Jaysen Carr, un niño de 12 años, falleció el pasado 18 de julio tras contraer una rara y letal infección cerebral provocada por una ameba microscópica conocida como Naegleria fowleri.
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Se conoce que dos semanas antes, Jaysen había estado nadando y saltando al agua en el lago Murray, uno de los destinos recreativos más populares de Carolina del Sur.
Ni él ni su familia sabían que en ese entorno aparentemente inofensivo se encontraba la peligrosa ameba, que puede ingresar al cuerpo humano por la nariz, alcanzar el cerebro y destruir rápidamente su tejido.

Asimismo, contaron que los síntomas comenzaron como un dolor de cabeza común, pero en cuestión de días se agravaron con vómitos, desorientación y letargo. Fue entonces cuando un médico les dijo a los padres que Jaysen estaba infectado con Naegleria fowleri, y su pronóstico era extremadamente reservado.
El niño estuvo luchando una semana por su vida después de ese diagnóstico, pero lamentablemente murió.
¿Qué es la ameba?
El Naegleria fowleri habita en aguas dulces cálidas, como lagos, ríos, estanques o lagunas, y también puede encontrarse en suelos húmedos. La infección ocurre cuando el agua contaminada entra por la nariz, generalmente al saltar, zambullirse o sumergirse con fuerza.
Desde allí, el organismo viaja por el nervio olfativo hasta el cerebro, causando una infección cerebral conocida como meningoencefalitis amebiana primaria, que avanza con rapidez y tiene una tasa de mortalidad superior al 95 %.
Por su parte, Clarence Carr, padre del niño, expresó entre lágrimas que nunca habían oído hablar de esta ameba ni imaginado que algo tan letal podía encontrarse en un lugar tan frecuentado.
“El resultado de ser un niño fue perder la vida. Eso no me parece justo. Me aterra que le ocurra a otra familia”, declaró.
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Además, los niños podrían ser más propensos a la infección simplemente por su forma de interactuar con el agua.