Son muchos los que utilizamos el muy apreciado servicio de entregas a domicilio de nuestras tiendas, negocio que requiere de sus propietarios abnegación y gran sacrificio de su tiempo, casi sin descanso, además de haber sido afectados muy negativamente con medidas del actual gobierno, como el ladinamente llamado “Impuesto Saludable”.
Si se aplica de manera correcta y justa siempre será un gana-gana para las partes y así no hay razones para rechazarla. Pero muy diferente cuando la causa es una absurdamente traída de los cabellos, como lo es por lo que pretenden cobrarnos la de la Vía Cartagena – Barranquilla y Circunvalación de la Prosperidad.
Lo anterior es lo que ha sucedido desde hace décadas y está sucediendo actualmente en la costa Caribe colombiana ante la indiferencia de los últimos gobiernos, con estocada en la presidencia de Duque cuando firmó con Air-e y Afinia los más lesivos contratos contra la población costeña.
Es bien sabido que ese proyecto consiste en organizar ese canal y sus riberas, con dos sistemas de esclusas para regular con estas el acceso de agua y sedimentos a la zona de Cartagena, de tal manera que las mismas solo se abrirían para el paso de embarcaciones que deberán pagar un peaje, así que mientras no haya tráfico fluvial, que se supone es la mayor parte del tiempo, las esclusas permanecerán cerradas, y una de estas estará ubicada en Calamar, o sea en la entrada del canal.