A un mes de que se cumpla su segundo año como residente principal de la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro volvió a sacudir su gabinete ministerial (el tercero de su gestión) con el objetivo de darle nuevos aires a su criticado plan de desarrollo, mejorar los pobres indicadores de ejecución en algunas de las carteras y, de paso, empezar a cuajar de mejor forma su nueva propuesta: la materialización de una asamblea nacional constituyente, criticada duramente por diferentes sectores del país.
En medio de su nuevo timonazo, el jefe de Estado, que ya había anunciado estos cambios hace algunas semanas, ha decidido reemplazar, hasta ahora, a Luis Fernando Velasco (Interior), Néstor Osuna ( Justicia), William Camargo (Transporte) y Jhennifer Mojica (Agricultura), por Juan Fernando Cristo, un viejo zorro de la política colombiana; Ángela María Buitrago, una jurista con amplia experiencia que fue ternada para ser fiscal general de la Nación; María Constanza García, experta en movilidad e infraestructura vial, y Martha Carvajalino, especialista en derecho agrario y ordenamiento rural.
Sin embargo, Petro, hermético en estas últimas semanas con relación a estos ajustes, que han sido a cuentagotas, tendría entre sus planes reformar también otros ministerios con sombras de bajo desempeño: el de Minas y Energía, liderado por Andrés Camacho; Vivienda, en cabeza de Catalina Velasco, y Educación, presidido por Aurora Vergara, que fue blanco de duras críticas en la pasada legislatura luego del hundimiento de la ley estatutaria de educación.
Para oxigenar su equipo de trabajo, Petro le ha dado continuidad a la apuesta de trabajar única y exclusivamente con elementos cercanos a su filosofía y entorno, una estrategia que aunque en su momento fue tildada de radical e ignorante, en la actualidad no goza de mayor ruido.
“Me equivoqué en pensar que al abrir el Gobierno que ganamos a sectores que pertenecían a la coalición llamada del centro encontraríamos más apoyo para el programa electo por el pueblo; llegaron a entrabar el programa elegido por el pueblo”, se cuestionó el mandatario.
En este sentido, en el relevo interpetrista, la figura que más destaca por su peso propio es la de Cristo, que a diferencia de los otros ministros, goza de un recorrido y experticia mayor, evitando los intermediarios y pudiendo llegar a negociaciones directas al oído del presidente.
“El nuevo remezón ministerial es, digamos, lo que normalmente ocurre en un gobierno cuando llega a la mitad del mandato. Por supuesto que hay unas diferencias. El presidente Petro ya tuvo 38 ministros hasta el momento, más que Duque, más que Uribe y más que Santos. Entonces eso es, digamos, una muestra de la ineficiencia que hay en el equipo ministerial del presidente”, consideró el analista político Pedro Viveros.
De acuerdo con el experto, el otro aspecto que arroja este remezón es que “se denota que hay un énfasis en un relevo intrapetrista que en la llegada de sectores diferentes al Gobierno. Porque cualquiera de los nuevos ministros, todos salieron de la bolsa petrista que ganó las elecciones. Juan Fernando Cristo, su partido En Marcha, fue gobernista, él votó por Petro y es de ideas de izquierda y ha apoyado al presidente Petro. Lo mismo que la señora ministra de Justicia fue ternada por el presidente y la nueva ministra de Agricultura es de los sectores cercanos al señor presidente de la República. Entonces todos esos elementos lo llevan a uno a pensar que lo que está haciendo el presidente es, primero, un corte de cuentas cerrando el Gobierno en torno al Pacto Histórico, no lo está abriendo, y tratando de cumplir con la gestión más que con el discurso”.
Mayor ejecución
De acuerdo con los analistas, uno de los mayores objetivos que plantea el presidente con los nuevos ajustes a su equipo de trabajo es lograr mayores índices de ejecución, que hasta ahora han estado por debajo de las expectativas del ambicioso plan del Gobierno.
En este sentido, algunos expertos consideran que uno de los defectos que ha tenido el Ejecutivo es la falta de personal capacitado y experimentado para llevar a cabo proyectos financiados con recursos públicos.
“Creo que la baja ejecución es, y lo atribuyo yo personalmente, a la falta de experiencia de los ministros. Un gobierno de personas que siempre han estado en oposición pues obviamente termina por pasarle factura el hecho de no estar dentro de la experiencia de gobernar. En ese sentido, es posible que personas con más perfil técnico y obviamente especializado seguramente lograrán avanzar un poco en ese gran problema que tiene el Gobierno que es la ejecución. La ejecución es algo fundamental, sobre todo teniendo en cuenta que estamos a dos años de elecciones. El Gobierno tiene que mostrar resultados y por lo tanto una forma de generar resultados es ejecutar el presupuesto nacional”, analizó Manuel Camilo González, docente de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana.
Además, según González, lo que busca el presidente con los nuevos ministros es encontrar mayores acuerdos en el Congreso.
“Hay que decir que efectivamente el presidente Gustavo Petro pues no ha tenido un éxito legislativo notable. Ciertamente tiene una serie de proyectos bandera como la reforma a la educación, como la reforma pensional, laboral e incluso la de salud, pero muy pocas de estas han surtido el trámite legislativo de manera airosa. Siempre han chocado un poco con la posición del legislativo y en ese sentido lo que busca el presidente es tratar de, con personas mucho más técnicas y pragmáticas, avanzar en las negociaciones necesarias para que avancen estas propuestas”, indicó.
Cristo, la gran apuesta
A juicio de muchos, Cristo, que sustituirá en el cargo a Luis Fernando Velasco, otro liberal, y que lideró como ministro la reforma constitucional de equilibrio de poderes que eliminó la reelección presidencial y, como senador, fue autor de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, será la nueva piedra angular de este gobierno.
El nuevo ministro, un político liberal tradicional que fue senador durante 16 años (1998-2014), ministro de Interior entre 2014 y 2017 y delegado del Gobierno en las negociaciones de paz con las Farc, es la gran apuesta de Petro para que su gestión sea exitosa, pero hasta ahora hay mucha resistencia.
“Me parece que son cambios que ya se venían analizando. Nombrar a Cristo no creo que sea una radicalización. Es decir, Cristo es todo menos una persona de izquierda. Entonces de pronto los radicales que se iban a apostar pues por intentar sacar esa idea de la constituyente, que para mí todavía es muy abstracta. Cristo está al mismo nivel de gente como Ocampo o López en el sentido de manejo del Estado, o sea, gente que conoce cómo funciona el Estado, gente que ha trabajado para el Estado, gente que ha hecho parte de la clase política”, concluyó Andrés Ortega, investigador de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana.
