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Ana* siempre había sido consciente de su cuerpo. Desde pequeña, sus curvas y su peso la hacían destacar entre sus compañeros. Con el tiempo, aprendió a aceptarse y a quererse tal como era. Sin embargo, con la llegada de las redes sociales, su tranquilidad se vio amenazada.

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Todo comenzó cuando la joven de 20 años compartió una foto en bikini durante unas vacaciones familiares. “Pensé que era un acto de amor propio y valentía. Quería mostrarme tal y como soy, sin filtros ni vergüenza”.

Pero la reacción en internet fue devastadora. En cuestión de horas, su publicación se llenó de comentarios crueles y burlas. “Recibí mensajes privados horribles, algunos me decían que debería esconderme, otros eran aún peores”.

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Historias como las de Ana son más comunes de lo impensable, y así se traduce en un reciente informe de la Unión Europea que indica que las mujeres son las principales víctimas de los mensajes de odio en internet, entre los que destacan los que incitan a la violencia sexual.

El espectro machista

La violencia digital se ha convertido en una realidad inquietante para muchos, especialmente en el ámbito político. Tal como lo vivió Natalia López durante su candidatura reciente a la Alcaldía de Montería.

“Básicamente el ataque comenzó cuando mi nombre salió en la baraja de candidatos con más opción para la Alcaldía de Montería. Desde ese momento empezaron las fake news y el ataque de bots en redes sociales”.

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Esta magíster en derecho público explica los factores que contribuyen a la violencia digital contra las mujeres y las formas más comunes que esta violencia adopta en el entorno político.

“Creo que nos ven como un blanco fácil de atacar. Y en el contexto político mucho más. Aún hay un espectro machista en todo espacio de poder donde la mujer participa, desde una junta directiva de una empresa, hasta un gabinete ministerial. Aún sigue marcado muy fuerte que la mujer sea vista como débil”.

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Las calumnias y los montajes son formas comunes de violencia digital contra las mujeres que López ha identificado. Estos ataques no solo buscan desestabilizar la imagen pública de las mujeres, sino también afectar su autoestima y capacidad de acción.

“Tenemos que seguir rompiendo ese estigma, y eso se logra con coraje, respeto, disciplina y valentía de nuestra parte. Estoy segura de que las mujeres lograremos conquistar muchos más espacios de poder y decisión”.

Y es que las fake news y las calumnias pueden tener un impacto devastador, generando desconfianza y desinformación entre el público.

¿Quién las protege?

Infortunadamente, en Colombia aún no existe una ley que ampare a las mujeres en este tipo de situaciones. Así lo expuso el politólogo Reginaldo Aduen.

“La violencia en redes sociales, ese uso constante de mensajes de odio, no están tipificados como un delito en Colombia. Seguimos utilizando son las figuras de la calumnia y de la injuria para tener consecuencias jurídicas sobre quienes nos agreden. Lamentablemente esto ha generado una proliferación de mensajes de odio, independiente del sexo”.

Sin embargo, hace una aclaración respecto al sexismo que se manifiesta en comentarios despectivos y denigrantes hacia figuras públicas femeninas.

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“Son unos mensajes que disminuyen a las mujeres en razón de su sexo. Entonces tú puedes ver con mucha facilidad cómo a figuras públicas, mujeres, cuando les hacen comentarios en redes sociales, los comentarios siempre son insinuándoles que son trabajadoras sexuales, insinuándoles que si llegaron a sus cargos llegaron porque no tenían las competencias, sino por algo en función al sexo”.

Y es que, de acuerdo con el informe de la Unión Europea, la misoginia es la forma más habitual de odio en línea en todas las plataformas. De hecho, el número de mensajes dirigidos a mujeres es casi tres veces superior al de los dirigidos a afrodescendientes.

De esta manera, la violencia en redes sociales sigue siendo un problema sin una respuesta “adecuada” en el ámbito legal en Colombia.

“Hay que insistir en políticas públicas que protejan a la mujer y garanticen nuestros derechos. Hace poco, por ejemplo, el Congreso aprobó una ley que previene y sanciona la violencia política contra la mujer. Tenemos, principalmente las mujeres, que hacer que se cumpla, y a través de ellas generar conciencia y prevenir que eso siga pasando”, dijo la también especialista en derecho administrativo Natalia López.

Impacto emocional

Ser víctima de violencia digital, así como lo fueron Ana* y Natalia, puede tener graves consecuencias en la salud mental.

“Algunos de los efectos más comunes incluyen la ansiedad, el estrés, la depresión, la baja autoestima, trastorno de estrés postraumático, problemas de sueño y sentimientos de vergüenza y culpabilidad. Las consecuencias psicológicas del ciberacoso pueden resultar devastadoras para la regulación emocional de la persona que lo sufre, teniendo efectos intensos”, explicó la psicóloga Tatiana Martínez.

Para la especialista es importante investigar qué efectos se han producido en cada caso en particular para poder ayudar a las víctimas de forma precisa y eficaz a manejar y superar las consecuencias del maltrato que sufren en el mundo digital.

*El nombre tuvo que ser cambiado por petición del entrevistado.

Señales para tener en cuenta

Según el especialista en seguridad informática del laboratorio de ESET, Mario Micucci, algunas medidas de seguridad que se pueden tomar para protegerse de la violencia digital son la configuración de privacidad, asegurarse de revisar y ajustar las configuraciones de privacidad en las redes sociales y aplicaciones.

“Limita quién puede ver la información personal y publicaciones. Utilizar contraseñas fuertes y cambiarlas regularmente. Evitar usar información personal obvia o fácil de adivinar”.

También expone que se debe aprender sobre las amenazas en línea y cómo protegerse, conocer los riesgos del ciberacoso, el doxxing y otras formas de violencia digital.

“Si alguien acosa o amenaza en línea, bloquear su perfil y denunciar el comportamiento a la plataforma correspondiente. No hacer clic en enlaces o descargar archivos de fuentes desconocidas, pueden ser mal utilizados”.