La casa de subastas Christie’s se había trazado como meta en dos días vender un lote de 16 obras creadas por el fallecido pintor y escultor colombiano Fernando Botero en Nueva York. Sin embargo, solo requirieron de una jornada para lograr su objetivo.
{"titulo":"Fernando Botero ya descansa al lado de su esposa Sophia Vari","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/fernando-botero-ya-descansa-al-lado-de-su-esposa-sophia-vari-1039531"}
La casa de subastas Christie’s realizó, el 12 de marzo de 2024, la venta de arte latinoamericano más importante hasta la fecha. En los lotes subastados, además de obras de Diego Rivera, Fernando de Szyslo o Carlos Garaicoa, también había una buena cuota colombiana con piezas de Ana Mercedes Hoyos, Olga de Amaral y del recién fallecido Fernando Botero, cuyas obras fueron las más apetecidas.
Como era de esperarse, en la subasta del 12 de marzo, la obra del maestro Botero volvió a dar una sorpresa. De las 16 piezas ofertadas, tres, dos pinturas y una escultura, se vendieron por USD6.863.000, que al cambio al cierre de esta nota son algo más de $26.785 millones. En total, se vendieron 14 obras, por un valor total de USD10.844.600.
Las obras en cuestión son Bailarines (2000), una escultura en bronce, que es la segunda de una serie de tres, que hizo el maestro Botero a inicios de siglo XXI. Mide 261.6 cm, de altura; 165.1 cm, de ancho y 74.6 cm. de profundidad y se vendió por USD 3.922.000. El motivo de la escultura es recurrente en la obra de Botero, dos bailarines volumétricos que se miran el uno al otro, desnudos, con un pie que intenta levantarse en un simulacro eterno de una danza que no escucha nadie. La casa de subastas tasó la obra entre USD1.500.000 y USD2.500.000.
{"titulo":"‘Aida Returns’ se proyectará este lunes en la Cinemateca del Caribe","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/aida-returns-se-proyectara-este-lunes-en-la-cinemateca-del-caribe-1078157"}
La segunda obra fue Hombre fumando (1980), un lienzo de 189.8 x 136.2 cm, pintado al óleo. El motivo es sencillo, un hombre sobre un fondo negro con un bastón y fumando, con un traje café. La pincelada es suave, propia del estilo maduro de Botero, pero en algunas partes se ven los trazos del pincel, como en la manga de la mano que sostiene el cigarro, o en las orejas del modelo que se disuelven con el fondo, o en la diminuta nariz que hace que el efecto volumétrico se acentúe, así como en los ojos impenetrables y fríos que ven al espectador. La pintura fue vendida por USD1.744.000, cuando se estimaba venderse entre USD500.000 y USD700.000.
La tercera obra que se vendió, por más de un millón de dólares, fue Bailarines (2010), un óleo de 144.2 x 100.3 cm, que repite el mismo motivo: una pareja bailando, él de verde olivo y ella de rojo anaranjado. Estos tonos dominan toda la pintura, un arreglo en matices de rojos y verdes en los que los colores vibran por contraste. La escena tiene la intimidad de un cabaret, las colillas en el piso, la mesa que se asoma con una botella y un vaso de, a lo mejor, ron. Una escena típica de los cabarets de la Medellín que quedó enquistada en la memoria del maestro. Esta es una obra de los últimos años de Botero, pintada hace 14 años, es volver a un motivo recurrente, pero con la pericia de toda una vida pintando, en el que, como Rembrandt, usa el cabo del pincel para dibujar sobre la pintura, para hacer las líneas del traje del hombre. Esta pintura se vendió en USD1.197.000.
Las demás obras del maestro Botero subastadas fueron, un dibujo a lápiz y acuarela: Hombre con perro, vendido por USD75.600; le sigue otro dibujo, a lápiz y acuarela, que se vendió por USD81.900. También se vendió una pintura de su primera etapa, que recuerda los caballos de Uccello, por USD 226.800; otra pintura del joven Botero, con reminiscencias cubistas u obregonianas, por USD193.600; un dibujo de los años sesenta, vendido por USD504.000.


