Usando la grandeza de su arte como una excusa para crear una expresión que exaltara la belleza, el maestro Fernando Botero se destacó a lo largo de su vida por crear a través del volúmen historias memorables.
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Gran parte de sus obras se suman a la resignificación misma del arte europeo, el cual para su época era normativo, sin embargo por medio de la modernidad, logra de manera virtuosa romper con lo establecido para encontrar su propio estilo.
Aunque se ha hablado del maestro de las ‘gordas’ y se ha señalado que sus inicios obedecen a trazos sueltos y de esquemas libres sobre papel y lienzo, su consolidación en las artes no solo le otorgó identidad sino que también aportó a su sensibilidad.
Su obra en Barranquilla
La huella de Botero en la historia del arte universal es innegable, pero mucho más lo es en Colombia, la generosidad con la que donó parte de su trabajo para aportar a la institucionalización museológica no fue sesgada.
Con obras en Medellín, Bogotá y Cartagena, el maestro fue capaz de cubrir gran parte del país. Sin embargo, en un aparente escondite los territorios menos próximos también van encontrando cercanía.
En el caso de Barranquilla, una única obra, tan importante o incluso más que las prominentes de otras ciudades, habita en el Museo de Arte Moderno de Barranquilla (MAMB).
‘El milagro de la niña devorada por un colibrí’, es una obra de composición multicolor que lleva una técnica guiada por el expresionismo y en la que se vislumbra la exploración por el volumen, fue hecho en el 60’ y dada al museo en 2011.
{"titulo":"'Su obra ha sido única y original': Shakira sobre Fernando Botero","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/shakira-en-barranquilla-la-cantante-habla-sobre-la-muerte-de-fernando-botero-su-obra-ha"}
En entrevista con EL HERALDO, Susana Bacca, curadora del MAMB, mencionó que la obra de Botero cobra gran importancia a través de su relación con el arte precolombino.
'Con su gran capacidad Botero hizo que las figuras y los cuerpos fueran voluminosos, y en una referencia al arte precolombino, retrató la belleza que veían los indígenas en las curvas. Él rescata eso y lo lleva a la pintura con los temas actuales de ese momento'.
Sobre esta obra presente en la ciudad también se destaca la proyección del futuro, ya que se devela a un Botero inquieto y poco preciso, pero direccionado al cambio y estilo que lo identificaría.
'Con el tiempo, su trazo cambia y toman mucha fuerza las historias que cuenta. Cómo relata visualmente, escenas cotidianas en obras como El ladrón, historias sacras cómo él la obra ‘El milagro de la niña devorada por un colibrí’, el cual hace parte de la colección del MAMB'.
Descubriendo los detalles
A propósito de la obra, Julia Serrano Cure, gestora y consultora cultural, mencionó que 'Esta pieza es muy sensible, y lo interesante es que cada vez que se ve se encuentran nuevos detalles que intentan jugar con la mente del espectador'.
Asimismo, añadió que esta puede combinar algo de diversión, crudeza y preocupación, ya que retrata una escena trágica con colores vivaces.
{"titulo":"'Me siento feliz de compartir con los niños que disfrutarán de este colegio'","enlace":"https://www.elheraldo.co/sociedad/me-siento-feliz-de-compartir-aqui-con-los-ninos-que-podran-disfrutar-de-este-colegio"}
'La obra es una polémica evidente, y se relaciona con conceptos morales, religiosos, políticos y sociales, que logran un impacto distinto según quien la ve, además el valor de la obra es que sirve como referencia para los nuevos creadores y la ciudadanía en general'.
En la composición del cuadro la técnica de Botero se resalta desde el principio, además de que su sello se enmarca también es consecuente a los 60´, época en la que lo pinta, por lo que hace un uso del color vanguardista, y en el que según la crítica el colibrí que devora a la niña es su propia vanidad.
