El mayor miedo que tienen los ciudadanos al momento de acceder a un crédito es que este tenga una tasa considerablemente alta en su interés, y en estos tiempos donde ese mismo factor, en conjunto con una alta inflación, se ha convertido en un dilema para los que deseen productos crediticios de la banca.
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Y sí, el consumo de crédito se ha venido minimizando, en especial por la coyuntura económica, que si bien la tasa de interés del Banco de la República ha pasado de tocar un pico del 13,25 % a estar actualmente en 11,75 %, permanece todavía alta. A esto se le suma una notoria desaceleración económica que ha hecho que muchas personas vean este sistema crediticio como terrorífico, sumado a una inflación que a corte del mes de abril se sitúa en 7,16 %, un indicador que todavía es alto, pero ha ido bajando paulatinamente.
Ahora bien, el sector financiero ha tenido un verdadero desafío para intentar de alguna u otra manera motivar el consumo de sus productos crediticios a los usuarios e interesados.
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En diálogo con EL HERALDO, el presidente de Bancolombia, Juan Carlos Mora, manifestó de forma pedagógica que el crédito es un instrumento que permite que las personas accedan a unas posibilidades que de otra manera tendrían que hacerlo con ahorros propios y tomaría mucho tiempo que no lo pudieran hacer.
“Quiero colocar un ejemplo. Si uno quiere adquirir una casa tiene dos opciones: o trabaja, ahorra y va guardando el dinero y se demora muchos años en adquirirla, o ahorra para una cuota inicial, y pide un crédito que la persona va ir pagando mes a mes, y tendrá su casa relativamente rápido y la puede disfrutar mientras la va pagando, entonces el objetivo del crédito es poder acceder a bienes y servicios, y así tener posibilidades de manera más rápida y pagarlos con ingresos futuros”, explicó Juan Carlos Mora a este medio.
Saber detectar para qué es
El presidente de Bancolombia sostuvo que en estos tiempos de altas tasas de interés y de inflación el ciudadano tiene que entender claramente para qué viene siendo dicho crédito. Para esto, recomendó que es clave usar estos productos financieros en proyectos que generen producción, es decir, utilidades.
“Un crédito para actividades productivas tiene que verse de esta manera: si yo estoy tomando un crédito, cuánto tengo que pagar de intereses y qué ingresos me va a producir. Esos ingresos tienen que ser mayores que el valor del crédito, por lo que esa es una buena manera de estimular el consumo de estos productos que le sirven al ciudadano, particularmente en sus negocios”, resaltó Juan Carlos Mora.
Mismo pensamiento tiene Baruc Saéz, presidente del Banco Itaú Colombia, quien en diálogo con EL HERALDO resaltó que los usuarios deben buscar créditos que sean potenciales para su producción financiera, o en otras palabras, que tengan sentido de avance.
“Hay que apostarles a las actividades productivas, porque eso a la final generará ganancias en los interesados. Es una forma esencial para motivar el consumo que naturalmente se está perdiendo por la coyuntura que estamos viviendo”, resaltó Saéz.
Productos recomendados
A la pregunta sobre qué tipo de productos son los esenciales para escoger a la hora de vincularse a la banca, Baruc Saéz expresó que los principales son las cuentas de ahorro y de CDT.
“Las personas que puedan posicionarse en productos de CDT, fondos y cuentas de ahorro es lo mejor, especialmente para tener una buena relación con el banco. Por otro lado, también es recomendable productos de crédito hipotecario, que entre otras cosas, lo bueno de obtenerlos es que la persona podrá contar con unas tasas bajas en un promedio de dos años para la compra de vivienda, y pasando esos dos años pueden refinanciarlo. Entonces, les recomiendo a los consumidores no dejen de tomar proyectos, porque de igual manera es una buena oportunidad para su proyecto de vida, porque esto no viene siendo jamás un gasto, sino una inversión”, puntualizó el presidente de Itaú Colombia.
Prudencia
La palabra prudencia también es una de las que tiene mayor implicación en el consumo de crédito, porque de ella puede definir si la persona es responsable en sus pagos del producto que escogió.
“Yo en estas épocas recomendaría ser prudente en endeudarse para gastos un poco superficiales y consumos que se pueden postergar, por lo que debería ser para cosas que tengan valor, por ejemplo, el tema de vivienda, ¿Y cómo es una forma para hacerlo? Es aumentar el plazo para que mi cuota sea más baja. De tal manera que de lo que yo pague al final cada mes sea lo que esté dentro de mis ingresos”, explicó Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia.
En ese sentido, añadió que el problema del crédito que escoja la persona es que el pago sea muy alto, y por lo tanto la persona no tenga el ingreso para poder pagarlo.
