El lugar donde se reconstruye la alegría, el sitio maravilloso donde se recrea la sonrisa, el jardín de los frutos más preciados, el manto donde reposa el espíritu y se exalta todo lo digno. El lugar del abrazo en común, el espacio donde todos, por fin, somos iguales. La bandera que nos arropa bien cosida, fuerte y viva. El terreno del merecimiento, del júbilo compartido. El rectángulo del orgullo, la paz en el corazón, la silla que nos convoca, el recinto que nos une, el imán que nos atrae, la magia que nos cohesiona y nos invita. La sutura de las heridas del pasado, el horizonte nuevo, volver al gozo, el contentamiento del alma, el aplauso de pie. La piel de gallina, el brillo en la pupila, el sentimiento ameno y dulce.
Son ellas; ellas y su gran lección. Su entrega, su verdad, su honestidad, su ímpetu, su compromiso, su trabajo, su esfuerzo, su preparación, su despliegue, su seriedad, su pasión, su mística, su fuerza, su convicción, su lucha, su disciplina, su concentración, su unión, su verdad, su aprendizaje, su evolución , su talento, su técnica, su perseverancia, su empuje, su liderazgo, su arrojo, su discreción. Ellas y su fascinante manera de enamorarnos, de devolvernos el derecho a la ilusión. Ellas y su forma de inspirarnos, de sembrar en nuestro corazón el orgullo más profundo, el más altivo.
Cada paso, cada gota de sudor, cada mirada, cada choque, cada roce, cada encuentro, cada golpe, cada recorrido. Ellas y su sentido solidario y combativo, su certeza y su grandeza. Lo han dejado todo, todo! No han ahorrado esfuerzo alguno, no han permitido engaño. Ni un brazo abajo, ni un quejido, ni un lloriqueo, ni un reclamo, ni manos en la cintura, ni rostros compungidos, ni “marrullas”ni un minuto perdido o desperdiciado. Sin mañas, ni artilugios, sin simulaciones, sin malas intenciones, sin vanidades, sin excusas, sin egos ni prepotencias, sin estrellatos mentirosos, sin mentiras, sin adornos, sin cortes estrambóticos ni cabellos de colores, sin miedo y sin vedetismo ni chequeras en la mente.
Ellas, han expuesto mejor que nadie, el significado de la dignidad y de la pasión. Todas sus acciones han sido nobles, loables y valientes. Han unido un pueblo necesitado de unión. Ellas han demostrado que sus fibras son de oro, de escarcha y de acero.
¡Qué manera de asumir su oficio! Que manera de respetar la existencia. Dan ganas de vivir, de ser mejor persona. Su manera de sentir el fútbol, es su manera de sentir la vida. Su forma de asumir el juego, es el manual de la vida honrosa, digna y feliz .
Ellas, las integrantes de la Selección Femenina de Fútbol de mayores, que disputará la final de la copa América y, que aseguró su cupo en el Mundial de la FIFA 2023 y en los Juegos Olímpicos 2024, nos han brindado un amable repaso sobre humildad, grandeza y seriedad. Nos han devuelto el sentido de la admiración, de la maravilla y asombro. A ellas, y a todos los que forman parte de este bello proceso, dedico respetuosamente estas líneas, para decirles gracias en 3000 palabras, gracias por ser ejemplo, por ser lo que tanto nos faltaba, lo que se nos había perdido, refundido y extraviado. No importa lo que pase en el último encuentro, gracias sin limite a Ellas, por todas estas horas felices, por ser símbolo y referencia del amor propio, de la honra y el pundonor.