Muchos creen que el próximo gobierno debe ser de mano dura. Otros, en cambio, consideran que aplicando el principio de autoridad consagrado en la Constitución Política y utilizando la frase (libertad y orden) del escudo, es suficiente para gobernar con transparencia, eficiencia y eficacia.
Ningún ministro le sirvió, y entonces quedó preso de su propio egocentrismo, sus fantasías desbordadas, y sus adicciones que lo movieron a tratar de gobernar, cosa que nunca aprendió, y el resultado es el desastre en el que se encuentra sumido el país.
“El talento humano en salud es el corazón del sistema. Sin nosotros, no es posible brindar un servicio seguro ni eficiente”, dice el gremio ad portas del tercer debate del proyecto.
Petro insiste en reducir el “pueblo” a esa fracción minoritaria del mismo que lo apoya, en enfrentar ese grupo a los demás y en descalificar con los más infames adjetivos a quienes no lo acompañamos. Hasta aquí, más de lo mismo. Ya sabíamos que a él le importa un comino que el Presidente “simboliza la unidad nacional”.
En Salud el mayor desbarajuste: acabaron con nuestro antiguo sistema de atención al ciudadano, que aun cuando no era perfecto funcionaba. En Comercio e Industria cada día más con los brazos cruzados por no tener presupuesto. En Turismo solo promesas y abandono total.