Una familia modelo de los Estados Unidos. Propietarios de un club de tenis que venden para vivir cómodamente su jubilación. Cuatro hijos que cada uno hizo su vida. Nada podría salir mal en una situación así, ¿o sí? Bajo esa premisa se estrena este martes a través de Universal+, la serie ‘Apple never fall’, creada por la showrunner Melanie Marnich.
La historia se centra en la aparentemente perfecta familia Delaney formada por los ex entrenadores de tenis Stan (Sam Neill) y Joy (Annette Bening), quienes han vendido su academia y están listos para comenzar los que deberían ser los años dorados de sus vidas.
Mientras esperan pasar tiempo con sus cuatro hijos ya adultos (Alison Brie, Jake Lacy, Conor Merrigan-Turner y Essie Randles), todo cambia cuando una joven herida llama a su puerta, trayéndoles la emoción y brindando la atención que les faltaba.
Sin embargo, cuando Joy desaparece repentinamente, sus hijos se ven obligados a analizar el vínculo matrimonial, en apariencia impoluto de sus padres, mientras los secretos más oscuros de cada uno de ellos empiezan a salir a la superficie.
Esta serie está basada en el más reciente best seller de Lianne Moriarty (en español, Un Revés Inesperado) y su tercer libro en ser adaptado para una serie de televisión. Dado el inmenso éxito de las adaptaciones anteriores a la pantalla chica, incluidas Big Little Lies, protagonizada por Nicole Kidman y Reese Witherspoon, y Nine Perfect Strangers (también protagonizada por Kidman), Apples Never Fall se convierte en uno de los estrenos más esperados de 2024.
El gran desafío
En ese sentido, para conocer más detalles de la producción EL HERALDO habló con Melanie Marnich, su creadora, quien explicó los retos de la adaptación pero que siguió adelante debido a que disfruta de los retos.
“Fue una adaptación difícil. Ojalá pudiera decir que fue fácil, pero no lo fue. Fue complicado, lo cual me gusta porque disfruto resolver problemas. El libro es muy rico y tiene mucha narración interna, lo que permite entender lo que pasa emocionalmente con los personajes. Además, contiene mucha historia de fondo”, describe.
Es por ello que el reto radicó en manejar múltiples líneas de tiempo y varios puntos de vista para cada personaje. Transformar todo eso en algo interesante y orgánico para la narración, y que además tenga sentido y coherencia.
“En un libro, puedes simplemente pasar las páginas y ubicarte, pero en un programa de televisión, la estructura debe ser muy rigurosa. En una novela, la estructura puede ser compleja, pero en televisión, debe ser más simple”, comenta.
Suspenso a flor de piel
Las historias de Lianne Moriarty se caracterizan por mantener al lector pegado al libro, devorando páginas como si no hubiera un mañana y esa sensación fue la que intentó plasmar en la serie, teniendo en cuenta que son lenguajes distintos.
“Siempre describí el libro como algo que tenía lo que yo llamo “La energía de Turner”. Ya sabes, sigues pasando las páginas. Entonces, ¿cómo logramos eso en un programa de televisión? ¿Cómo mantenemos esa misma propulsión?”, dice y agrega que lo lograron mediante una revelación muy deliberada y progresiva.
“El público siempre se mantendrá un poco desequilibrado, ¿verdad? Cuando creen que vamos hacia un lugar, cambiamos de dirección. Cuando piensan que entienden a alguien, lo cambiamos. Así que hay un impulso muy propulsor en la narrativa que también tiene una sensación de montaña rusa”.


