¿Conoce alguien la torre de nuestra catedral María Reina? Quien diga que sí es un mentiroso porque nuestra majestuosa catedral de la calle Caracas, entre Líbano y Olaya, no tiene ni ha tenido una torre. Pero lo que muchos no saben es que esta sí fue diseñada con una torre que jamás se construyó. En su época se presentó la maqueta original con su torre para mostrar cómo sería ese templo. La torre de la maqueta era altísima, pero de un estilo muy florentino ya pasado de moda.
Debo ser franco, desde que mi amigo Jorge Hernández me recordó esa torre de la maqueta en el Museo Romántico, he imaginado a esa catedral con una majestuosa torre, y obviamente con la idea de que esa visión se convierta en una maravillosa realidad. ¿Será posible que eso suceda? ¡Ojalá! Ese ha sido mi deseo, y cuando Eduardo Verano logró que la Gobernación convirtiera esas dos manzanas en la bellísima Plaza de la Paz, visualicé esa torre como apreciándola desde esa plaza y desde la calle Paraíso – calle 47 para los jóvenes – ¡Y puedo asegurarles que se vería espectacular! Como ejercicio propuse diseñarle una torre más moderna y esbelta, que armonizara con la catedral. Un tipo de combinación que se acepta y utiliza como complemento en edificaciones patrimoniales sin considerarse un sacrilegio religioso, y mucho menos arquitectónico porque embellecería a nuestra majestuosa catedral, logrando un conjunto armonioso.
¿Pero quién va a invertir en una torre para nuestra catedral? Como en mis propuestas procuro ser lo más realista posible, debo confesar que cuando Tecnoglass construyó su monumental Ventana al Mundo comencé a pensar en esa empresa. Luego le regaló a Barranquilla Ventana de Campeones, más conocida como Aleta del Tiburón, y recientemente a Puerto Colombia el bello faro Ventana de Sueños. Conociendo el sincero fervor que siente Christian Daes por la Virgen María y recordando que financiaron casi totalmente la parroquia Santa María del Mar, situada en el sector de Las Flores, he seguido pensando que si algún día a nuestra catedral se le lograra construir una torre como esta, se lo merece, será porque Tecnoglass decide hacerle un nuevo regalo a Barranquilla y, obviamente, a María Reina. El arquitecto Miguel Ángel Cure procedió entonces a realizar una serie de diseños logrando finalmente una espectacular propuesta que se asimila a una esbelta escultura urbana. Una torre con bellos y muy altos vitrales iluminados desde su interior, con lo que se le daría un nuevo aire a ese templo. Antes de publicar esta columna, mostré el diseño al párroco de la catedral, padre Álvaro García, y al Sr. arzobispo, Pablo Emiro Salas, a quienes les gustó, y obviamente a Christian Daes, este se rió y me dijo: ¡Esa torre está bella y es una magnífica idea, sácale números!