Hernán Muñoz es un vendedor ambulante que se pasea de 8 de la mañana a 4:30 de la tarde por el centro de Barranquilla vendiendo tintos desde hace 43 años, con el objetivo de salir adelante tanto el cómo su familia.
“De este negocio sobrevivimos con mi familia, tengo dos hijos y dos nietos. Como muy bueno me puedo ganar entre $25 mil y $40 mil en un día”, señaló Muñoz en diálogo con EL HERALDO.
En ese sentido, el vendedor contó que no cuenta con más recursos para salir adelante, y que en algún tiempo de su vida metió hojas de vida para ser vigilante, pero no lo logró.
“Con esto me he defendido, afortunadamente nunca ha faltado comida en la casa, y mientras uno tenga la comida en la casa, todo está bien. En este trabajo hay que tener mucha paciencia, caminar mucho, caminar y caminar. Esto consiste mucho porque si uno se detiene, no se vende”, expresó Muñoz.
Por otro lado, Luis Fernando Ballestas, un venezolano que vino a Colombia a raíz de la compleja situación que vive el país vecino, tiene un puesto móvil de venta de medias y ropa interior. Con ese negocio propio, se gana la vida en cada punto del centro de Barranquilla.
“Yo salgo todos los días de la casa, luego llevo mis niños al colegio, me vengo para al centro de la ciudad y bueno, este es el negocito mío gracias a Dios. Son retos que uno tiene diariamente como el clima que a veces es cambiante, uno tiene que luchar con el calor, la lluvia y demás, pero se mueve mi negocio. Aunque esto es de altas y bajas, me puedo hacer entre $100 mil y $150 mil en un día”, afirmó Ballestas.
Por otra parte, Willington De la Hoz, un vendedor de chuzos en el centro de Barranquilla, le dijo a este medio que hay algunas veces en que se dedica a este negocio, pero en otras vende frutas como manzanas, uvas y peras.
“De mi trabajo dependen mis hermanos y mi papá, y aunque este negocio es inestable en materia de ganancias, puedo estar ganándome $100 mil como bueno en el día”, señaló De la Hoz.
Seguramente como muchos de los que caminamos por la calle compramos comida, jugo, agua, menta, entre otras cosas, aportando de alguna u otra manera a la economía de estos micronegocios. Sin embargo, el número de vendedores ambulantes para 2024 en Colombia aumentó a más de medio millón.
Según el informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), se contó un total de 502.766 que trabajan en esta condición, aumentando en 5,3 % el dato de 2023 (481.655). Esta cifra viene siendo el 2,6 % del total de los trabajadores en el país.
Lo anterior está relacionado con los altos niveles de informalidad, es decir, trabajadores que no cotizan a salud, pensión, riesgos laborales y caja de compensación familiar, entre otras prestaciones y aportes parafiscales.
Retos y desafíos
Si bien el número de vendedores ambulantes y estacionarios ha aumentado a nivel general, en Barranquilla el reto es mayor dado el alto nivel de informalidad que existe.
De acuerdo con Dilia Buitrago, representante de Asovendedores en el centro de Barranquilla, hay aproximadamente 2.500 vendedores afiliados a este gremio entre ambulantes y estacionarios, sin embargo, afirmó que si se llega a contar el total, incluyendo los no afiliados, la cifra puede llegar a los 7 mil.
“Nosotros como gremio estamos para velar por el bien de los vendedores estacionarios, ambulantes y semiestacionarios de Barranquilla, todos los días tienen que salir adelante por sus familias y tienen que lucharla porque como tal el Estado no les ha dado el derecho al trabajo, que es lo que de pronto muchos necesitan, y digamos que muchos de ellos se dedican a esta actividad por la falta de oportunidades. Su reto es todos los días es llevar la bandera de su casa y salir a buscar su comida”, dijo Buitrago a este medio.
Otro reto enorme que tienen los vendedores de Barranquilla está relacionado con las reubicaciones, ya que, debido a la llegada masiva de venezolanos, se ha incrementado el número de vendedores.
Isaac Cassiani, director Ejecutivo de la Fundación Amigos del Centro Histórico, recordó que el presidente Iván Duque dio una pasantía o un permiso para que la mayoría de venezolanos vinieran al país sin ningún requisito y sin ninguna fuente de trabajo, y por ese motivo, aumentó la población de vendedores estacionarios y móviles en el centro de Barranquilla.
“Ahora tenemos otro fenómeno, y es que las reubicaciones que se han hecho no han sido del todo favorables, y hay un grupo de compañeros que han sido reubicados, y por no poderse ganar el sustento diario en esos sitios de reubicación, han optado por salirse en una forma desmedida para ganarse sustento diario y el mínimo vital diario siendo vendedores móviles. Eso incluso se puede ver en varios centros comerciales del centro de la ciudad, que hay una gran cantidad de vendedores que también han salido con carretilla para ganarse el sustento diario”, detalló.
A su vez, indicó que el fenómeno no solamente se ve en el centro de la capital del Atlántico, sino también en barrios como La Paz, San Felipe, 7 de Abril, Santo Domingo, entre otros.
“Digamos que el 80 % de los trabajadores no asalariados estacionario en el espacio público viven de su negocio del día a día, a tal forma de que si a nos si a nosotros, por ejemplo, yo que estoy en este sitio, me mueven siquiera 50 metros, ya me perjudican en la ganancia de mi sustento diario porque pierdo clientela, porque ya las personas que vienen a donde mí ya se desubican. Entonces, es el fenómeno que está pasando ahora mismo. Necesitamos una política debidamente organizada. Esto no es problema de la izquierda, no es problema de derecha, sino que el Estado mediante los entes territoriales lleven de una forma organizada cómo solucionar este problema”, dijo Cassiani a EL HERALDO.
¿Efecto de la reforma laboral?
De acuerdo con Fernando Salazar-Arrieta, investigador senior de Minciencias, la reforma laboral ha venido confrontando a los empresarios con los trabajadores con ideas negativas y esto ha logrado que para cumplir con varias de las medidas que considera la reforma laboral las empresas no están en capacidad financiera de cumplir con esta reglamentación, desconociendo los aportes de los empresarios al desarrollo del país y los ha hecho ver como “explotadores”.
“Esto ha socavado la relación entre las dos partes debilitándola, desconociendo que quien emplea tiene una carga tributaria y de seguridad social muy alta, lo que no se reconoce, por el contrario, se hace ver a los empresarios como explotadores que amasan fortunas. La reforma pensional busca poner más barreras a temas como la edad de pensión, lo que también hace que las personas con capacidad laboral busquen otros caminos para asegurar su edad de retiro por medio de trabajo independiente que inequívocamente los conduce por el camino de la informalidad y superan así escollos como impuestos y seguridad social por una pensión que no va a corresponder con las expectativas”, dijo Salazar-Arrieta.
“Urge diseñar estrategias y ponerlas en ejecución que permita recuperar la confianza entre el sector empresarial y los trabajadores, esto atraería inversión desde la perspectiva de necesidad mutua con beneficios compartidos o de valor compartido. En ese sentido, es muy importante corregir el camino lo más pronto posible”, manifestó el experto en diálogo con EL HERALDO.


















