Barranquilla debe a la familia Acosta Bendek dos enormes aportes a la educación y la salud: la Universidad Metropolitana y el Hospital Metropolitano. 

Con el liderazgo de Gabriel Acosta Bendek y el acompañamiento de sus hermanos estas dos instituciones llegaron a ser ejemplares. De la universidad, por ejemplo, han egresado varias generaciones de profesionales en medicina, odontología, psicología, enfermería, bacteriología, optometría, fisioterapia y nutrición. En una ocasión, su rector, Eduardo Acosta Bendek, me dijo que la mayoría de la matrícula de la institución se financiaba con el crédito que esta concedía. Personalmente, don Gabriel autorizaba pagar a plazos y, sin embargo, el alma mater era sostenible. La universidad hoy sigue prestando sus servicios académicos. 

El que ha sido cerrado, desperdiciando su capacidad instalada, es el Hospital Metropolitano por un hueco financiero que,  conservadoramente, se estima en unos 70 mil millones de pesos.  

El conflicto familiar empezó a gestarse cuando muere don Gabriel porque sus hermanos (que luego fueron falleciendo) y sus descendientes se vieron enfrentados al médico otorrinolaringólogo Carlos Jaller Raad, que llegó a la familia merced a su unión matrimonial con Ivonne Acosta Acero, hija de don Gabriel con Sofía Acero (fallecida).

Jaller fue rector de la Universidad Metropolitana y se le atribuye un desfalco de más de 30 mil millones de pesos, por lo cual lo destituyeron del cargo en 2016 los hermanos de don Gabriel, miembros de la Fundación Acosta Bendek. 

En respuesta, Jaller puso en marcha una estrategia judicial para reversar su destitución con el argumento de que los hermanos de don Gabriel no tenían la calidad de miembros de la Fundación Acosta Bendek.

En un par de oportunidades hablé con Jaller y su narrativa es que los hermanos de Gabriel Acosta Bendek, el hijo varón de éste (Alberto Acosta) y sus primos se han pretendido adueñar de la universidad y el hospital. 

Sin embargo, hay hechos contundentes que actúan contra Jaller, quien para sus fines parece haberse aprovechado de las particulares condiciones de su esposa Ivonne: el mencionado desfalco a la universidad y el manejo irregular de unos 13 mil millones de pesos en el hospital durante el periodo que estuvo a cargo de un sobrino de Jaller, Javier Cuartas Jaller.

Hoy Jaller, su esposa y algunos allegados tienen órdenes de captura por varios delitos. Y tiene detención domiciliaria su asistente.

En todas las familias hay tensiones y peleas. Ana Karenina, la novela de León Tolstoi, arranca con un gran trastorno en la familia Oblonsky por los amoríos del esposo con una francesa que hacía de institutriz de sus hijos. Pero este suceso de la literatura es cosa menor frente a las reyertas públicas que han estremecido a la familia Acosta. Y en medio de este enconado pleito hasta Eduardo Pulgar perdió su credencial de senado.

@HoracioBrieva