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El presidente Gustavo Petro anunció el martes anterior que su Gobierno iniciará diálogos con los grupos de delincuencia urbana de Barranquilla con el objetivo de que dejen las armas, frenen la violencia urbana y, a la vez, tengan una segunda oportunidad de reinsertarse a la sociedad.

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Así lo manifestó en la capital del Atlántico, la principal del Caribe colombiano, en donde encabezó una manifestación en la que la gente lo respaldó por la presentación de una nueva consulta popular.

“Quiero hablar en Barranquilla a esas bandas y a esos jóvenes porque voy a iniciar un diálogo con las bandas juveniles de Barranquilla”, aseguró el jefe de Estado.

Esos diálogos con grupos armados ilegales ya se desarrollan en Medellín y Quibdó, capitales de los departamentos de Antioquia y Chocó, respectivamente, y en Buenaventura, el principal puerto del país en el Pacífico, en donde operan los grupos criminales los ‘Shottas’ y los ‘Espartanos’.

Aunque Petro no nombró las bandas con las que dialogará para la paz, las más conocidas en Barranquilla son ‘Los Costeños’, ‘Los Rastrojos Costeños’ y ‘Los Pepes’, estructuras que se disputan el control del microtráfico e incluso tienen alianzas criminales con grupos guerrilleros y con el Clan del Golfo.

“Queremos que hagan la paz, que no ataquen a su vecino, que no ataquen al otro joven, que le dejen de prestar servicios al traqueto (narcotraficante) y al político, que van de la mano. Que empiecen con nosotros la formación del liderazgo popular, que este Gobierno les ofrece la mano”, aseguró Petro.

El mandatario destacó que esos diálogos han rendido sus frutos principalmente en Medellín, de la que dijo “está a punto de tener solo un dígito de tasa de homicidios”.

Explicó que con los diálogos se busca que esos jóvenes de Barranquilla tengan “una segunda oportunidad porque Colombia no es una tierra de bandidos; por eso iniciaremos ese diálogo de paz en esta ciudad”.

Un anuncio reciente

El pasado miércoles 2 de abril, ‘Los Costeños’ y ‘Los Pepes’, las dos estructuras criminales que pretenden el control en la venta de estupefaciente y las extorsiones en Barranquilla y su área metropolitana, bajo una sangrienta disputa que sobrepasa las 800 muertes en los últimos dos años, habrían mostrado su interés de realizar una mesa de diálogo que se llevaría a cabo en Barranquilla.

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Información confirmada a EL HERALDO señaló en ese momento que el alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, recibió la solicitud promovida por los líderes de dichos grupos criminales, Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, y Digno Palomino Rodríguez.

Un supuesto representante de alias Castor reveló que para realizar esta petición las dos bandas cedieron a una supuesta “tregua” de cese al fuego que, según su declaración, fue pactada desde el pasado 11 de febrero al 15 de marzo, un espacio en el que evidentemente se redujeron los homicidios en las zonas de injerencia de estas dos organizaciones.

No obstante, en ese momento se dejó claro que en el lapso aportado en el documento elevado al alto Comisionado para la Paz, Otty Patiño, desde el 11 de febrero al 15 de marzo, coincidió con capturas realizadas por la Policía Metropolitana de Barranquilla de temibles sicarios al servicio de las dos estructuras y del Clan del Golfo, involucrados en por lo menos 50 homicidios.