Aunque físicamente ya no está en este mundo, su deseo se hizo realidad. Han pasado ya casi 12 años desde aquel fatídico 27 de mayo de 2012 cuando la vida del exjugador Cristian Racero fue apagada en el Barrio Abajo de Barranquilla.
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Los años han pasado, pero su recuerdo y el dolor por su partida siguen más vigentes que nunca en su familia. Cuando estaba vivo, el exvolante, que fue campeón con Junior en 2004 en la recordada final ante Nacional, tuvo un deseo que hoy en día parece que fue una premonición.
Cuenta su esposa en ese entonces, Milly Saltarín, quien estaba embarazada de Tiago, que en medio del baby shower que le hacían al niño, Cristian se le acercó, le sobó la barriga y en medio de un momento de emoción le dijo repetidas veces ‘quiero que sea beisbolista, quiero que sea beisbolista’.
'Esto fue algo que le comenté a Tiago hace unos años. Él jugo fútbol y béisbol y de la noche a la mañana me dijo que se decidía por el béisbol. Cristian quería que fuera beisbolista y no futbolista. Me dijo ‘yo quiero que sea beisbolista. El fútbol es muy complicado, se tiene uno que mover mucho. Yo sé que él va a ser un gran beisbolista’', recuerda con una visible emoción en su relato.
Pues ese anhelo que tenía el recordado exvolante central se hizo realidad. Su hijo Tiago David Racero Saltarín, de 15 años, firmó ayer su primer contrato como profesional y lo hizo con los Caimanes de Barranquilla, equipo con el que puede debutar este año en la Liga de Béisbol de Colombia.
Su presentación se dio en el estadio Édgar Rentería, en el que el joven, que se desempeña como jardinero central, estuvo acompañado de su mamá, su hermano menor y su entrenador.
'Llegué al béisbol porque mi familia por parte de mi mamá es demasiada beisbolera y ese era el deporte que yo veía todo el día y le fui cogiendo amor. Para mí es un honor tener un padre como el mío y una familia beisbolera como la de mi mamá. Siento que debo llevar este legado', expresó el joven.
'Esto es algo bonito, estar firmando un contrato con un equipo tan grande. Esta es una motivación para seguir mis sueños. El legado del apellido Racero sigue conmigo', añadió.
Béisbol o fútbol, una decisión que tomar
Antes de nacer parecía que ya iba estar ligado al deporte. Su padre, que tuvo sus mejores años en Junior, jugó por mucho tiempo al fútbol, mientras que por los lados de su mamá el amor por la ‘pelota caliente’ era grande.
Por eso al nacer y al tener más edad fue intentando en ambos deportes hasta que llegó el momento en el que se decidió por una.
'Cuando murió mi papá yo estaba con mi mamá y toda la familia de ella era de béisbol. En Barrio Abajo les dicen los ‘Pozuelos’. Era lo que veía todos los días. Jugué al fútbol, pero no me llamó mucho la atención. El amor por el béisbol es mucho, si yo no juego a esto no sé qué sería de mi vida', manifestó el bateador derecho.
'Cuando empecé a jugar béisbol era cátcher, ahora soy jardinero. Soy hincha de Junior, me gusta ir a verlo, voy al estadio a apoyarlo cada vez que puedo', complementó.
Los recuerdos de su padre
Cuando su padre perdió la vida Tiago David estaba cerca de cumplir los 3 años. Sus recuerdos son pocos, casi que nulos. Expresa que las fotos y los videos de esa época son los que ayudan a tener su imagen presente.
'Cuando pasó eso estaba muy pequeño, vivo de los recuerdos de las fotos y videos, pero no recuerdo mucho esa etapa de mi vida', comentó el joven, que también aseguró que esto no ha sido un impedimento para sentirse orgulloso del padre que tuvo.
A su madre, de 36 años en la actualidad, todavía se le entrecorta la voz al recordar a su esposo. Al hablar de él expresa que era cariñoso y, que sobre todo, era un gran padre.
'Él era un excelente padre, un excelente esposo. Fue el mejor papá. En estos momentos yo sé que él está muy orgulloso de su hijo. Él en el cielo está feliz de ver a dónde ha llegado su hijo y este es el comienzo de algo que no termina', señaló.
Milly Saltarín también cuenta con emoción que Tiago, físicamente, es muy parecido a Cristian: 'El físico es muy parecido, su cara, son idénticos. El físico de Tiago David es natural, igual al de su padre'.
Su excompañeros, siempre a su lado
Cristian Racero ya no se encuentra en este mundo, pero su recuerdo está con su familia y también con quienes jugaron con él en su carrera. Uno de esos es Martín Arzuaga, quien, cada vez que puede, visita la tumba del exvolante central que se encuentra en su pueblo natal, Lorica, Córdoba.
'Mi mamá es muy amiga de todos ellos. La mayoría me escribe, me mandan su apoyo. Arzuaga cada vez que pasa por Lorica va y lo visita, esas son cosas que yo valoro mucho', expresó el joven.
'Francisco Alvear es muy amigo mío, siempre me escribe, está pendiente de mí. Víctor Pacheco igual. Arzuaga estuvo en la tumba visitándolo. Todos los que estuvieron con Racero son amigos míos. Con todos se mantiene la comunicación', complementó Milly Saltarín.
Tiago David Racero Saltarín está cumpliendo su sueño, el de su mamá y también el de su papa Cristian, quien desde el cielo lo acompañará en la carrera profesional que comenzó con los Caimanes de Barranquilla.






















