El mundo conoció a Karol G hace años, pero no fue hasta Mañana será bonito que muchos realmente entendieron quién es Carolina Giraldo. Con el estreno de su documental en Netflix, Karol G: Mañana fue muy bonito, la artista paisa abre el corazón y cuenta, sin poses ni filtros, lo que hay detrás del fenómeno global que hoy la define: una mujer que no solo canta, sino que transforma narrativas, lidera equipos, y representa con orgullo sus raíces.
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“Siento que lo que estoy cambiando es la narrativa”, afirma en la entrevista. “Me demostré incluso a mí misma que siendo latina, representando mis raíces, cantando en mi idioma y llevando mi bandera alrededor del mundo, el éxito era posible”.
En esta conversación íntima, Karol reflexiona sobre su trayectoria, la construcción emocional y física de su monumental tour, el poder de su familia y de sus fans, y lo que significa ser dueña —al fin— de su historia.
La familia: el sostén del éxito
A pesar de los premios, los estadios llenos y los hits globales, Karol mantiene los pies en la tierra. ¿La razón? Su familia.
“Mi familia es mi pilar… puede sonar a cliché, pero yo lo digo de corazón: son todo el éxito de lo que soy ahora. Mi aterrizada, mi claridad, mi visión… todo viene de ese apoyo real”.
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Ese vínculo es visible en el documental, en el que sus padres y hermanas no son meros acompañantes, sino parte esencial de la estructura emocional que sostiene su carrera.

Un tour inolvidable
Lo que empezó como una única presentación en Puerto Rico terminó siendo una gira de estadios con más de 160 personas viajando en dos aviones de personal y dos de carga, más otros cientos de trabajadores en cada país. Y fue Karol quien insistió: quería el mismo escenario —una estructura en forma de arcoíris y amanecer— en todos lados, sin importar el costo.
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“En muchos países de Latinoamérica tuvimos que romper paredes y puertas en estadios para poder meter la maquinaria”, recuerda. “Me parecía injusto irme a Estados Unidos con una cosa apoteósica y llegar con la ‘versión Temu’ a Latinoamérica”.
La logística fue titánica: tres escenarios rotativos para que mientras ella se presentaba en una ciudad, ya estuviera montándose el show en la siguiente. Nada de eso fue casual. Karol se metió de lleno en el proceso creativo. Quería contar una historia, la suya, y lo hizo literalmente como un libro escénico que incluía narraciones de Morgan Freeman y Pabllo Vittar.
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“Ese día que decidí lanzar Bichota Season justo cuando arrancaba el tour fue otro riesgo… pero funcionó. Lo sentí necesario para completar la historia que estaba contando en el escenario”.
Dueña de su música
Otro de los puntos clave que revela el documental —y que Karol enfatiza con fuerza— es la creación de Bichota Records, su propio sello. “Yo quiero hacer mi propia disquera, quiero ser dueña de mi música. Me acuesto en paz sabiendo que mi proyecto es mío. Que lo que creo con pasión, con magia, va a estar siempre bajo mis manos”.
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Ser empresaria no era parte del plan inicial, pero se convirtió en una necesidad. “Tú haces una pieza y al final del día no eres dueño de ella. Eso me parecía ilógico como artista y como mujer”.

Sus fans, su motor
Si hay algo que Karol deja claro, es que sus fans son parte activa de su historia. “Yo no los veo como la reacción a lo que hago, los veo como la fuente de poder de todo lo que hago”, dice con emoción. “Me han hecho creer como nunca en mí, en lo que soy, en lo que hago. Son todo”.
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Ella sabe lo que cuesta un boleto. Sabe lo que significa que alguien ahorre durante meses para asistir a un show. Por eso, su entrega es total. “La gente hace esfuerzos demasiado grandes. Yo eso lo aprecio y no lo doy por sentado. Desde que esté en mis manos, voy a hacer todo lo posible por pagarles lo que me dan”.
El después del éxito
Cuando el tour terminó, llegó el vacío. “Uno se siente superespecial con miles de personas ovacionándote cada noche. Luego llegas al hotel y te enfrentas a un silencio que puede dañar un poquito la realidad. Es un choque”, reconoce.
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Esa transición entre la euforia del escenario y la vida normal la vive como un reinicio. “La mujer en la que me voy a convertir después de ese tour… prepárense. Ya no siento que nada es imposible”.