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Lo que antes era una tierra tranquila donde la devoción y el respeto entre sus habitantes convivían en plena armonía, hoy solo son efímeros recuerdos que se han ido desvaneciendo poco a poco por la delincuencia.

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Hoy por hoy, el municipio de Sabanalarga se ha visto doblegado por el indoloro crimen organizado, mismo que disputa su vasto territorio a precio de sangre sin importar quién resulte herido, o en el peor de los casos, muerto.

De acuerdo con registros de las autoridades se han contabilizado 14 homicidios en lo que va del año, en dicha región. De ese listado 12 han sido por homicidios selectivos, mientras que los otros dos han ocurrido en medio de supuestos casos de robos e intolerancia.

Los municipios de Baranoa, Sabanalarga y Sabanagrande encabezan el listado con mayor número de homicidios en lo que va del año.

Si bien, el año pasado se registraron 17 homicidios, el índice de violencia se ha disparado recientemente de una forma tan anómala y preocupante que, incluso, las autoridades locales flaquean al verse cortos de recursos para combatir estas amenazas.

Es importante mencionar que desde hace varios años existen estructuras criminales como ‘Los Pepes’ y ‘Los Costeños’ instalados en el territorio, quienes mantienen continuos enfrentamientos entre sí con el propósito de dominar no solo el municipio, sino también el extender sus tentáculos hasta otras regiones.

Archivo EL HERALDO

Sin embargo, existe un tercer grupo al margen de la ley que ha intentado escabullirse entre las sombras para entrar a la disputa territorial, afectando directamente a los grupos anteriormente mencionados.

Se trata del ‘Clan del Golfo’, grupo armado organizado que, al parecer, estaría detrás de toda esta cadena de violencia que ha golpeado fuertemente la banda oriental y la zona central del Atlántico.

Ahora bien, de acuerdo con fuentes judiciales, esta seguidilla de hechos sangrientos se estarían cometiendo contra presuntos miembros ‘Costeños’ y ‘Pepes’ con el propósito de desestabilizar las filas de ambos grupos.

La estela de violencia

Esta estela de violencia comenzó a partir del 9 de febrero del vigente año, fecha en la que fue acribillado Gilberto Mario Sarmiento Ariza, de 22 años, un joven que luchó por su vida durante tres días hasta que falleció el 12 de febrero en el Hospital Universitario Cari a causa de los mortales disparos.

Gilberto Mario Sarmiento Ariza, de 22 años, fue atacado a bala el pasado 9 de febrero.

Según los testigos, a eso de las 9:15 de la noche, Gilberto Mario se encontraba en la esquina de una vivienda, ubicada en la calle 15 con carrera 20 en el barrio Santander, mientras revisaba su teléfono celular.

En ese momento unos desconocidos a bordo de una motocicleta lo interceptaron y, sin mediar palabra, le dispararon en repetidas ocasiones. Posterior al ataque los sujetos se dieron a la huida hacia un rumbo desconocido, mientras Sarmiento yacía en el piso.

Alarmados por las detonaciones, vecinos del sector corrieron hasta donde se escucharon los impactos y hallaron al joven malherido tendido en el piso gravemente herido. Rápidamente alcanzaron a auxiliarlo y lo trasladaron a la Clínica Reina Catalina, en Baranoa.

Sin embargo, debido a la gravedad de sus heridas el joven fue remitido hasta el Hospital Universitario Cari, ubicado en la ciudad de Barranquilla, donde finalmente murió.

Uno de los casos más repudiados por la comunidad fue el asesinato del profesor de educación física, Jorge Luis Teherán Castillo, de 64 años de edad, víctima de un atentado a bala en la tarde del martes 25 de febrero, en medio de un caso de hurto en el barrio John F. Kennedy de esta población.

CortesíaLos delincuentes le exigieron con violencia la entrega de su teléfono celular que sostenía en una de sus manos.

Para ese entonces, un reporte de la comunidad señaló que Teherán Castillo se encontraba en la carrera 14 con calle 17, del barrio en mención, cuando aparecieron en escena dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta.

Según testigos, los sospechosos se le acercaron con el engaño de preguntar por una dirección y, al tener cerca a la víctima, le exigieron con violencia la entrega de su teléfono celular que sostenía en una de sus manos.

Al parecer, la reacción del profesor fue oponerse al hurto y el parrillero, a sangre fría, lo impactó a quemarropa.

La comunidad ayudó al profesor Teherán y lo trasladó hasta el hospital municipal de Sabanalarga donde lamentablemente se presentó su deceso.

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Sin embargo, uno de los días más sangrientos fue el pasado 12 de julio, día en el que fueron perpetrados dos atentados en un lapso de cinco horas, mismo que dejó un saldo de tres personas muertas.

El primer atentado ocurrió en horas de la tarde, cuando los criminales llegaron hasta un estadero conocido entre pobladores como ‘Donde Camacho’, apostado en la zona comercial sobre la Cordialidad, dispararon contra unos clientes que estaban en una mesa.

Producto del ataque resultó muerto Joseph de Jesús Ahumada Peña, de 34 años de edad, y resultó herido un hombre conocido con el alias de Mencho.

El segundo caso ocurrió pasadas las 7:00 de la noche, cuando criminales asesinaron a tiros a dos jóvenes que estaban en el polideportivo de la urbanización Semilla de Fe.

Las víctimas fueron identificadas como Jean Carlos Ruiz Velandia de 17 años, y Jacinto González Morillo, de 18 años de edad.

La creciente ola de violencia que hoy azota a Sabanalarga refleja no solo la disputa feroz entre estructuras criminales por el control territorial, sino también las limitaciones evidentes de la seguridad local para contener esta crisis.

Los 14 homicidios registrados en lo que va del año, en su mayoría bajo la modalidad de sicariato, confirman que la población se encuentra atrapada en medio de un conflicto que desborda las capacidades de las autoridades municipales.

Ante este panorama, resulta urgente que el Gobierno Nacional brinde un respaldo decidido y contundente.