Convencido de que la música puede construir puentes entre diferentes géneros, el trompetista Rodín Caraballo dirige la banda Sinujazz Ensamble, que es una suerte de mixtura sonora en la que convergen el porro y el fandango con el Jazz. Esta será una de las agrupaciones estelares de la edición 2024 de Barranquijazz.
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Y es que luego de haberse presentado en ‘Barranquijazz al Parque’, en 2019, regresan con más experiencia y un álbum grabado, para demostrar cómo desde Montería se hace música de talla internacional.
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Acompañan a Caraballo en esta aventura musical: Jerson Rivera Zumaqué (sobrino del maestro Francisco Zumaqué), que toca el saxofón; Juan Carlos Jiménez, quien interpreta el bombardino; Jesús Eduardo Safar Villalba, el pianista del grupo; Joaquín Morelo Estrella, toca el bajo eléctrico; Jonatan Delgado Arias, el baterista, y Carlos Miranda, el conguero.
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Y es que aunque la creación de la banda fue en 2010, tiene un origen a comienzos de los años 90, precisamente, en la ciudad de Barranquilla. Aquí, Rodín Caraballo estudiaba por ese entonces Licenciatura en Música en la Universidad del Atlántico.
Fusiones al más alto nivel
Y así empezaron a tomar lo que había a su alrededor, con esas sonoridades que crecieron y las mezclaban con cosas más internacionales para hacer esta propuesta, pero aunque se diga fácil, realmente es más complicado de lo que parece, hacer que todo suene como una pieza de alto nivel.
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“Empezamos a mirar la rítmica y a meterle fraseos, porque realmente eso fue lo que hicimos, hacerle fraseos y utilizarla, porque la armonía es una armonía general. Ahí se encuentra el contexto y darle un sentido más jazzístico con el fraseo que nosotros teníamos. O sea, tomado del jazz y aplicarlo a las músicas tradicionales”.
Y en ese proceso, explicó Caraballo, fue complicado porque su formación había sido netamente tradicional y folclórica, pues había trabajado con orquestas como la de Juan Carlos Coronel, Grupo Raíces o Juan Piña, y ahora debía pensar desde otra perspectiva.
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“Para mí y los demás músicos fue un reto grandiosísimo porque no estábamos acostumbrados a ese fraseo, la armonía. Pero con el pasar del tiempo nos fuimos adaptando y hasta ahora nos ha dado resultado y todavía seguimos en la búsqueda, en el estudio de la perfección de la fusión de los elementos del jazz”.
Del parque a la gala
De aquella presentación en la Plaza de la Paz queda la nostalgia de haber empezado a presentarse en grandes circuitos, pues “el público de Barranquijazz conoce y le gusta este tipo de música”, pero la satisfacción de haber dado un show de lujo que les valió pasar ‘del parque a la gala’.
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“La verdad no me lo esperaba. Nos hacíamos la ilusión de que nos iban a colocar otra vez en ‘Barranquijazz al Parque’, pero ya tener un público en un teatro es una cuestión totalmente diferente. Hay que tener una presentación más acorde al escenario. Porque si bien es cierto, en un ambiente abierto uno puede estar como un poco más libre de tocar temas más tradicionales, sin tanta exigencia, esta vez sí nos tocó dedicarle mucho más tiempo al repertorio”, contó Caraballo.
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Es por ello que a pesar del gran reto se sienten sumamente orgullosos por representar su cultura y su música en este prestigioso festival de jazz. “Son escenarios en los cuales no todo el mundo tiene cabida, por lo menos en los teatros, estamos felices”.
