Compartir:

Entre aplausos y cánticos de agradecimientos por la labor realizada, ayer en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, fueron recibidos los jugadores del Junior de Barranquilla, nuevos subcampeones de la Liga Postobón I.

Uno a uno, los futbolistas rojiblancos aparecieron en escena, custodiados por un fuerte anillo de seguridad que impedía el acercamiento del centenar de aficionados que se dieron cita en el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz para darle ánimo a sus ídolos.

Michael Ortega fue el primero en salir y montarse al bus, en su rostro se notaba la impotencia. Luego, siguió Luis Narváez, bastión del mediocampo del cuadro rojiblanco, este último destacó lo que siente el plantel.

'Tenemos una tristeza enorme porque dimos todo en la cancha, nos entregamos al máximo y se nos fue en los últimos treinta segundos', expresó el volante barranquillero.

'Me siento orgulloso de mis compañeros y de ser barranquillero', añadió con voz entrecortada.

El Pecoso Correa, ausente en el juego final ante Atlético Nacional, fue junto Narváez, los únicos en dar declaraciones.

'Ahora nos toca trabajar más duro, lastimosamente no se nos dio el objetivo, pero el fútbol da revancha. Queríamos traernos el título pero no se pudo, llegará el momento', declaró.