Maximiliano Gerónimo Silva estaba en la terraza de su vivienda, sentado en una mecedora dándole la espalda a la pared. Toda la tarde del jueves estuvo jugando con su nieta, la segunda de los tres nietos que tiene. Entrada la noche empezó a conversar con una vecina, a la espera de unos patacones para cenar.
A las 7:35 de la noche del 9 de mayo, un parrillero se bajó de una motocicleta de referencia Eco Deluxe de color rojo escarlata a unos pocos metros de la vivienda de Silva, ubicada en el barrio Nuevo Horizonte del municipio de Puerto Colombia.
El hombre, que de acuerdo con lo dicho por vecinos de Silva a la Policía, vestía jean oscuro, camisa negra, era de piel morena y contextura delgada, caminó sigilosamente hasta la vivienda de Maximiliano y al llegar a las pergolas pintadas de azul rey apoyó su rodilla derecha en el borde del muro que separa la vivienda con la calle para entrar de un salto. Una vez allí alzó la mirada y gritó con voz amistosa: 'Maxi', a la espera de una respuesta por parte del hombre de 57 años.
Una vez pudo identificar su objetivo, el sicario desenfundó un revólver calibre 38 niquelado, lo apuntó hacia la humanidad del técnico en reparación especializado en neveras y abanicos, y le disparó en cuatro oportunidades.
Geronimo Silva recibió un disparo en su pelvis, otro en su vientre, otro más en el pecho y uno en su mejilla, todos penetraron por el costado izquierdo de su cuerpo.
Su atacante miró dentro de la vivienda y al oir los gritos de los familiares que provenían desde el interior, volvió a saltar las pergolas para alcanzar la motocicleta donde estaba su cómplice y huyeron.
Las primeras versiones recogidas por miembros de la Sijín de la Policía, luego de las abores del levantamiento del cadáver, señalan como posible móvil del crimen una deuda contraída por Gerónimo Silva con un cobradiario.
'Usualmente los cobradores gota a gota prestan cantidades que oscilan entre 100 mil y 2 millones de pesos. Sin embargo, acá llama la atención que según sus familiares la víctima debía $11 millones', sostuvo a EL HERALDO un investigador cercano al caso.
Negocio detrás del negocio
'Hemos hecho un cruce de bandas delincuenciales dedicadas al microtráfico y vemos la sorprendente relación o casi igualdad con las líneas de microtráfico. Esto nos da una muestra clara de que ese dinero que se está compilando por el cobro de ese microtráfico está siendo utilizado para seguir azotando la ciudadanía a través del cobradiario. Están tratando de lavar ese dinero ilícito para seguir afectando a los ciudadanos', indicó el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, gerenal Mariano Botero Coy, acerca de la procedencia de los dineros inyectados a las rutas del ‘gota a gota’.
Sobre este tema, el general explicó que la modalidad se está presentando no solo en Barranquilla, sino también en Soledad, donde esta semana se desarticuló la banda de cobradiarios ‘Los Gavilleros’, y ahora en Puerto Colombia con la reciente muerte del técnico Gerónimo Silva.
Números que preocupan
La cifra de muertes violentas en Puerto Colombia en lo que va corrido de este año (9) casi iguala a la registrada en todo el 2018 (10), lo cual indica que los primeros meses de este 2019 están marcados en rojo en el citado municipio del área metropolitana de Barranquilla que, según sus moradores, siempre se había caracterizado por la tranquilidad producto de su engranaje con el mar y las entrañables puestas de sol en el inolvidable muelle.
De esas nueve muertes, siete han sido por homicidios, en su mayoría relacionados con el fenómeno del microtráfico.
Según datos de la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar), las bandas microtraficantes han venido tomándose el municipio porque las estructuras delincuenciales han ido perdiendo territorialidad en la capital del Atlántico.
'Hemos visto injerencia de bandas criminales que debido a los trabajos que adelantan las autoridades en Barranquilla se han tenido que desplazar y han encontrado en Puerto Colombia un lugar para ejercer su dominio', sostuvo el general Botero Coy.
A raíz de la creciente ola de inseguridad, hace un par de semanas se llevó a cabo un consejo extraordinario de seguridad con las autoridades distritales y policiales en el municipio a fin de tomar decisiones que contrarresten la situación.
Una de las determinaciones que dio a conocer el comandante de la Mebar es la de solicitar apoyo a la Dirección Nacional de Interpol para generar algunas órdenes de captura con el objetivo de cazar a las mafias de la venta de estupefacientes que a su vez están ejerciendo otras actividades comerciales ilegales que están generando afectaciones en la ciudadanía.
De acuerdo con la institución armada, en el marco de la investigación criminal contra estas redes se pudo establecer que cabecillas de bandas como ‘Los Costeños’, ‘Papalópez’, y personas provenientes de Córdoba de las Autodefensas Gaitanistas o ‘Clan del Golfo’ buscarían hacerse con el control del consumo de estupefacientes en el municipio.
