Para Yuliana Sanguino el tiempo parece haberse detenido desde el 20 de septiembre del 2018 cuando su hijo Albertico Cardona, de 6 años y el menor de la prole, desapareció misteriosamente en el caserío Tigrera, de Santa Marta.
Una profunda tristeza la arropa desde ese día, pues el pequeño era una de sus razones para existir.
Y aunque el dolor de ausencia aviva su amor, reconoce que cerrar los ojos no va a cambiar nada. Entonces los abre y sigue esperando que el niño aparezca, aunque por momentos sienta que sus esperanzas se quiebran.
En silencio sigue aguardando con fe que su hijo volverá a sus brazos o que alguien le diga dónde está.
Mientras tanto su vida y la de su familia continúa, convencida de que la mejor manera de tenerlo presente y mitigar el impacto de su ausencia es recordándolo.
A Yuliana no le dan información ni de su hijo y tampoco de la investigación por la muerte de Alberto Cardona Tapia, padre del pequeño, quien fue hallado muerto cerca al río Tigrera, con un tiro en la cabeza, dos días después de su desaparición junto con el niño.
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Nada se sabe
Ante la proximidad del cuarto aniversario de la desaparición de Albertico Cardona Sanguino, la pregunta común es: ¿qué ha pasado con la investigación? ¿En el tiempo transcurrido qué han dicho las autoridades? La respuesta se repite con eco infinito: 'Nada. Todo sigue igual'.
'Parece que todo quedó ahí', dijo Farides Brugés, madrina del pequeño y quien solo espera que donde esté goce de paz.
Asimismo, César Fernández, un líder social de Santa Marta y defensor de DD. HH., sigue esperando respuestas de las autoridades.
Este abogado fue gestor de marchas reclamando esclarecimiento de este caso de desaparición, como también del de Alit David, de 2 años, ocurrido en Minca el 28 de octubre del 2018, es decir, 38 días después de lo sucedido con Albertico.
Hace unos días Fernández denunció haber sido amenazado y asoció la intimidación con su papel en estos sucesos que conmocionaron no solo a Santa Marta, sino a todo un país.
Y aunque oficialmente no se ha conocido información sobre el proceso por la desaparición de Albertico, EL HERALDO conoció que el caso estaría aún en etapa investigativa y que la autoridad competente (Fiscalía) ha recibido algunas declaraciones juradas.
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El caso
Con 6 años, Alberto Cardona Sanguino, desapareció el 20 de septiembre de 2018, en Tigrera, caserío del corregimiento turístico de Minca, a 20 minutos de Santa Marta.
Ese día, en compañía de su papá, Alberto Cardona Tapia, salió a la escuela a buscar las notas de estudio de sus otros dos hermanos.
Extrañamente padre e hijo nunca regresaron a casa. En la escuela de Tigrera los profesores confirmaron que ambos estuvieron allí y que salieron juntos. 'Se veían tranquilos y animados', dijo un vocero escolar.
La búsqueda se inició luego de que una líder comunal de la región pusiera en conocimiento de los medios de comunicación la desaparición de padre e hijo.
Policía, Defensa Civil, Ejército y voluntarios civiles emprendieron la búsqueda por las riberas del río Minca. Llegaron a pensar que quizás se ahogaron al atravesar el afluente, tal vez arrastrados por la corriente ante una súbita creciente.
Dos días después, en un paraje, cerca al río, fue hallado el cadáver del padre. Presentaba un impacto de bala en la cabeza.
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Afanosa búsqueda
Las tareas de búsqueda del menor se acentuaron con perros especializados. Un pastor holandés, de nombre Homero, fue dispuesto por la Policía Nacional para fortalecer las labores de búsqueda.
El canino, adiestrado en Bogotá, tenía experiencia en ubicación de personas y había hecho parte de otros procedimientos de rescate como, por ejemplo, la tragedia de Mocoa, del 1 de abril del 2017, en la que su labor permitió dar con el paradero de desaparecidos a raíz del desbordamiento de varios ríos.
La tarea resultó infructuosa. Tampoco sirvió de nada la recompensa de $70 millones, ofrecida por las autoridades para quien entregara información que permitiera la localización del niño.
Recuerdan que hubo una luz de esperanza de vida de Albertico, luego de que se corriera la voz de que un grupo al margen de la ley tuviera conocimiento del paradero del menor.
El ministro de Defensa de la época, Guillermo Botero, llegó a decir que ni Albertico ni Alit David estaban secuestrados. Sin embargo, todo quedó ahí.
Hoy, 4 años después del hecho, los familiares siguen esperando respuesta.
'Aún no hemos perdido la fe', aseveran.
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El caso de Alit David
El 28 de octubre del 2018, luego de 20 días de la desaparición de Albertico, en Tigrera, otro menor corrió igual suerte, en Minca, un corregimiento situado a 6 minutos del poblado referido inicialmente.
Se trató de Alit David Sánchez Maldonado, de dos años. Sus padres denunciaron alarmados la ausencia del menor. Dijeron que estaba en la sala de la casa al momento de desaparecer.
Enteradas del caso, las autoridades dispusieron de un operativo en el que participó la Policía, Bomberos, Ejército y Defensa Civil, con apoyo de la Gobernación del Magdalena.
La búsqueda se hizo por todo Minca, ampliándose la misma hasta Don Jaca, en donde alguien reportó que se encontraba.
Sin embargo el trabajo de los rescatistas se desarrolló por la margen del río Minca, pues el patio de la vivienda familiar colinda con el afluente.
Lo buscaron por cielo y tierra. Un helicóptero de las Fuerzas Militares sobrevoló varios días el área con resultados infructuosos.
Como en el primero de los casos, próximo a cumplirse cuatro años del mismo, de este pequeño tampoco se sabe nada.
