir la historia de la evolución de la vida sobre la Tierra. Los fósiles son importantes porque contienen información de la historia de la vida', dijo Ortega Vizcaíno.

El registro fósil resulta necesario para obtener información que permita abordar este tema de la variación y conservación de la biodiversidad a través del tiempo geológico.

Para este proceso se contará con el registro fósil recolectado por el investigador principal, así como las evidencias fósiles que se encuentran en el museo paleontológico del corregimiento de La Peña, en el municipio de Sabanalarga, (Mupapa) y en el Museo de Antropología de la Universidad del Atlántico (MAUA).

{"titulo":"Energías fósiles, lejanas a metas sobre el clima","enlace":"https://www.elheraldo.co/ciencia/energias-fosiles-lejanas-metas-sobre-el-clima-681965"}

El resultado de esta exploración será una herramienta indispensable para el análisis de los ecosistemas del pasado geológico, si se tiene en cuenta el estudio de la fauna y la flora fósil, tanto a nivel microscópico (polen y esporas) como macroscópico (hojas, tallos, flores, frutos, huesos, dientes fragmentos de conchas).

Explica el experto que valiéndose de disciplinas como la paleozoología y la paleobotánica se hacen descubrimientos relativos a la biodiversidad del pasado, que, a su vez, podrían apalancar estrategias para la conservación y la restauración de los ecosistemas actuales, por lo que dichos estudios cobran relevancia en la toma de futuras decisiones.

'Una hoja, una flor, un diente, un hueso, una concha, un árbol fosilizado, etc., es lo que queda de lo que antes fueran organismos vivos y, a través de ellos, mucho es lo que puede aprenderse sobre el recorrido evolutivo terrestre', añadió el experto.

{"titulo":"Hallan hongos fósiles de 1.000 millones de años","enlace":"https://www.elheraldo.co/ciencia/hallan-hongos-fosiles-de-1000-millones-de-anos-634708"}

Los procesos que sufre la biodiversidad reflejan cambios en diversas escalas geológicas. Estos procesos incluyen el nacimiento, la muerte y el movimiento de los organismos; extinciones locales y recolonizaciones de poblaciones herbívoras; depredación, migraciones estacionales, entre otros.

'La investigación sobre los fósiles favorece el conocimiento de la biodiversidad actual en la medida en que revela la historicidad de la misma', argumenta.

Antecedentes.

Los hallazgos obtenidos en el laboratorio natural del departamento del Atlántico se encontraron en las dos primeras décadas del siglo XXI en Colombia.

En el territorio nacional las investigaciones más detalladas sobre este registro han sido realizadas en la región de la Sabana de Bogotá, Cundinamarca –en 1981– por los doctores Gonzalo Correal Urrego y Tomás Vander Hammen.

El registro fósil deriva su gran valor, primero, del hecho de que es escaso, y, segundo, porque posee parte de la información de la vida de tiempos geológicos pasados.