'Estos cabecillas llegan al municipio para asentarse bajo pequeños nodos, buscan el control total de las ‘ollas’ de vicio, y una vez la maquinaria criminal funciona como un reloj, el cabecilla deja el municipio para dar órdenes desde la distancia, se tiene evidencia de que se van del país por lo que son necesarias las circulares de Interpol para su ubicación', sostuvo a esta casa editorial el investigador allegado al caso.
'Lo que pasa es que esta gente poderosa llegó con la intención de ser los únicos distribuidores de narcóticos en el municipio, entonces si ‘fulana’ vende y ‘sutana’ también, ellos las obligan a que les compren su mercancía o de lo contrario las matan', agregó un profesor de bachillerato en el municipio que por razones de seguridad pidió no ser identificado.
'En Puerto Colombia hay nombres que al mencionarlos muchos se apartan, hacen mueca de preocupación o se limitan a callar', dijo la fuente y agregó: 'Se trata de los hermanos conocidos como ‘Los Guarapos’, el Mono y Nando, y también está alias Lenín señalados distribuidores de estupefacientes en Puerto Colombia', sostuvo.
Sobre ‘los Guarapos’, dice el profesor, 'su historia es lo más parecido a la popular saga de la televisión colombiana ‘La Saga: Negocio de Familia’, cargada de drama, muerte, sufrimiento con el agregado trabajo generacional de la venta de narcóticos'.
'Su madre vendía droga, sus hermanos y él se dedicaron a lo mismo, a la mujer de alias Nando Guarapo le dicen ‘la Reina del Sur’, los hijos y los sobrinos de ellos van por el mismo camino'.
Uno de los hechos que más recuerda el habitante de Puerto Colombia sobre la familia de los Guarapos ocurrió el pasado 28 de octubre de 2018 cuando un sobrino de los señalados distribuidores de drogas fue atacado con cinco balazos en la terraza de su casa en el barrio Loma Fresca cuando departía en una reunión familiar.
Sus allegados lo llevaron de urgencia al Hospital municipal donde el cuerpo médico decretó que no tenía signos vitales.
En ese momento y por la fuerza, sus familiares ingresaron al centro asistencial y sacaron el cadáver del hombre, identificado como Peterson Rafael Rodríguez González lo trasladaron de vuelta a la residencia y ahí se atrincheraron para evitar que las autoridades policiales pudieran sacarlo.
En el sitio tuvo que ser necesaria la presencia del Escuadrón Antimotines de la institución armada para poder sustraer el cuerpo sin vida de Rodríguez González y trasladarlo al Instituto de Medicina Legal en Barranquilla quien se encargaría de los trámites pertinentes para que luego la familia pudiera darle cristiana sepultura.
Su historial criminal es amplio, 'según dicen, han caído presos muchas veces y con las mismas están al rato caminando en las calles', puntualizó el hombre sobre estas personas.
Cuatro muertos en tres semanas. El pasado 11 de abril a las 7:15, aproximadamente, en la carrera 5 con calle 11, del barrio Loma Fresca del municipio de Puerto Colombia dos jóvenes fueron asesinados a bala dentro de una vivienda en obra negra donde, supuestamente, funciona un expendio de estupefacientes.
Cristian Manuel Santiago Santander, de 17 años, y Alberto Junior Beltrán, de 24 fueron ultimados por un sujeto que llegó a ellos caminando, desenfundó el arma y les disparó sin mediar palabra.
Otro hombre, identificado como Albeiro José Racero De La Cruz resultó herido con un disparo en el tobillo.
Por este caso hay un joven capturado señalado de cometer el doble homicidio.
18 días después, en la carrera 1B con calle 11, invasión Colinas del Sol, zona enmontada conocida como Los Ciruelos, también en Puerto Colombia fueron asesinado Manuel Agustín González González y Angélica Robles Jiménez, también conocida como ‘Siete Libras’, quienes según las autoridades, se encontraban consumiendo sustancias alucinógenas y un sujeto que se desplazaba a pie llegó a este lugar y los impactó sin mediar palabra y luego huyó de la escena.
Incentivos sociales
La Alcaldía de Puerto Colombia no es ajena a la situación que afronta el municipio y por esta razón ideó un progra social que permite ofrecer alternativas de negocio distintas a reconocidos expendedores de estupefacientes para que cambien su actividad ilícita.
'La Alcaldía de Puerto Colombia ha incentivado a los expendedores de estupefacientes en el municipio para cambien su actividad económica ilícita por otras alternativas legales, patrocinadas por la administración distrital, a través de becas y cursos técnicos para que así su sustento derive de la formalidad de un trabajo. No obstante, hay algunos que han sido renuentes a esta propuesta', indicó Saúl Leiva, secretario de Gobierno municipal.
'Luego de esas muertes esto ha estado tranquilo, se están matando entre ellos y eso, aunque suene feo, nos conviene porque estamos en calma, pero no podemos dormirnos en los laureles', dice un mototaxista del municipio que omitió su identidad.
El sentir en la calles de Puerto Colombia es que a raíz de los últimos asesinatos en el municipio, ha cesado la ola criminal. No obstante, los planes de seguridad arrecian para evitar que se vuelvan a presentar más muertes que sigan elevando los números rojos.


