Después de dos años de investigaciones, acusaciones y juicio, el caso contra el rapero neoyorquino Sean John Combs, conocido como ‘Puff Daddy’ o ‘Diddy’, se cerró el pasado 3 de octubre con una sentencia mucho menor de lo esperado cuando estalló el escándalo: 50 meses de prisión y una multa de 500.000 dólares.
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En julio ya se habían desestimado los cargos más graves, los de crimen organizado y tráfico sexual, que podrían haberle acarreado una pena máxima de cadena perpetua.
Tan solo se le condenó por dos cargos de transporte para ejercer la prostitución, los delitos más leves de los que se le acusaba, todos derivados de lo que ocurría en las maratones sexuales o ‘freak offs’ que orquestaba el rapero entre prostitutos y sus ahora exparejas.
Ahora resulta que su equipo de abogados presentó el martes por la noche ante el Segundo Tribunal de Apelaciones del Circuito de Estados Unidos en Manhattan una solicitud para revertir su condena federal por delitos relacionados con la prostitución o, en su defecto, reducir su sentencia de prisión.
La petición busca la liberación inmediata del artista, quien actualmente cumple condena en una prisión federal de Nueva Jersey, con una fecha de salida prevista para mayo de 2028.
En su presentación, los abogados argumentaron que el rapero de 56 años fue tratado con dureza durante la sentencia por el juez Arun Subramanian, quien permitió que evidencia vinculada a cargos de los que fue absuelto influyera injustamente en el castigo.
“El juez Subramanian actuó como un decimotercer jurado al condenar a Diddy por cuatro años y dos meses, considerando evidencia relacionada con cargos de los que fue absuelto”, señalaron los abogados en su presentación.
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Según sus argumentos, la sentencia fue “excesiva” en comparación con casos similares. “Los acusados generalmente reciben penas de menos de 15 meses por estos delitos, incluso cuando hay coerción involucrada, algo que el jurado no encontró en este caso”, escribieron.




















