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Con el sonido universal del tambor se movían los cuerpos de bailarines vestidos con alegoría a olas de mar, luego de que la reina del Carnaval 2017, Stephanie Mendoza, recibiera las llaves de la ciudad de manos del alcalde Alejandro Char, en compañía de su Rey Momo y los reyes del Carnaval de los Niños. Así dio inicio ‘Fiesta entre río y mar’, el show de la Lectura del Bando que se vivió desde la plaza de La Paz.

La voz de Lina Babilonia y de 100 cantoras en coro amenizaban las primeras letras de la música entre vestidos blancos, para subirse al recorrido entre el río Magdalena y el mar Caribe. Los flamencos, el acuarela y un ambiente natural se apoderaron de la tarima, sobre la que arribó un grupo de hombres en representación de las labores de pesca de los pueblos ribereños. En el primer acto, ‘Filigrama momposina’.

Cumbiamberos del grupo de danzas Estefanía Caicedo recibieron después de su baile a las mujeres que con sus faldas recogían los cultivos y lavaban las ropas a orillas del río. La bocina que anuncio el acerco de un barco dio paso a un merecumbé que recibió por primera vez en escena a ‘Fefi’, quien se movía con una pollera estampada en varias telas. En el segundo acto, ‘Ritmos y sones del Dique’.

El barco de vapor reaparece en escena para darle antesala al Son de negro, tradición del Carnaval, originario del municipio de Santa Lucía, Atlántico. Cargada por la Compañía Express la reina bailó al ritmo del mapalé en un traje que se sale de lo tradicional con un colorido verde y amarillo, con perlas de colores. Y sin dejar los mismos ritmos la despidió la comparsa África Mía.