“De modo que, al extender el plazo, entonces tendría una cuota más baja y podría usarlo”, manifestó el dirigente bancario, quien resaltó que otro punto clave es la decisión de pagarlo o con tasa variable o tasa fija.
“Con una tasa fija yo sé cuanto puedo pagar y voy a tener la posibilidad de tener mi flujo de caja bien estipulado. Si es una tasa variable, puede tener fluctuaciones, entonces, eso también es determinante”, socializó Mora.
Educación económica
De acuerdo con Hernán Chica, presidente del Banco Agrario de Colombia, es importante hacer acompañamiento, ofrecer educación económica y financiera y, en términos generales, llevar de la mano a la persona para generarle confianza y así pueda tomar la decisión de tomar el crédito y financiar su proyecto.
Recordó un reciente estudio según el cual el microcrédito no solo ha venido disminuyendo, sino que del 70 % de quienes tienen acceso al crédito formal, cerca de 80 % no lo quiere tomar y es porque no tiene los elementos de juicio para atreverse a dar el paso. “Ese es nuestro gran reto: avanzar en esta evolución de las microfinanzas para impactar todo el proceso de la economía popular”, subrayó.
Mario Pardo, presidente de BBVA Colombia y de la Junta Directiva de Asobancaria, destacó que el escaso nivel de ahorro en Colombia es uno de los principales factores que inciden en los bajos niveles de inversión. “Una parte sustancial del ahorro no se destina de manera productiva para financiar inversiones, al permanecer en efectivo sin ingresar al sector financiero, y eso es la razón por la que se reduce el crédito”, señaló.
Conocer las realidades
El superintendente financiero, César Ferrari, manifestó en la cumbre que el tamaño del microcrédito del país es muy pequeño, puesto que representa apenas el 2,6 % de los créditos que se otorgan en el mercado.
En ese sentido, señaló que los clientes de microcréditos tienen buena voluntad de pago, pero no siempre tienen capacidad para hacerlo. “Por eso se hace énfasis en la necesidad de conocer sus realidades y apoyarlos con tasas competitivas para producción e inversión”.
La realidad es que los factores como la alta tasa de interés y la inflación continúa pesando en la mente de los ciudadanos; sin embargo, el sector financiero hace un llamado para usar estos productos, siempre y cuando sea para inversión, y no para un gasto innecesario.
“Los ciclos son solo eso, ciclos”
Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, quien es el presidente de la Junta Directiva del Grupo Aval, manifestó que el Banco de la República está “exagerando al mantener la tasa de interés real alta, pues se requiere reactivar la economía”.
Precisó que siempre ha sido defensor de la actuación del Banco de la República; sin embargo, afirmó que se requiere una mayor reducción en la tasa de política monetaria.“Yo creo a ciegas en el país, siempre he creído que tenemos un potencial impresionante. Sabemos que viven ciclos y los ciclos son solamente eso, son ciclos y de todos los ciclos se sale”.
En 2023 subió inclusión financiera, pero hubo menos acceso a créditos
El apetito por productos de crédito disminuyó en Colombia. Así lo reveló la Banca de las Oportunidades y la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) en su informe de inclusión financiera.
Según las cifras, en el 2023 disminuyó 0,9 puntos porcentuales (pps.) la cantidad de personas que tuvieron vigente al menos un producto de crédito.
El informe revela que unos 13,5 millones de adultos, correspondientes al 35,3 %, tenía vigente al menos un producto de crédito. Esta cifra disminuyó en 0,9 puntos porcentuales (pp.) frente al año anterior. Esto en otras palabras quiere decir que cerca de 135.000 adultos menos tuvieron menos crédito en comparación con 2022.
Según la Banca de las Oportunidades, en el 2023 los productos de mayor penetración fueron las tarjetas de crédito y el crédito de consumo. En ese mismo orden le siguieron el microcrédito y el crédito de vivienda.
Por su parte, en el 2023 las entidades vigiladas por la Superfinanciera como las ONG microfinancieras no vigiladas ni por la SFC ni la SES (Superintendencia de Economía Solidaria) realizaron 175,9 millones de desembolsos de consumo (98,7 %): microcrédito (1,1 %), vivienda (0,1 %) y consumo de bajo monto (0,1 %).
Sin embargo, la inclusión financiera presentó un aumento. Pasó del 92,3 % en 2022 al 94,6 % en 2023.
Esto corresponde a 36,1 millones de adultos con productos financieros transaccionales, de ahorro o financiamiento formal.





















