Hoy 1 de diciembre se cumplen 55 años del voto femenino, fecha en la cual 1.835.255 mujeres asistieron a sufragar en el llamado plebiscito del año 1957.
El voto femenino, más que un logro social de inclusión, fue una puesta en marcha del modelo de equidad de género. Para que fuera aprobado, las mujeres tuvieron que organizarse y exigir este derecho. Logro que se vio reflejado el primero de diciembre de 1957, cuando cerca de 2 millones de colombianas acudieron a las urnas.
Por petición de los partidos tradicionales de la época, el Liberal, en cabeza de Alberto Lleras Camargo y el Conservador, por Laureano Gómez Castro, solicitaron ante la Junta Militar de Gobierno una reforma constitucional y se convocó a un plebiscito.
En la jornada electoral, los sufragantes debían definir cada uno de los 14 puntos planteados, entre ellos el que los dos partidos tradicionales tuvieran equilibrio de poderes, que el periodo presidencial fuera alternado por estos partidos durante 12 años (1958-1970), que las mujeres tuvieran los mismos derechos políticos de los varones y que desde el 1 de enero de 1958 todos los gobiernos debían invertir el 10 por ciento del presupuesto nacional en la educación pública.
Como novedad a esta elección fueron convocadas las mujeres y se convirtió el plebiscito en el inicio de la vida democrática y participativa de las mujeres.
En total 4.397.090 colombianos asistieron a sufragar el domingo 1 de diciembre de 1957. Del número de votantes 1.835.255 fueron mujeres.
Largo camino al voto
Varias organizaciones femeninas hacían presencia en todo el mundo, cuando las mujeres empezaron a cuestionarse sobre sus roles en la sociedad como hijas, esposas y madres, y así ver la necesidad de tener derecho a la educación, al trabajo, a la igualdad social y al voto.
Colombia fue uno de los primeros países del mundo en reconocer a la mujer el derecho al voto, pero uno de los últimos en América Latina en ponerlo en marcha.
En la provincia de Vélez, Santander, el 20 de marzo de 1853, se otorgó el derecho al voto femenino según relata Mario Peña Aguilera en su libro “Por primera vez, la mujer tuvo derecho a votar en 1853. 150 años de la constitución de la provincia de Vélez” .
En el artículo 7 de la Constitución de Vélez aprobada por la Asamblea Legislativa se menciona: "Son electores todos los habitantes de la provincia casados o mayores de veintiún años; y cada uno de ellos tiene derecho para sufragar por el número total de Diputados que se compone la Legislatura".
No hay claridad respecto de si las mujeres de la provincia de Vélez hicieron uso de su derecho al sufragio. Todos los autores contemporáneos afirman que las mujeres no quisieron hacer uso en de su derecho, basados en un texto de José María Samper 1886. Sin embargo, algunas críticas aparecidas en uno de los periódicos de la época, en las que se resalta el desconocimiento político de las mujeres, parecen apuntar a lo contrario.
En todo caso, las mujeres no tuvieron mucha oportunidad de ejercer el voto, habida cuenta de que sobrevino la anulación de la Constitución, al parecer a finales de 1854 o comienzos de 1855.
La Corte Suprema anuló la Constitución de Vélez señalando "que los habitantes de la provincia no podían tener más derechos y obligaciones que los demás granadinos".
Siendo abolida esta ley, Ecuador fue el primer país de Latinoamérica en aprobar el voto femenino en el año 1929, seguido de Uruguay en 1932 y Chile en 1932.
Mujeres comprometidas
En diciembre de 1930, Ofelia Uribe de Acosta, una de las precursoras más importantes del voto femenino, presentó al entonces Presidente Olaya Herrera la ley sobre Régimen de Capitulaciones Matrimoniales, lo que permitiría a la mujer disponer, ella misma, de sus propios bienes y no su marido, hermano o padre.
