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Se nos ha dicho que el artículo que escribimos sobre el caso de Pete Rose y la sanción tan callada y tan implacable que cayó sobre su cabeza por haber apostado en el béisbol (algo que en las Grandes Ligas es un imperdonable delito, pero que en el béisbol profesional de Maracaibo era un garito descarado, donde se apostaba por todo en las gradas del estadio maracucho) una sanción que en el caso de Rose no tiene término fijo, pero como tema a ponerse sobre el tapete de la actualidad pública resulta que es tabú, pues ni el Comisionado ni nadie relacionado con el béisbol de la Ligas Mayores acepta afrontarlo.

Hemos dicho, decimos y diremos que el béisbol de las Grandes Ligas es el más respetado de los espectáculos deportivos en el mundo entero. Hasta ahora nadie se ha atrevido a negarlo y muchísimo menos a promover un debate comparativo con otros deportes, cundidos casi todos ellos por el soborno y la componenda para lograr determinados efectos. Posiblemente haya una o dos generaciones de aficionados deportivos –¿y también de periodistas deportivos, vaya!– que no conózcale caso trepidante de la Serie Mundial de 1919.

Apenas terminó aquella serie con la derrota de los Medias Blancas de Chicago surgió la acusación: 5 peloteros habían sido sobornados. Se pueden imaginar el estruendo de tamaña acusación en un deporte absolutamente limpio desde sus orígenes hasta aquel año de 1919. Pero a grandes males, grandes remedios, como se dice. Y se llamó a un hombre absolutamente implacable con el delito como invulnerable en sí mismo: el famoso Juez Landis, el hombre que como juez federal le había metido una multa de 30, 40 o 50 millones, que ya no recordamos la suma exacta que le metió a una compañía petrolera de los EE.UU.

Por supuesto, nombrado un hombre de esa clase y con todos los poderes absolutamente indiscutidos por nadie para que 'limpiase ese Establo de Augías', el Juez Landis barrió como un huracán. A los 5 los sacó del béisbol de un plumazo. Lo que es mas: sus nombres, sus récords, todo, fue sacado de los libros estadísticos. Entre los 5 cayó Joe Jackson, un bateador tremendo que bateó 325 en aquella serie negra! Dicen que bateaba sin gente en base, pero con ésta se ponchaba. Cierto o no, Jackson fue barrido.

Pero volviendo al caso de Pete Rose, los mandamases de la Grandes Ligas siguen manteniendo su negativa a tratar el caso.

Este columnista ha llegado a preguntar si las apuestas de Rose eran a favor de su equipo y se nos ha dicho que así era. Porque si pudo haber sido a lo contrario, Rose estaría perdido para siempre. Y sin que ningún periodista, honesto y digno, se atrevería a defenderlo. Seguro que sí, como decía nuestro colega y querido amigo años han desaparecido, Ignacio Amador de la Peña. Igapé.

Por Chelo De Castro C.