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Veinticinco jóvenes de barrios cartageneros se tomaron la noche del miércoles el escenario del Festival Internacional de Música para empezar a escribir la historia de la primera Orquesta Sinfónica de Cartagena.

Los nervios de los que hablaban diez minutos antes de su primera aparición en público se desvanecieron rápidamente, cuando el reloj marcó las 10 de la noche y ellos, con sus violines, clarinetes, trombones y trompetas, se convirtieron en los grandes protagonistas de un imponente escenario enmarcado entre contenedores, grúas y el buque Gloria con el Mar Caribe de fondo.

Los estridentes aplausos de los más de 3.000 asistentes a la Sociedad Portuaria, y el acople perfecto con el trío conformado por los músicos François Salque, Vincent Peirani y Samuel Strouk, y el Cuarteto de Renato Borghetti, fueron la muestra perfecta de que esta 'prueba de fuego' había sido superada.

Con un profesionalismo que augura, según conocedores de la música, un futuro prometedor para cada uno de estos jóvenes, el núcleo orquestal de la Sinfónica de Cartagena hizo gala de las largas horas de trabajo que se iniciaron en octubre del año pasado.

El encargado de dirigir este aplaudido debut, el violinista y director colombiano Leonardo Federico Hoyos, solo tuvo elogios para cada uno de estos jóvenes provenientes de barrios como Los Caracoles, San José de los Campanos, Los Calamares y San Pedro Mártir, entre otros.

Para el músico, el arte, y en especial la música, es una plataforma de expresión que transforma vidas. 'Todos, cada uno de estos jóvenes, tienen muchísimo valor, mucho talento. Ver cómo están creciendo artísticamente y cómo trabajan responsablemente por sus sueños es la prueba que apostarle a este proyecto es un gran decisión', aseguró Hoyos tras finalizar el concierto que se extendió por un poco más de una hora.

Julia Salvi, artífice y principal promotora del proyecto musical que es respaldado por la Alcaldía de Cartagena y la Fundación Puerto, describió el anunciado y esperado debut como 'un sueño que empieza a hacerse realidad'.

La presidenta del Festival Internacional de Música de Cartagena, dijo que lo que viene para estos jóvenes es mucho crecimiento musical y que el objetivo, a menos de cinco años, es contar con una orquesta sinfónica completa a la altura de una ciudad tan rica en expresiones artísticas y musicales como Cartagena.

'Ver el trabajo serio y responsable que hicieron es realmente maravilloso. Demostraron que están preparados para esto y que seguirán sorprendiéndonos con talento y gran compromiso', afirmó.

El acordeonista francés Vincent Peirani, quien fue uno de los invitados a compartir escenarios con los jóvenes artistas cartageneros, hizo un llamado a la ciudad a 'acoger' esta propuesta musical y dijo sentirse reflejado en cada uno de ellos.

'Estos jóvenes me recordaron mi época de estudiante. En sus ojos y rostros ves toda la pasión que envuelve la música y que transciende los idiomas y los países', relató el músico, quien tuvo un único consejo para los músicos cartageneros. 'Solo deben trabajar y trabajar mucho, sin olvidar divertirse'.

La segunda presentación del núcleo orquestal de la Sinfónica de Cartagena será este sábado en la Plaza San Pedro.

Agenda de hoy

Ópera Las bodas de Fígaro, de Mozart: Teatro Adolfo Mejía. 7 p.m. Desde $106.000

Francia desde la mirada del nuevo mundo: Concierto con Midori Goto (violín) y Ieva Jokubaviciute (piano). Capilla Charleston Santa Teresa. 11 a.m.

Cantas y coplas: Recitar de Colectivo Colombia. Casa 1537. 4 p.m.

Festival en los barrios: Concierto con Santiago Cañón (violonchelo), Renato Borguetti (acordeón) y Gabriele Mirabassi (clarinete). Iglesia Cristo Rey. 10 a.m.

Estudiante del taller practicando con una guitarra.

Agenda académica, el otro encuentro del Festival

Leonardo, Laura y Alejandra son tres de los ocho niños que viajaron más de cuatro días desde Since, Sucre, hasta Cartagena para vivir una experiencia que afirman marcará sus vidas. Los pequeños de 9, 10 y 12 años, respectivamente, son participantes de los talleres de luthería y las clases magistrales que complementan la programación del Festival de Música de Cartagena.

Con desparpajo y sin temor a las cámaras ni a los micrófonos, Laura, la más pequeña del grupo y quien desde hace cuatro años es aprendiz de violín, asegura que 'ver como estos grandes músicos conmueven al público en sus conciertos es su motivación'.

Sin despegarse ni un minuto de su violín, la estudiante relata que hace parte de la corporación In Crescendo que, según respalda Manuel Sierra, director de la misma, es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a estimular el desarrollo artístico y el aprovechamiento del tiempo libre en esa población de Sucre.

Laura y sus compañeros fueron seleccionados, al igual que otros 52 estudiantes de todo el país, entre más de 360 postulantes que a través de convocatoria pública buscaban ser parte de esta experiencia académica que ofrece desde sus inicios el Festival.

Destacados artistas que engrosan este año la nómina del evento sacan parte de su tiempo para compartir sus conocimientos durante 4 días con estos jóvenes artistas colombianos. Emmanuel Ceysson (arpa), Gabriele Mirabassi (clarinete) y Santiago Cañón (violonchelo) son algunos de los experimentados músicos invitados a las clases magistrales.

Rubén Duque, coordinador académico de las clases magistrales que se desarrollan hasta hoy en la Universidad de Cartagena, explicó que el festival ha tenido un fuerte componente educativo representado en el compromiso de aportar a la formación musical de los colombianos y a la práctica instrumental.

'Este objetivo se ha logrado progresivamente por medio de un programa como el de clases magistrales, del que han sido parte más de 400 becarios y 3000 observadores', precisó.

Los talleres de luthería, otro de los espacios formativos del festival, se han convertido desde hace tres años en uno de los escenarios más concurridos por músicos y amantes que quieren conocer sobre ese mundo más allá de los escenarios.

Pablo Alfredo López, coordinador pedagógico de los centros de luthería de la Fundación Salvi, señaló que el público está muy acostumbrado al concepto de fábrica y que desconocen, en general, que muchos de los instrumentos con los que grandes músicos hacen sus obras son o fueron construidos en talleres considerados artesanales.

'La luthería es un acto que tiene gran aporte estético, de mucho color', describió.