Entonces, las mujeres tuvieron que ganarse el derecho al voto: utilizaron estrategias que iban desde conversaciones y acuerdos con candidatos, cartas, manifiestos, hasta crear periódicos y programas de radio para difundir sus ideas y crear polémica como columnistas en algunos diarios del país.
Sin embargo, fue el movimiento femenino, su unión y su persistencia lo que abrió el camino para que en 1954, el General Rojas, en la Asamblea Nacional Constituyente nombrara a Esmeralda Arboleda y a Josefina Valencia para evaluar y presentar el proyecto de Acto Legislativo sobre la Ciudadanía de las Mujeres.
El 5 de agosto de 1954 dicho proyecto fue presentado para ser estudiado por los constituyentes y el 25 de ese mes fue aprobado por la plenaria de la Asamblea el texto del Acto Legislativo No. 3 que decía en su artículo 1º: "queda modificado el artículo 171 de la constitución en cuanto restringe el sufragio a los varones".
A pesar de lo dicho en el artículo 2 referente a que la mujer podía ocupar cargos públicos, se les decía que al no poseer cédula de ciudadanía no podían ser funcionarias públicas y con ese argumento se les impedía ejercer este derecho. Fue así como las mujeres entendieron la importancia de tener este documento.
Un año después, el 4 de marzo de 1955 por medio del decreto número 0502, se extendió a todos los colombianos este documento de identidad. En el Artículo1 se señala: “Extiéndase a todos los colombianos mayores de 21 años la cedulación adoptada por el decreto número 051 del 13 de enero de 1954".
El 25 de mayo de 1956 se expidió la primera cédula de ciudadanía bajo el número 20.000.001, la cual se le asignó a doña Carola Correa, esposa del General Gustavo Rojas Pinilla.
Y ya que las luchas de las mujeres estaban enfocadas no solo en el voto sino en la ampliación de la democracia para ellas, el General Rojas Pinilla empezó a perder seguidoras y a ganar detractoras cuando restringió las libertades políticas y el proceso de reivindicaciones femeninas. Así, las mismas mujeres participaron en el derrocamiento del régimen militar; incluso en 1955 crearon revistas como “Nuestras Mujeres” y “Verdad”, esta última dirigida por Ofelia Uribe de Acosta y censurada siete meses después.
Fue entonces cuando se unieron liberales y conservadores para derrocar al general Rojas Pinilla, quien en el 10 de mayo 1957 se vio forzado a entregar el poder a una junta militar. El primero de diciembre de ese mismo año se realizó el plebiscito, que daría origen al Frente Nacional, y fue ese día, cuando finalmente las mujeres lograron votar por primera vez.
Pero el presidente sucesor a Rojas Pinilla, Alberto Lleras Camargo, nunca estuvo de acuerdo con el voto femenino. Ofelia Uribe de Acosta, luchadora y dirigente santandereana del feminismo sufragista, escribió al respecto en su libro “Una voz insurgente” (1963):“ el señor ministro de gobierno, doctor Alberto Lleras Camargo se empeñaba también en la Cámara en dilatar y entrabar la reforma, alegando, según la transcripción hecha en el capítulo tercero, que la política colombiana era una actividad defectuosa, razón por la cual debía apartarse a la mujer cuyo temperamento pasional complicaría la situación y echaría a perder el progreso en que estaba empeñada la nación”.
Se indica además en el texto que “fue una época difícil para las mujeres que querían ejercer sus derechos. Lleras encabezó una campaña a través de los medios escritos y la radio, para demostrar que la gran mayoría de las mujeres no estaban interesadas en éste derecho, se intensificó la persecución contra las mujeres defensoras del sufragio y los derechos ciudadanos, muchas de ellas fueron despedidas de sus trabajos”.
La lucha de las mujeres permitió la igualdad de derechos y la obtención del voto y la cédula de ciudadanía como aspectos fundamentales para la equidad de género.
Fuente Registraduría Nacional del Estado Civil.