Hace un año escribí una columna titulada así: ‘El tiempo de Luis Díaz’. Comenté que lamentaba la fallida incorporación de Vladimir Hernández, que prefería verlo de vuelta en Junior que llegando a Nacional.
Sin embargo, de inmediato aclaré y desarrollé el meollo del encabezado: “En medio del desencanto que genera que ‘la Pulga’ finalmente se vista de verde y no de rojiblanco, lo bueno de ese frustrado fichaje es que no se tapa a ese joven talento llamado Luis Díaz. El arribo de Vladimir al equipo de sus amores habría frenado un poco a este canterano que viene pidiendo pista desde que Comesaña le dio la oportunidad de jugar a nivel nacional e internacional. Díaz, que ya mostró personalidad, seguridad, atrevimiento, velocidad y habilidad, tiene que afinar un poco la puntería para hacer mucho más visible todo el desequilibrio que genera”.
Para verdades, el tiempo… ¡Y EL HERALDO por su puesto! Doce meses después, está clarísimo que sí era la hora de Luis Díaz, su momento, su espacio. No es una proeza haberlo pensado, para nada. No era algo descabellado, era apenas lógico y totalmente previsible por lo que había asomado tras debutar en el segundo semestre de 2017.
Díaz, que ayer cumplió 22 años de edad, le puso tiza a sus guayos (anotó 16 goles en todo el 2018), empujó a Junior hacia la final de la Copa Sudamericana, fue vital en la octava estrella en la Liga e insertó su nombre en la carpeta de varios clubes del mundo.
Ya hay varios pronósticos en torno a su futuro futbolístico. En las redes sociales se dice de todo: “Tiene que aprovechar su cuarto de hora e irse al exterior”. “Que vaya primero a Argentina o Brasil para que se preparare mejor para luego ir a Europa”. “Si se va a Europa ahora, se quema, no está preparado”. “Mejor que se quede en Junior, está muy biche para jugar en el extranjero”. “Mejor a Europa de unas”. Que esto, que lo otro, que pitos, que flautas.
Desconozco cuál opción es la más conveniente para Luis Díaz en ese sentido, todas las posibilidades son relativas, hay varios ejemplos para reafirmar o contradecir cada teoría, de lo que estoy seguro es que en River, Boca, Brujas, Flamengo, Barcelona, Real Madrid o Junior (que sigue siendo su equipo porque ninguno de los clubes interesados en sus servicios han llenado las expectativas económicas de la directiva rojiblanca), en cualquiera, debe tener claro que su carrera apenas comienza, que la lucha continúa. Que no baje la guardia, que no crea que ya lo consiguió todo, que no se relaje por el camino recorrido hasta ahora, que tenga claro que en el fútbol han existido muchas estrellas fugaces, que siga la ruta del éxito con disciplina y profesionalismo, con los pies en la tierra, con humildad y entrega, que los bolsillos llenos no empobrezcan sus aspiraciones, que aunque ya tenga su nevera y la de su familia llena, no pierda el hambre de gloria. Así seguirá triunfando aquí o en cualquier parte del mundo. Fútbol le sobra, que nunca le falte dedicación, pasión, ganas, ambición. Todavía hay más. Luis Díaz, no te conformes.
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